Art lo recordaba demasiado bien cómo para desecharlo nada más así, aún si esa era la idea que quería brindarle a Patrick en primer lugar. Cada noche con la cama vacía, cuando Devine no podía quedarse y decidía acabar entre las sábanas de Tashi, lloraba. Lloraba como un cachorro pérdido, como uno abandonado que sólo arrastra sus patas y busca de una manera ansiosa a quién solía ser su amo. No servía de nada querer reemplazar el amor que Patrick sentía por él con una obsesión en el tenis, lo sabía muy bien pero era la única opción que le brindaría un poco de coherencia a su vida. Una sola razón para mantener lejos el cómo se sentían sus labios sobre su piel, el cómo sus caderas se movían a la par de las suyas, la cantidad de gemidos que le robó y las veces que su mano acariciaba su mejilla, y Art no hacía más que ceder a la dulzura. Porque Patrick no era un chico malo. No era esa figura cruel y desinteresada que hacían ver, no era arrogante ni ególatra. Para él, Patrick era mucho más que los rumores que le seguían, que se escribían en su espalda.
Lo conocía. Él conocía a su Patrick.
Era el chico dulce que compraba sus caramelos favoritos a escondidas cuándo su padre insistía en ponerlo a dieta para su mejor desempeño. Era el de bonita sonrisa que se acurrucaba con él en la cama y dejaba que compartieran audífonos escuchando alguna vieja canción de esas que sólo le gustaban porque Patrick las disfrutaba. Era el que le dio su primer beso, haciendo un desastre de gemidos y saliva. Era el que le hizo terminar por primera vez, con su cabello rubio alborotado y sus mejillas ardiendo. Lo recuerda y quiere llorar, porque su Patrick lo trataba tan bien. Hacía de Art alguien que se sentía suficiente, amado y protegido. Su Patrick le ofrecía tantas cosas que empezó a codicioso porque un día, Patrick salía con chicas. Tenía citas. Regresaba ebrio, con moretones en el cuello y marcas de un labial rojo que le hacía enfermar.
Art lo intentó. En verdad lo hizo. Comenzó a relacionarse con más personas, salir a fiestas de fraternidad cuándo llegó a la universidad y antes, salir un poco con chicas que eran amigas de aquellas que se acostaban con Patrick. Pero no era igual, porque esas manos eran suaves y no callosas. Las narices eran finas y no eran prominentes. Los dedos no tenían banditas ni eran gruesos. El aroma que sus cabellos largos desprendían era similar a lo dulce del verano, no a un aroma que se acercara a la espuma de afeitar que usaba Pat. Y ya no podía soportar más. Era vergüenza tras vergüenza cada vez que se hallaba en cama con esas chicas; todas eran diferentes. Rubias, castañas, morenas, pelirrojas. Altas, delgadas, bajas, gordas. Pero ninguna era Patrick. Y los problemas incrementaron.
Le resultaba mejor ignorar, acurrucarse entre los brazos de Devine y dejarse arrastrar por las lágrimas de ese día en particular.
"Artie...", murmuró. "Bebé."
"No sé qué está mal conmigo." Respondió segundos después. Sus dedos se envolvieron alrededor de la tela de la pijama de seda que Devine vestía, tirando de ella, como si la cercanía fuese capaz de unir sus cuerpos, fundirlos en calor. "No sé si puedo vivir sin él."
El silencio inundó la habitación y le hizo dudar.
Devine era la única con la que podía mostrar otro poquito de sí, dónde la tensión que sentía con Tashi, se ahogaba de alguna u otra manera en el aroma de su cabello. Era diferente con ella, porque amaba las noches que decidía quedarse y consentirlo, decir palabras bonitas y susurrarle que todo estaría bien, que las pesadillas morirían algún día. Pero sabía que era complicado también, Patrick había estado con ella como estuvo con Tashi y aunque quisiera ignorarlo, había un sentimiento de celos que le inundaba de una manera poco sana. A veces, la odiaba tanto por tenerlo de la manera en la que él lo tuvo cuando eran más jóvenes, la odiaba porque Patrick iba a Stanford para verla y cuando pasaba a su lado, decidía ignorarlo cruelmente. Art sabía que él le había gritado, que él lo sacó de su vida pero nada de esta mierda era justa.
Él había estado primero, él había sido el primero.
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EVERYTHING IS ROMANTIC͏ ͏ ͏ ͏ ─͏ ͏ ͏ ͏CHALLENGERS.
Fanfiction❛͏ ͏ ͏ ͏Everything is about sex, except sex, which is about tennis.͏ ͏ ͏ ͏❜ Dev nunca creyó tener que encontrarse cara a cara con las personas que cambiaron toda su trayectoria, que la hicieron ascender pero también estampar contra el pavimento. Po...
