-No -respondió serio. -Creo en el amor al primer choque -dijo ahora sonriendo.

-Si, yo también.

Y nos volvimos a besar, pero poco a poco. Él no era como Matt o Ed, que siempre iban buscando... lo mismo.
Simplemente, él era diferente, y tal vez, eso lo hiciera tan perfecto.

Thomas me agarraba como si quisiera que no nos separásemos nunca.

De repente, di un traspié y nos caímos los dos al suelo, él encima de mí.

-Como la primera vez -dije.

-Como la primera vez -repitió.

Todo sonaba mejor cuando lo decía él.

-¿Crees que esto es obra del destino? -le pregunté.

-No, eso son tonterías. Creo que esto es obra de nuestra torpeza -sonrió.

Y otra vez me besó. Estuvimos mucho tiempo allí juntos en el escenario, rozando nuestras bocas, pero nada más.

De repente, se escuchó un ruido proveniente del fondo de la sala.
Era una puerta abriéndose, la profesora estaba allí.

-Bueno, ya veo que la escena quinta sale de maravilla -dijo esta sonriendo.

Nos levantamos avergonzados y ella nos dijo que podíamos marcharnos.

Salimos de la universidad hacia la residencia.

-¿Y Olivia? ¿Qué va a pasar?

-No lo sé. No estoy seguro si en realidad la quiero -me contestó.

-Tendrás que decirle algo, Tom.

-Voy a romper con ella, de verdad. No la soporto -dijo haciendo una mueca de asco. -Tengo que irme.

Me besó de nuevo, pero esta vez fue un pico.

Cuando se dio la vuelta, una bruja (esta vez no sonreía), nos miraba con cara de estar muy enfadada, bastante, diría yo. Olivia.

-¡Tom! ¿Qué haces besando a esa bestia? -gritó Olivia.

Si yo era la bestia, ¿Tom sería la bella? Me pregunté.

-Primero, no es ninguna bestia, y segundo, tengo que decirte algo -le aclaró Thomas a su novia.

-¡Pues dime ya lo que tengas que decirme y explícame por qué la has besado!

-Cálmate.

-¡No quiero calmarme, Tom!

-Bueno, pues te lo explico, es muy fácil. Estoy enamorado de Anaís, la quiero. A ti, no. Así que te lo digo con dos palabras: te dejo.

La cara de Olivia, a pesar de ser muy morena, se puso pálida. Sus ojos tornaron llorosos.

-No puedes hacerme esto, Tom. Llevamos juntos dos años -sollozó.

-Sinceramente, me da igual. Adiós, Olivia -dijo él agitando la mano.

Ella emitió un sonido que me pareció una especie de bufido y grito. Luego me dedicó una mirada amenazante y se fue.

-Uf, que bien se siente uno al quitarse ese gran peso de encima -suspiró de alivio.

-¿Y no vas a coger otro peso para remplazarlo? -le dije

-Claro, pero tu no pesas absolutamente nada.

Luego, nos despedimos y yo me dirigí a mi habitación. No era que me apeteciera mucho ir, ya que allí estaba Vicky.

Cuando iba a abrir la puerta, esta se abrió de golpe, un brazo me agarró la camiseta y me arrastró dentro.
Era Vicky.

-Tía, ¿pero tú de qué vas? ¡Primero te follas a mi novio y luego le robas a Tom a Olivia!

-Vicky yo...

-No quiero que me llames así, no somos amigas. Soy Victoria para ti.
Me da pena el pobre Matt, nunca supo cómo eras en realidad. ¡Me da pena!

-¿Cómo sabes tú lo de Olivia?

-¡La pobre chica ha venido aquí llorando y me ha contado lo que ha pasado! Dime, Anaís, ¿te sientes bien? ¿Eh? ¿Eres feliz así?

En ese momento, abrí la puerta rápidamente y salí de la habitación. Nunca había visto a Vick... a Victoria tan furiosa.

No pude contenerme, y las lágrimas corrieron por mi rostro.

Yo no tenía la culpa de haberme acostado con Ed, él me había presionado.
En cuanto a lo de Tom, yo lo quería, el sentimiento era mutuo. Pero ellas no lo entenderían.




Ese algo llamado amor ©Where stories live. Discover now