Nueve

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NUEVE.

El silencio abunda en la habitación blanca, y lo único que quiero es irme a casa como el cobarde que soy.

Puedo sentir como la mujer de bata blanca me mira atreves de sus lentes de pasta negra. Trato de ignorarla mirando al techo y olvidar que estoy sentado en un sofá estilo vintage en donde decenas de personas han estado recostadas.

—Entonces Louis, ¿puedes contarme acerca de tus años en Doncaster?

«Puedo, pero no quiero»

La rubia de ojos grises se levanta y comienza a caminar alrededor del sofá. El solo hecho que me analice hace que ponga mis hombros rígidos, y mantenga mi cuerpo tenso. Al parecer lo nota pues se detiene y se vuelve a sentar detrás de su escritorio.

—Mira, solo quiero que contestes la preguntas que te hago ¿está bien?

«Es por el bien de Ethan y el tuyo» recuerdo la palabras de Harry. Asiento. Tengo que dejarlo atrás.

—Bien. —Dice la señora Philips. — ¿Recuerdas a tus padres?—asiento de nuevo— ¿Cómo eran ellos?

—Papá era alcohólico. Y mamá le obedecía en todo. —Susurro.

La imagen de papá sosteniendo una botella y sonriendo maliciosamente aparece en mi mente.

— ¿Alguna vez tu madre lo desobedeció en algo y tu padre se comportó de manera agresiva?

—Él siempre era agresivo, y mi madre nunca lo desobedeció. Pero papá decía que no hacía nada bien.

"¡Por una vez en tu vida has algo bien! ¡¿No te basto con hacer el peor error de tu vida teniendo a ese bastardo?!"

—Dime Louis, ¿crees que tu padre te quería a ti y su esposa?

—No

"Puedo ver sus ojos, llenos de odio y asco, mirándome."

— ¿Cómo murió tu madre?

—El la mato—Ya no estoy nervioso, ya no estoy en la habitación. Solo contesto, sumergido en el pasado.

— ¿Y qué paso después de que el la matara?

—Me vendió

"El extraño frente a mí me ve sin expresión alguna. Su cabello revolotea por el viento al igual que el mío. Papa me empuja hacia el,y el extraño me agarra el hombro y me guía a una camioneta negra. Se agacha hasta mi altura y susurra aun lado de mi oído.

—Nos vamos a divertir mucho, bebe."

Tal vez son los recuerdos, tal vez es el dolor que siento en mi pecho o el saber que no lo he superado lo que hacen que me abalance hacia la doctora y ponga mis manos en su cuello, asfixiándola. Ella comienza a abrir la boca en busca de aire.

Gritos, pasos y jadeos es lo único que escucho, hasta que el sonido de la puerta abriéndose y de unos pasos hacia mi retumban en la habitación.

Un dolor agudo en el cuello hace que suelte a la mujer asustada debajo de mí y me sumerja en un profundo sueño, en donde reina la oscuridad y el silencio.

Se que este capitulo es mierda,pero al siguiente volveremos a la historia de Harry, Louis y Ethan.Espero que entiendan como fue la infancia y adolescencia de Lou :)

Gracias por leerme, los quiero.

AsesinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora