❛͏ ͏ ͏ ͏Everything is about sex, except sex, which is about tennis.͏ ͏ ͏ ͏❜
Dev nunca creyó tener que encontrarse cara a cara con las personas que cambiaron toda su trayectoria, que la hicieron ascender pero también estampar contra el pavimento.
Po...
"¿No deberías de estar acompañada?" Una voz suave habló.
Sintió paralizarse porque reconocía esa voz. Sería estúpido de su parte no saber de quién provenía. Su mirada se nubló por un segundo, haciéndola revolotear sus pestañas mientras su cabeza se levantaba, encontrándose con una persona que seguía respirando en la parte trasera de su cuello, acechándola cómo si fuese una gacela indefensa buscando por algún refugio en aquella enorme sabana. Tragó secamente, casi incapaz de replicar algo, de responder. ¿Era exagerado reaccionar así? No creía que lo fuese.
"¿Qué?, ¿algún gato te comió la lengua?"
Tashi Duncan. La mujer fantasma que flotaba sobre su cabeza cuando arrastraba sus pies hacía el espejo del baño y veía su reflejo apagado, los ojos castaños que temía mirar por la mirada cruda que recibían como respuesta, el cabello largo que amenazaba con querer tocar — el mismo que ahora estaba cuidadosamente cortado arriba de sus hombros. Podía correr, levantarse de aquella mesa y simplemente huir del momento cómo una cobarde porque aún después de lo que ocurrió, aún cuando terminaba topándose con esa figura en las canchas, Devine no se atrevía a cruzar palabras con Tashi. No preguntó cómo se sentía después de la lesión, no envió alguna disculpa cuando terminó enredándose con su novio ni mucho menos se compadeció de la lastimera imagen que todos tenían sobre aquella chica que tenía un brillante futuro. Podía pedirle perdón ahora mismo, quizá arrodillarse y demostrar que sí estaba arrepentida, que si ella se lo pidiese, terminaría con Patrick sin chistarlo porque aún cuando los demás no lo sabían, ni lo sospechaban — Devine estaba dispuesta a hacer todo por Tashi Duncan, inclusive si aquello sólo la redujese a un ser tan patético y complaciente. Pero, ¿cómo podía pensar Dev de Tashi si no era con maravillas?, ¿cómo no podía poner a esa mujer de piel almendrada sobre un pedestal y querer deslizar sus dedos sobre el concreto por el que camino, quizá hasta rozar sus labios contra el mismo? Era enfermizo, lo sabía, sentir tanta devoción y amor pero las cosas no solían ser así. Todo cambió desde ese juego, desde ese verano del 2007 en el que los papeles se vieron invertidos y todas las partes terminaron con fragmentos de corazones ajenos.
"No, no." Devine se limitó a responder, su ceño frunciéndose mientras dejaba la cuchara a un lado del bowl. "Lo siento, es que tengo la cabeza en otro lado."
En ti, en lo que eras, en lo que éramos. Quiso responder aún si eso no tenía sentido porque Tashi sólo había sido su compañera de banca, la que recibía las medallas de oro mientras en su cuello colgaban las de plata. Era estúpido haber creado una relación y un vínculo con una mujer que apenas le dirigía un par de suspiros.
"Me sorprende que estés sola." Tashi murmuró. Su delgada mano se posó sobre el respaldo de la silla, deslizándola para tomar asiento sin previo aviso. "Creí que él estaría aquí contigo."
Él. Hablaba de Patrick. Devine sintió que se atragantaba con su propia saliva y su respiración se detenía por un instante. ¿Estaba a punto de morir y esta era su manera de redimirse? No lo sabía con exactitud pero lo que sí sabía era lo aterrada que estaba ante la idea de compartir una conversación con la chica. No sabía cómo debía actuar, cómo debía responder ante cada una de sus palabras. Se sentía atrapada, casi enjaulada en su propia culpa que era incapaz de ver que Tashi no la miraba con odio o rencor, sino con ternura, como si la imagen de tener a Devine ante sus ojos era una de la que estaba esperando por experimentar. Era sorprendente — el hecho de que Tashi pudiese expresar tanto a través de un par de orbes cafés sin tener que decir ni una sola palabra.
