EVERYTHING IS ROMANTIC͏ ͏ ͏ ͏ ─͏ ͏ ͏ ͏CHALLENGERS.

vi.

Pestañeó antes de hablar, siendo plenamente consciente de lo que estaba a punto de articular, que probablemente sólo sonaría más que estúpido o bobo.

"Quiero ayudar a Dev."

Y de pronto estaba allí, esperando deseosa por una respuesta, por alguna señal que le demostrara que lo que estaba en su mente no era tan descabellado después de todo.

Devine no sabía cómo reaccionar en realidad. ¿Había siquiera una reacción apropiada? Realmente no.

Exhaló. Había una expresión incierta en su rostro, no se podía descifrar del todo lo que podía estar pensando. Era una de las tantas cosas que admiraba de ella, que existía un vacío que parecía no ser entendido del todo, que detrás de su fachada, existía ese fragmento que le orillaba a lucir cómo si estuviese realmente analizando todo a su alrededor. No era de sorprenderse.
No eran tan diferentes después de todo.

"¿Y qué ganas a cambio?" Preguntó.

Tashi ladeó la cabeza y su ceño se frunció. Esperaba algo diferente a la actitud despreocupada que parecía mantener intacta.

"Digo...", continuó Devine. Sus manos se entrelazaron encima de la mesa, ojos cafés totalmente fijos en ella, cómo si fuese una presa que necesitaba observar con calma antes de atacar. Y una sonrisa se formó en sus delgados labios, un poco diminuta y no del todo obvia. "No es cómo que tengas un beneficio directo de esto."

Entendible. Y fue lo mismo que Art le dijo en cuánto la escuchó hablar, pero no era sobre un beneficio, sobre un trofeo más a su ego y satisfacerse así misma. Se trataba de estar cerca de ella.

Era extraño si lo pensaba de esa manera, de Devine cómo una figura de arcilla a la que podía darle forma e impulso.     Transformar una tenista de universidad en alguien que sería capaz de arrastrar cabezas en cada cancha en la que jugase. Al menos el tenis era la prioridad de Tashi, el querer volver de aquella chica en una ganadora digna. Una forma de demostrar que su lesión valió la pena, que colapsar para ceder la corona había sido una lección. Una manera de introducir a una chica que necesitaba de alguna u otra forma.
Algo en ella susurraba que podía ser una decisión precipitada. Probablemente Devine ni siquiera estaba hecha para los reflectores del mundo del tenis, quizá ella ni siquiera estaba destinada a ser la gran atleta que Tashi tenía en mente que fuera. Pero otra parte de ella, una con más certeza y seguridad, le decía que no lo dejara pasar, que Dev era más que una jugadora cualquiera, que algo en ella estaba escrito para una grandeza. Y no quería equivocarse, errar no estaba más en su vocabulario.

"Quiero verte ganar." La morena respondió sin rodeos

FRANCIA, 2019.

Art juraba que no podía ser el alcohol en su sistema, porqué se había asegurado de no beber lo suficiente para perder la cabeza. Además, Tashi era demasiado estricta con la idea de él siendo captado con una cerveza en mano, o cualquier tipo de trago que lo pusiera en peligro. Así era ella, cuidadosa hasta con lo más mínimo y no la culpaba, su éxito se debía a ella y era algo que nunca llegaría a negar.
Pero era una ocasión especial, porque aún cuándo su racha en el tenis había decaído y lo suyo no era más que partidos sin trofeos o segundos lugares con una mueca sobre su pálido rostro, estaba feliz por la mujer que ahora estaba frente a él. No estaría sorprendido si de pronto una de esas manos manicuradas se estampara contra su mejilla, dejando una marca roja que dolería por un par de días. O que de la nada un flash de alguna cámara apareciera de la oscuridad, dejando a disposición la conversación del tenista Art Donaldson y la prodigio del momento, Devine Lear.