Doce

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DOCE.

—Esta todo bien, mañana por la mañana te daremos de alta.—el Doctor Allen me sonrió a mí y a Harry. Salio de la habitación tarareando felizmente.

Mire a Harry, quien tomaba mi mano y al percatarse que lo miraba volteo hacía mí y me sonríe.

—Ethan y yo te tenemos una sorpresa. Prometo que te va a gustar. —beso el dorso de mi mano. —No es muy grandiosa pero...no, si es muy grandiosa. —Se agacho a mi altura y junto nuestras narices—es una forma de que me perdones. —Miro su reloj—Me tengo que ir, Ethan tiene que ducharse. Te veo mañana, amor. Te amo mucho. Cuidate.

Beso mi frente, y con esto camino a la puerta y salió dando un portazo.

Cerré mis ojos pensando en cómo era que Harry y mi bebe habían sobrevivido estos últimos días. En casa. Solos. Sin mí.

Me imagine a Harry y a Ethan sentados en el sofá, uno en cada extremo, viendo películas o caricaturas mientras comen de un bote repleto de palomitas. De repente comienzan a aventarse las palomitas y a gritar algo como "toma esto". La imagen hace que sonría aun con los ojos cerrados y recuerde que mañana yo estaré así, con ellos, jugando o cualquier cosa que hagamos juntos.

La doctora Philips ha venido a verme, y me ha preguntado la razón del porque estoy en el hospital. El miedo y la vergüenza hicieron que le gritara que se largara antes de que la volviera a ahorcar.

Lo sé, estoy loco. Pero es lo que menos importa ahora.

Ella dijo que a veces, juntarse con personas locas te vuelven loco, que me mantenga alejado de ellas y evite el menor contacto. Como si pudiera, vivo con un pequeño demente...y con Harry. Y aunque pudiera irme no lo haría, no dejaría solo a Ethan o a Harry.

Lo malo del amor, es que proteges a las personas que te hacen daño.

∞∞∞

La noche había pasado lentamente, llena de pensamientos buenos y malos. Afortunadamente ya la luz del sol se filtraban por la ventana de la habitación y Harry me esperaba en la recepción para irnos.

A un lado de mí, se encontraba una bolsa con mis cosas (cepillo de dientes, desodorante, las cartas de Ethan y Harry y ropa). No podía cargarlas, debido a que mi hombro aun dolía y me lastimaría mas de lo que ya estoy, así que la tome con mis manos y salí. Harry me ayudo con la bolsa, bajamos hasta el primer piso y subimos a su auto. En el trayecto a casa me contaba sobre lo que había hecho él y Ethan mientras yo no estaba, y aunque me causo una gran alegría saber que su relación volvió a ser la misma de antes, nada se compararía a la emoción que sentí al ver la casa de Harry a menos de veinte metros.

Baje del auto y corrí a la entrada,abrí la puerta deseoso de ver a Ethan y abrazarlo. Apenas puse un pie en la casa, el delicioso olor del chocolate me recibió y, a unos cuentos pasos de mi, en el recibidor, Ethan estaba sentado sonriéndome amplia mente. Tazones de palomitas, chocolate derretido, dulces, fresas con crema y un montón de cajas de películas era lo que adornaba a su alrededor.

Sentí las manos de Harry en mi cintura y su voz en mi oído.

—¿Te gusta amor?—Asenti estupefacto—esto es solo una pequeñisima parte de tu sorpresa.—me dio un beso en la mejilla.

Después de llorar unos cuantos minutos y agradeciéndole a los dos, nos sentamos y comenzamos a ver la primer película animada, Mi villano favorito. Terminando fue Buscando a Nemo, Peter Pan, Lilo y Stitch.

A petición de harry, la última película sería elegida por mi. Sueños de libertad apareció apenas minutos después.

Horas más  tarde una chica desconocida vino a cuidar a Ethan, y Harry me llevo a un zoológico cerca del centro de la ciudad. Convivimos con los animales, incluyendo los tigres, los chimpancés, los conejitos, los lémures, los koalas y un sin fin de animales que no recuerdo su nombre.

Me encontraba muy feliz por la sorpresa de Harry y lo que estaba haciendo para perdonarlo. Una sonrisa adornaba mi rostro durante todo el día.

Cuando ya oscurecía, Harry me tomo de la mano y subimos a su auto. Nos estacionamos en un gigante parque de diversiones. Y corrimos a los juegos.

Harry se resbalo un montón de veces, vomito unas cuatro, reímos, hicimos bromas, conocimos personas (que a muy regañadientes Harry me dejo hablar con ellas), y para el final del día al regresar a casa parecíamos dos enamorados.

—Dúchate cariño—me hablo Harry cuando subíamos las escaleras. Lo voltee a ver divertido.

—¿Tan mal huelo?—El rió y negó con la cabeza. Su risa es tremendamente perfecta ¿lo sabían?

—No, pero te daré la última parte de tu sorpresa—alce las cejas con sorpresa.

Ya me había llevado al zoológico, a un parque de diversiones, me había hecho pasar una mañana estupenda y aún no se acababa mi sorpresa.

«Qué lindo es»

«Pero es un...»

«¡Agh! ¡Cállate!»

Completamente duchado, perfumado y limpio, me puse el hermoso traje que Harry había dejado en mi cama (la cual estaba en otra habitación y era una diferente a la nuestra) y los zapatos que lo acompañaban. Por el atuendo deduje que iríamos a un lugar elegante y lujoso.

Baje a la sala y oh-dios-mío. Un dios griego estaba ahí, parado, sonriéndome, dejándome ver sus hoyuelos, y olía delicioso por lo que pude saber al acercarme a el.

—Te llevare a un lugar hermoso, como tu. ¿Me da su mano caballero?—Rei con fuerza.

—Seguro que sí, amable hombre, pero solo si promete portarse bien. —Le seguí el juego. El agrando su sonrisa.

—No aseguro nada, hermoso mío.

Me guío hacia la puerta sosteniendo mi mano. Y cuando llegamos a su auto, abrió la puerta y me hizo una reverencia muy elegante.

Creo que voy a explotar de felicidad.

∞∞∞

El lugar era delicadamente perfecto, los platillos simplemente deliciosos y el momento demasiado romántico para creerlo.

Terminada la cena y el postre, Harry comenzó a hablar.

—Sé que he hecho muchas cosas malas, empezando por perderte, el cual ha sido mi peor error, créeme—suspiro—pero te prometo que si me dejas reparare cada error que haya cometido, absolutamente todos. A lo que voy es que quiero que me des una oportunidad más, y te prometo que no la voy a desperdiciar.—Metió sus manos en su bolsillo trasero—Así que...—Saco una pequeña cajita de terciopelo negro. Pegue un pequeño grito y puse mis manos en mi boca sin creerlo—Louis Tomlinson...—Se arrodillo frente a mi. Oh por dios—¿quieres casarte conmigo?.

Desde aquí puedo escuchar las campanas de la boda :3

AsesinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora