Empty Crown

ま ' Pick Me⠀˒⠀ !

En el reino de Aganepthys, existía una mujer cuya belleza era conocida en todo el mundo: Maki Zenin.

A su alrededor, miles de pretendientes suspiraban por ella, deseando más que su amor... su mano y su corona.

Incluso su hermana gemela, Mai Zenin, era cortejada por algunos, aunque a diferencia de Maki, su propia familia apenas le prestaba atención.

Pero Maki lo tenía claro: todos querían casarse con ella no solo por su belleza, sino porque eso les abriría el camino al trono.

Por ello, cuando alcanzó la mayoría de edad, su tío, el rey Naobito Zenin, organizó una competencia en la que los hombres más valientes lucharían por la oportunidad de convertirse en su esposo.

Príncipes de diversos reinos acudieron al llamado. Entre ellos estaban Takuma Ino, Okkotsu Yuta, Noritoshi Kamo... y Satoru Gojo.

Los pretendientes no llegaron con las manos vacías: trajeron consigo tesoros de oro, telas finas y joyas de incalculable valor.

Todos, excepto uno.

Satoru Gojo se presentó sin un solo regalo.

Y cuando la competencia comenzó, quedó claro que el propósito original—demostrar honor y valentía—había quedado en el olvido.

Los contendientes no solo luchaban, sino que se mataban entre ellos, cegados por la ambición y la sed de poder.

Desde las gradas, Maki observaba la escena junto a Suguru Geto y Haibara, quienes, a diferencia de ella, solo estaban allí por mera curiosidad.

Querían ver quién sería el próximo rey de Aganepthys.

—Debe ser maravilloso que tantos hombres luchen por ti —comentó Haibara, sin apartar la vista del campo de batalla.

Maki esbozó una sonrisa confiada.

—Admito que tiene sus ventajas.

Suguru suspiró, cruzándose de brazos.

—Maki, esto es una locura. Solo míralos... se están matando por nada.

—¿Celoso, Suguru? —preguntó ella con diversión.

—No.

Maki lo miró de reojo, con una expresión que sugería que sabía algo que él aún no aceptaba.

—Tarde o temprano, estarás en mi lugar.

Haibara rió, siguiéndole el juego.

—Sí... tarde o temprano, tú también tendrás que elegir.

Suguru negó con la cabeza.

—¿Según quién? —replicó con seriedad—. No olviden que estos hombres solo buscan poder. Poder para sobresalir. Para imponerse sobre los demás.

Maki encogió los hombros.

—¿Y eso qué?

Él sonrió con incredulidad.

—Ingenua, Maki. ¿Por qué elegir entre estos bárbaros... cuando se puede tener a alguien con inteligencia?

Dicho esto, comenzó a caminar hacia el salón donde los reyes observaban la competencia, seguido por los otros dos.

—Ahora simplemente no es mi tiempo para el amor.

Pero cuando estuvieron frente a la gran puerta, Suguru se detuvo de golpe.

Una voz desconocida hizo que su corazón diera un vuelco.

—Discúlpame —escuchó decir al desconocido—, pero si nos permites pasar, te prometo que será la mejor decisión que tomes. Solo estamos aquí por amor... y un poco de suerte.