La morena suspiró, su mirada desviándose a un viejo cartel adherido a la pared de la cafetería. Era una imagen de ella con un anuncio que decía "Duncanator." Un buen tiempo se atrevería a admitir.
"No estoy aquí para atormentarte por tu relación, si es lo que crees." Ella empezó, sus dedos tamboreando la madera de la mesa mientras Devine estaba estática, intentando organizar sus pensamientos.
Era un sentimiento abrumador. Se sentía similar a las veces que tu mamá llegaba a casa contigo siendo tomado sutilmente de la muñeca y diciendo que te reprendería por haberte portado tan mal estando fuera con ella. No podía evitar sentirse como esa niña pequeña a la que regañarían, a la que intentarían torturarla hasta que confesara que quizá, sólo quizá, su relación con Patrick era un intento desesperado de tener lo que ella no se atrevía con Tashi, de poder sentir los restos que quedaron de ella sobre la piel de su novio. Devine no quería responder, no sentía que podía aportar nada cuando su voz se tensaba con dificultad. Las palabras podrían salir enredadas y no quería un vomito verbal, no con Tashi teniendo su completa atención puesta sobre ella.
Ella suspiró una vez más, sus cejas alzándose. "Dev, sé que no hemos hablado desde...", pausó. Era difícil tener la memoria tan vivida, recordar con exactitud la manera en la que su pie se torció, en la que los ligamentos no pudieron hacer mucho para sostener su rótula antes de que terminara fracturándose. Era más el entierro de su carrera que el dolor y la cicatriz que quedó marcada sobre la piel, un recordatorio de que a veces, la vida movía sus hilos de maneras tan complicadas al grado de hacerte preguntar si algo de esto valía verdaderamente la pena. "Desde lo que pasó. Pero, creo que hay algo que podría interesarte."
Para Devine, tener esta vista de una mujer vulnerable era complicada de ver. Ante sus ojos, Tashi siempre había sido fría calculadora y alguien incapaz de tener un contacto directo con sus propias emociones pero algo en el pequeño roce que estaba teniendo, le resultaba ajeno a la idea que se había plantado en su cerebro. Porqué Tashi en la corte, era un monstruo. Podía masticar tu tierna carne sin siquiera dar alguna advertencia de que lo haría, sus dedos desgarrando desde lo profundo y engullendo cada parte de su contrincante. Era una imagen grotesca de tener en mente pero así funcionaba el tenis con ella. Era violento, grotesco y apasionado, tanto que extrañaba tenerla detrás de la red, mirándola con tanta hambre que podía transformar en ese deseo de ganar por una palpitante sensación con un tinte de lujuria. Pero la mujer que ahora tenía en frente, era diferente. Era más una niña pequeña, un poco confundida pero con una seguridad aún siendo palpable en su voz. Se sentía confundida, no lo negaría pero también estaba intrigada. Todo lo que tenía que ver con Tashi le intrigaba, aún si había pasado meses negándolo.
"Me gustaría ayudarte en tu próximo torneo universitario."
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NOTA DE AUTOR.
¡Hola! Lamento la tardanza. La verdad es que, la universidad es demasiado agotadora para mí y entre mis tareas, mis prácticas y mis cosas del día a día — escribir se ha vuelto un poco complicado pero heme aquí.
No es un capítulo largo o muy detallado. Realmente me enfoqué más en el tema emocional de los personajes porque quiero involucrarme más en ellos; especialmente en la protagonista y en su constante conflicto interno acerca de su relación con Patrick y Tashi. También me enfocaré muchísimo en Art y eso está por verse igual. Espero les haya gustado y de nuevo, una disculpa. Soy estudiante de medicina y ya saben, esto es demasiado exigente para mí y a veces mi hobby ya no resulta tan fácil de manejar.
Intentaré ser más constante. Y también, feliz 4 meses de Challengers. No puedo creer que ya hace 4 meses que la película se estrenó y que aún sigo tan extasiada como la primera vez que la vi. Aimée.