20-. Un nuevo dilema.

1.5K 239 11
                                    

Woo Hyun se levantó a medias, saludando alegremente a sus "amigas". Eran cinco chicas, todas tan parecidas que cuando me las presentó sus nombres me entraron por un oído y me salieron por el otro.
—Hace mucho que no venías, Woo Hyun.
Berreo una de ellas, colgándose del brazo de ese tonto.
—He estado ocupado.
—Pero si tú nunca estas ocupado.
Se burló una de ellas. Parecía que no eran tan cercanas a él como para saber la verdad.
—Oye —y otra de las chicas me señaló —¿no es él tu niñera?
Sentí todas las miradas sobre mi y deseé no estar ahí. Esa gente era diferente a mi. Esa gente no tenia preocupaciones. Esa gente podía dedicarse a pasar el día entero ahí sin hacer nada de provecho porque lo tenían todo.¿Para que esforzarse mas?
No era ese mi caso, incluso antes de irme de casa siempre tuve la vida limitada. Papá siempre lo decía: si quieres tener algo en la vida debes trabajar para tenerlo.
—¿Sung Kyu? ¡Que bah!
Y así era como Woo Hyun evadía temas de los cuales no quería hablar.
—Ya que estas aquí, sal con nosotras, Namu.
Chilló otra chica, colgándose de su otro brazo. ¿Como podía ese tonto estar tan tranquilo mientras esas chicas lo manoseaban? Tenia tantas ganas de apartarlas de él, pero comprendía perfectamente lo que me pasaba: estaba celoso. Celoso de esas mujeres que se exhibían ante ese chiquillo con la intención de seducir, celoso de su frescura y su alegría al moverse, de su seguridad. Celoso porque ellas eran mujeres. Ellas se verían bien con él.
—No puedo.
La voz risueña de Woo Hyun me sacó de mis líos mentales.
—¿Por qué no?
—Ahora mismo estoy en una cita.
—¿Una cita?
—Si. Con él.
Y me señaló con un movimiento de cabeza.
¡Ese grandisimo idiota!
Pero las chicas comenzaron a reír como si aquello fuese la cosa mas graciosa que habían escuchado en toda su vida. Sin embargo la sonrisa de Woo Hyun continuó imperturbable.
—Namu, tú no eres gay.
—No, no lo soy.
—Entonces deja de bromear de esa forma.
Se quejó otra, rodeando la cintura de Woo Hyun y pegándose a él. Fruncí el ceño. Era realmente molesto.
—No bromeo. De verdad estoy saliendo con Sung Kyu.
Volvieron a mirarme, pero esta vez sentí como si sus ojos fuesen furiosas abejas asesinas, encajandose en mi piel con saña.
—Eso es ridículo. Ese chico...
Me levanté, sin ánimos de escuchar comentarios homofóbicos por parte de ese grupo de mujeres.
—Woo Hyun, quiero irme —acomodé la silla con cuidado —te espero en el auto.
—Sung Kyu, espera.
Pero no esperé y eché a andar a la salida, buscando el camino que llevaba al estacionamiento. Pero, ¿debería ir a esperarlo al auto? ¿No seria mejor irme a casa sin mas? Tal vez Woo Hyun preferiría estar con ellas. Tal vez los senos y las vaginas le gustaban aun mas que yo. Si, podía entender eso. Yo también era hombre después de todo.
Tuve la sensación de estar viviendo ese mismo momento una vez mas cuando resbalé con una caja vacía de comida china. La diferencia fue que esta vez no había ningún tipo con pinta de mafioso frente a mi. Y claro, caí al piso cuan largo era.
Genial. El día cada vez iba mejor.
—Eres bastante torpe, ¿no?
Escuché una voz burlona detrás de mi. Aun en el suelo, me giré para encontrarme de frente con Woo Hyun.
—Cállate.
Murmuré; pero antes de poder levantarme él ya lo había hecho, tomándome de la cintura y asegurándose de mantenerme muy cerca de él.
—¿Estás bien?
Inquirió con seriedad.
—Si.
—Me alegro. Vayamonos de aquí.
—¿Y que pasara con tus amigas?
—Ya encontrarán alguien mas con quien divertirse.
Definitivamente ese día tenia muchas coincidencias con aquel.
—Woo Hyun...
Empecé, pero no me dejó continuar, sus labios se posaron sobre los mios. Parecía darle igual el lugar en donde estábamos, con la gente mirándonos raro al pasar.
—Basta.
Gemí, apartándole.
—¿Por qué?
—Estas cosas no se hacen en público —susurré —aunque tus amigas parecen no saberlo.
Woo Hyun soltó la risa, atrayéndome aun mas hacia él.
—¿Así que era eso? ¿Estabas celoso, honey Kyu? ¿Por eso te has ido?
Me negué a responder. No iba a decirle que en toda mi vida jamás había tenido esos sentimientos por nadie. Que en toda mi vida jamas había dejado a alguien acercarse tanto a mi, emocionalmente hablando.
—No tienes porque estarlo —me susurró él esta vez —ahora mismo yo sólo tengo ojos para ti.
Quería creer en sus palabras, pero creer en él sería malo. Lo sabia. Nam Woo Hyun no era de fiar.
Me beso de nuevo, aunque esta vez si le correspondí, rodeando su cuello con mis brazos. Al parecer mi cuerpo poco sabia de precauciones o de tomarse las cosas con calma. Si, todo yo le amaba.

