ま ' Done For⠀˒⠀ !

Start from the beginning
                                        

Shoko seguía sentada, observando el horizonte con aparente calma, pero Satoru sabía que la tranquilidad de una hechicera siempre escondía algo más.

—Dama del palacio, siento venir a cuestionarla, pero espero estar mal informado. —Su tono era cuidadoso, aunque la sospecha se filtraba en cada palabra—. Envié exploradores a recorrer la isla, y terminaron en sus puertas. En estos tiempos, rara vez se recibe una cálida bienvenida, así que preguntaré directamente... ¿les ha hecho algo?

La hechicera sonrió sin apartar la vista del horizonte.

—¿Yo? —murmuró con ligereza—. Solo revelé su verdadera forma.

Satoru frunció el ceño.

—Y ahora son cerdos.

—¡Ja! —Shoko se mostró molesta y se puso de pie. Su expresión seguía relajada, pero su presencia se volvió más imponente—. No sé quién eres ni qué buscas aquí, pero déjame dejarte algo claro: tengo gente que proteger, ninfas que cuidar... y no me voy a arriesgar.

Comenzó a caminar lentamente hacia él, con cada paso resonando en el mármol del palacio.

—Un solo error y estarás acabado. —Alzó una mano y una criatura monstruosa emergió de la nada. Su quimera, un ser imponente de múltiples cabezas, gruñía a su lado—. Si no apruebo tu presencia, estás acabado. Podría hechizarte y dejarte acabado... así que mejor huye antes de terminar acabado.

Satoru se cruzó de brazos con una sonrisa confiada.

—No es por presumir, pero tus hechizos no servirán. —Levantó una ceja—. He comido una flor, y tu magia no me consumirá. Así que mejor acobárdate y huye.

Shoko parpadeó, evaluándolo con mayor interés.

—Debes estar mintiendo. Los mortales no pueden consumir Moly sin consecuencias.

—Entonces, ¿será que soy un dios como tú? Porque esta flor la tomé con mis propias manos.

Shoko entrecerró los ojos, y de pronto su boca se curvó en una sonrisa burlona.

—Kokichi te la ha dado, ¿no es así?

Satoru chasqueó la lengua, sabiendo que estaba descubierto.

—Okay, sí... pero aún así.

Shoko soltó un suspiro, pero su mirada no perdió su chispa de desafío.

—Nuestros destinos ahora están entrelazados.

Ambos hablaron al mismo tiempo.

—Tengo gente que proteger. Amigos que debo cuidar. Así que no hay vuelta atrás.

Satoru no esperó más. Extendió una mano y convocó su propio monstruo.

La tierra tembló cuando una enorme sombra se materializó. Un cíclope, tan alto como la puerta del palacio, apareció con un rugido profundo.

La quimera de Shoko se lanzó primero, atacando con velocidad y furia, pero el cíclope no titubeó. En su mano apareció un garrote colosal, y con un solo golpe, destrozó a la bestia en un instante.

Shoko observó en silencio mientras su criatura caía derrotada.

Satoru avanzó sin perder tiempo, desenfundando su espada y colocándola contra el cuello de la hechicera.

—Perdiste.

La brisa nocturna movió los mechones de Shoko, pero su rostro permaneció sereno.

—Mis ninfas son como mis hijas. Las protegería a toda costa. La última vez que dejamos entrar a extraños... sufrimos grandes pérdidas.

Empty CrownWhere stories live. Discover now