5-. Primer día, primer problema.

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—Otro rato más.
Murmuró Nam Woo Hyun ocultando su rostro en mi pecho.
Mi corazón se agitó ante esto. Intenté apartarlo, pero el simple hecho de tocar su piel fue suficiente para alterarme aun mas.
Woo Hyun alzó el rostro, mirándome con una ceja levantada.
—¿Tienes alguna enfermedad cardiaca?
Inquirió de golpe.
—¿Qué?
—Es que tu corazón esta latiendo muy rápido.
Pegó el oído a mi pecho. Lo aparté de un empujón. Woo Hyun cayó de la cama, sobre la alfombra amarilla, igual de espantosa que su cortina.
—Lo siento —me levanté, apenado; y le ofrecí mi mano—. ¿Estás bien?
Woo Hyun la tomó y, tiró de mi, haciéndome caer esta vez yo encima de él.
—Ahora lo estoy.
Dijo, sonriendo.
—¿Eres idiota o qué?
Gruñí sin poder contenerme.
Woo Hyun se limitó a reír como un bobo.
Chasqueé la boca y me levanté, alejándome de él.
—El desayuno esta listo.
Espeté, cruzándome de brazos.
—El insípido desayuno de Jongie, supongo —dijo, poniéndose de pie y lanzándole una breve mirada a la cama—. Tomaré una ducha antes.
En el horario decía que Woo Hyun tomaba el baño por las noches, justo antes de ir a dormir. Sin embargo el chico ya se había marchado para cuando recordé ese detalle.
Fui detrás de él, a tiempo para verlo entrar al baño y cerrar la puerta.
Era peor que un niño.
Realmente estaba odiando ese trabajo. Debería renunciar, pero... necesitaba el dinero.
Fui a la cocina a comprobar que todo estuviese listo. Woo Hyun tenía razón, su desayuno era insípido, pero ese era su problema, no el mío. Gracias a la vida no era yo quien tenía que comerse eso.
Preparé la mesa y me volví hacia su dormitorio. Ya habían pasado veinte minutos, debería haber salido ya. Y así era, aunque por desgracia me olvidé de tocar la puerta antes.
Woo Hyun se hallaba de espaldas, pero se volvió en cuanto me escuchó entrar. Tenía el pelo mojado, pequeñas gotas de agua bajaban por su rostro. Y usaba únicamente una toalla alrededor de su cintura.
—Ah.
Mi rostro debió enrojecer, estaba seguro de eso.
Woo Hyun sonrió y se acercó a paso lento.
—¿Que pasa, Sung Kyu?
Y me hablaba informalmente de nuevo.
—Nada.
Intenté abrir la puerta para salir, pero ese condenado chico me sujetó por la muñeca, obligándome a mirarlo.
Tenia un abdomen muy bien trabajado. Y la humedad que impregnaba su piel sólo lo hacia ver sexy.
Woo Hyun se percató de la dirección de mi mirada y clavó sus ojos en mi.
—¿Acaso es la primera vez que ves a otro hombre semi desnudo?
Me susurró con malicia.
No supe que responder. Era evidente que no era la primera vez, desde el instituto había visto a varios, pero ninguno me había generado esa turbación.
Woo Hyun se alejó un poco.
—Me apuesto algo a que si lo has hecho antes —dijo con seriedad—. Yo si lo he hecho. Montones de veces a L cuando eramos niños.
¿Que había dicho? Hablaba de Myung Soo, ¿verdad? Y entonces capté el significado real de sus palabras. Ellos eran hermanos.
—Yo soy hijo único.
Murmuré.
—¿En serio? ¿Y aun vives con tus padres?
Era evidente que él no había estudiado mi currículum como lo había hecho Myung Soo.
—No vivo con ellos.
—Genial. Los padres son una molestia.
—¿Por qué no te vistes de una vez?
Inquirí. Eso ya duraba demasiado.
—¿Eh? Pero me siento cómodo así.
Pero yo no. Eso era lo que quería gritarle, pero no pude. Me zafe de su agarre.
—Tu desayuno esta listo. Date prisa en cambiarte y bajar. Vamos retrasados con el horario.
Utilicé un tono duro.
-Bien. Ya entendí. Iré en diez minutos.
Se dio la vuelta y aproveché para abrir la puerta, justo entonces escuché un sonido que supe reconocer en el acto. El susurro de la toalla al caer al piso. Ese chico... Ese chico... ¡Se había desnudado por completo sin importarle que yo estuviera ahí!
Apreté los dientes y salí, cerrando la puerta, pero asegurándome de no mirar el interior.
No era mas que un niño molesto al que cualquiera querría golpear, pero, por todos los cielos que cuerpo de ensueño tenia. No creía haber estado antes con un chico con un físico tan bien logrado como ese. Me pregunté que se sentiría tocarlo...
Basta. ¿En que estaba pensando? No era mas que un niño idiota y mimado.
Esperé en la cocina durante quince minutos, después veinte. Woo Hyun jamás apareció.
Molesto, fui a su habitación. Me la encontré vacía.
¿Que rayos...? ¿Donde estaba ese mocoso infernal?
Ya iba a comenzar a llamarlo a gritos cuando un teléfono comenzó a sonar en alguna parte de la casa.
Lo único que me faltaba. Además de niñera era sirvienta.
Bajé las escaleras aun mas frustrado y levanté el teléfono al quinto timbrazo. Quien fuera no pensaba darse por vencido.
—¿Por qué ha tardado tanto en atender?
Inquirió la voz fría de Myung Soo desde el otro lado.
—Lo siento. Estaba arriba.
—¿Como esta Woo Hyun?
—Bien.
—¿Ya ha desayunado?
—Si, lo ha hecho.
Mentí. Decidí que tiraría su desayuno a la basura. Ese chico me la debía.
—Quiero suponer que ahora mismo esta escribiendo.
—Supone bien, Myung Soo.
Silencio del otro lado. Tal vez lo había ofendido. Y era increíble lo poco que me importaba, porque acababa de ver algo que me hizo sentir un vacío en el estómago.
El ganchillo en la entrada hecho especialmente para colgar las llaves estaba vacío.
—Llegaré allá alrededor de las seis —dijo Myung Soo entonces —pero Jongie llegara antes con la comida. Entonces podrá irse.
—Si.
—Saludeme a Woo Hyun.
Y cortó la comunicación. No me importaron sus malos modales.
Dejé la bocina con indiferencia y tomé la segunda cosa fuera de lugar que había descubierto. Junto a una pequeña lámpara, doblada en dos se encontraba una hoja de papel.
Era una breve nota.

Fui al centro comercial a dar una vuelta. Regreso en tres horas.
Woo Hyun.

Un amor entre letrasWo Geschichten leben. Entdecke jetzt