Le arranqué la camisa de un tirón, dejando que mis manos se deslizaran por aquel sensual y bien formado cuerpo que ese tonto tenia. Me entretuve besando sus pezones, saboreandolos con la punta de mi lengua. Lo escuché suspirar.
Después de abandonar el centro comercial (junto con las miradas acusadoras de los presentes) habíamos ido directamente a mi casa. Estaba tan excitado que ya me daba igual el estado lamentable de mi hogar. El futón servía y era lo único que importaba.
—Déjame probar algo.
Gimió a mi oído. Asentí.
Woo Hyun me bajó los pantalones. Me puse un poco en guardia, pero si intentaba algo mas lo golpearía.
—Sung Kyu, de verdad quiero meterlo.
Dijo y antes de dejarme protestar bajó también mi ropa interior y tomó mi miembro con ambas manos.
—Woo Hyun.
Me estremecí, él se limitó a sonreír, acelerando sus movimientos.
—Vaya, te has endurecido muy rápido.
—Es tu culpa, tonto.
Me quejé, pero mi voz salió forzada. Carajo, lo hacia muy bien.
—Tu rostro se ve lindo.
Comentó de nuevo y entonces dejó de masturbarme. Levanté el rostro, mirándolo con fastidio.
—¿Ahora qué?
—No quieres ser el único que se divierta, ¿o si?
Sabia a lo que se refería. Esta vez suspire yo y asentí. Me puse de rodillas y busqué el cierre de sus pantalones. Podía ver su ancha sonrisa, una sonrisa llena de lujuria.
Pero no me sentí cortado en lo absoluto cuando fue mi turno de proporcionar placer a su parte baja. Como activo que era había hecho eso muchas veces antes. Y, aunque estuviera mal que yo lo dijera, era mucho mejor que Woo Hyun en eso.
—Sung Kyu.
Se relamió los labios, excitandome aun mas. Me acerqué a estos y los lamí a mi vez, trazando el contorno con mi lengua, pero sin dejar de trabajar su miembro con mis manos.
Fue entonces que Woo Hyun retomo su trabajo conmigo. Eso me dificultaba un poco las cosas, pero no me rendí, luchando contra las ganas que tenía de dejarme llevar por el placer.
Nos corrimos con apenas unos segundos de diferencia. Lo escuché reír y me dejé caer hacia atrás, buscando las almohadas.
Woo Hyun se acostó a mi lado, rodeándome con sus brazos.
—¿Cuando me dejaras meterla?
—Nunca.
Respondí, sintiendo su cálido aliento en mi hombro.
—Eres tan terco, Sung Kyu.
Generalmente no lo era. Y eso era algo que él debía saber muy bien; sin embargo en ese tema no pensaba ceder. El pasivo debía ser él, no yo.
—Juguemos a piedra, papel y tijera —dijo entonces —al perdedor le toca estar abajo.
—Olvídalo. No pienso apostar mi trasero en un tonto juego.
—¿Tienes miedo de perder?
Solté un gruñido y me volví hacia él, con la mano lista. Jugamos doce veces en total, seis veces ganó él, seis veces lo hice yo. Empatamos una y otra vez.
—Es inútil. Tal vez el destino no quiere que nos acostemos.
Dije, volviendo a acostarme, cubriéndome con las sábanas.
— laro que quiere —replicó —el destino siempre quiere que la gente se acueste.
—Dices cosas tan extrañas a veces.
Pero ya no tenía un interés especial en eso. Tenía sueño y al parecer ese día tampoco conseguiría follar.
—Oye, Sung Kyu —sentí que me sacudía del hombro —tengo una idea.
—No voy a ser el pasivo.
Murmuré.
—¿Y si lo somos los dos?
—¿Qué?
—Pues que lo metemos los dos.
—Ah —vacilé un segundo, considerando los pros y contras de su loca propuesta —vale, pero yo lo meto primero.
—Pero fue mi idea.
E hizo un lindo puchero, con la mitad de su cuerpo sobre el mio.
—Yo soy el mayor.
—¿Y eso qué?
—Que tengo privilegios.
Woo Hyun empezó a reír. Le di un suave puñetazo en el estómago. Me apresó contra el futón y me beso con fuerza, abriéndose paso entre mis labios.
—Yo primero.
Dijo.
—No.
Y así transcurrió la primera noche que pasamos juntos. Discutiendo sin llegar a un acuerdo. Él no cedió, pero yo tampoco lo hice. Mi deber como el más grande en la relación era ser el activo, enseñarle. No al revés. Pero conforme el día fue llegando me di cuenta de lo imposible de la empresa, Woo Hyun no iba a ceder tan fácil. Sólo me dejaría meterlo si él lo hacia primero. Y eso no sucedería, pues pese al acuerdo yo no tenia la menor intención de dejarlo ser el de arriba.

Un amor entre letrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora