EVERYTHING IS ROMANTIC͏ ͏ ͏ ͏ ─͏ ͏ ͏ ͏CHALLENGERS.

iv.

Tashi era el centro de su relación. Ella había marcado un antes y un después, y aún si había abandonado el tenis y el camino para Devine estaba listo para que ella pudiera tomar la batuta y quitarle el puesto a Duncan, ella seguía ahí. Parecía que era un fantasma en sus vidas, una gradiente que jamás la dejaría en paz, ni siquiera cuándo el pene de su novio estaba llenándola. Sólo podía pensar en ella, en la manera en la que se desenvolvía en la cancha cómo si hubiese nacido para ello, para ser una puta estrella. Y Devine no podía evitar preguntarse si ella había nacido para estar en la banca, para ser la sombra y tener que comer de las sobras. Le resultaba exasperante saber que una mujer cómo ella tenía tanto poder en su dinámica, que aún si ella había hecho todos los intentos por enterrar la memoria de la chica que era su compañera, aún quedaran restos de ella. Se sentía impotente porque sabía que no había sido la primera opción de Patrick, sabía que antes de que él estuviese queriéndola, ya había existido una antes. Y es que, no se trataba de cualquiera, Tashi no era una cualquiera. Era la que había sido el primer lugar.

Pero en el fondo, Devine sabía que no se trataba de una envidia directa hacia ella porque aún cuando eran los celos los que podían matarla, era la idea de que su novio la hubiese tenido primero lo que la torturaba.
Patrick había sido la primera vez de Tashi. Su primer novio, su primer amor. La idea de que ella hubiese pasado tiempo desperdiciando su potencial con Patrick era lo que la enfurecía tanto y no lograba entender el porqué. Patrick era encantador de todas las maneras habidas y por haber. Era bueno en el tenis aún cuando su revés era un desastre, aún cuando su juego se resumía en partidos perdidos y llamadas de embriaguez hechas a media noche, quejándose sobre lo difícil que era estar jugando profesionalmente porque aún cuando ella estaba jugando tenis universitario, Patrick implicaba cada vez más que eso no era similar a estar siendo destrozado por el ATP.

La voz gruesa de aquél hombre interrumpió sus pensamientos otra vez. Y de nuevo, Devine frunció el ceño.

"Dev. ¿Qué pasa?, te siento distraída."

Suspiró, sentándose sobre la cama. Parecía que había estado tan hundida en su propia cabeza lastimera haciéndose ideas mentales sobre tantas cosas que giraban alrededor de Tashi Duncan que fue incapaz de notar que Patrick quería, más bien, necesitaba de su atención.

"No es nada." Sonrió, sabiendo que detrás de esa sonrisa había un tinte de celos que quería ignorar. "Sólo estoy cansada."

Patrick asintió. No tenía caso presionarla. Además, se quedaría el tiempo suficiente en Stanford como para tener tantas noches como esta, en la que acabaría con el cuerpo desnudo de su novia cerca a su pecho.

"Está bien." Murmuró, aún con un eje de preocupación. No era normal verla así, tan metida en su mundo y lejana a su realidad. Devine no era alguien particularmente soñadora, era más una mujer realista y apegada a las cosas que estaban cerca de ella, intentando aferrarse para mantenerse cerca del concentro pero ese día, parecía que la chica que había conocido a las afueras de la enfermería se había esfumado. "Podemos dormir un poco sí lo necesitas. Sé que has estado cansada por tus entrenamientos. Deberías pedirle a tu coach que no sea tan duro contigo."

Pero no se trataba de eso, Patrick no era tan tonto cómo muchos lo hacían lucir. Sabía que había algo más que el tenis que la preocupaba pero no quería seguir presionando botones. Algo en Devine era cómo Tashi. Un poco testaruda y a veces, arrogante. Pero también lograba ser sensible, se derrumbaba tan fácil y honestamente, Patrick no tenía las fuerzas para lidiar con alguien similar a Tashi de nuevo. Y es que, parecía que genuinamente aquella mujer y la caída de su carrera los atormentaría porque después de todo, él había sido desechado como un juguete sin más y Dev había obtenido el primer lugar a mala gana.