⚠️Capítulo 60.5 (II)⚠️

72.1K 4.9K 338
                                    

POV ESLAY

Pablo estaba verdaderamente inconsciente; quiero decir, se intentó de todo para que abriera sus ojos, para que despertara, pero el hijo de puta seguía perdido en su mente. Por un momento llegué a pensar que Bubba lo mató a golpes, pero su pecho continuaba subiendo y bajando con lentas respiraciones, así que la idea fue rápidamente descartada.

Tuve que sumergir su cabeza en agua helada para hacerlo despertar. Despierta sobresaltado y con la respiración muy agitada, sin embargo termina sonriendo con cinismo y descaro, como si le importara una mierda el pequeño detalle del tanque de agua con hielo, y todas las atrocidades que estoy por hacerle a su mente y a su cuerpo.

—¡Pablo! —lo saludo con falsa alegría, dándole una sonrisa similar a la suya, y entonces lo miro de pies a cabeza—. ¿No te parece una falta de respeto estar desnudo en mi casa, cuando mi mujer podría ver tu pequeña existencia?

Su sonrisa se ensancha—. A esa perra seguro le gustaría lo que tengo para darle.

—Mala respuesta. —Le doy una mirada a Troch, y éste se apresura hasta Pablo con dos pinzas conductoras conectadas a una batería—. Conociendo tu retorcidamente, estoy bastante seguro de que disfrutarás algunos voltios directo en las pelotas.

Troch se asegura de acomodar una pinza en cada bolsa testicular, y retrocede mientras Pablo sisea.

—¿Dónde está mi hijo? —pregunto—. Tienes la opción de hablar, o cocinaré tus testículos, joderé tu cuerpo de todas las maneras posibles… No te dejaré ni un momento de descanso hasta que hables.

—Tengo honor, Crawford…

—Veremos cuánto dura —lo interrumpo, dándole un asentimiento a Matt, quien conecta la batería.

El cuerpo de Pablo comienza a sacudirse en la cuerda que lo mantiene levantado del piso; sus ojos se vuelven blanco mientras un grito escapa de sus labios, y únicamente le pido a Matt que apague la batería cuando veo el hilo de saliva goteando de su mentón. Pablo detiene sus bruscos movimientos, pero sus músculos aún sienten los espasmos de la electricidad, así que aún sigue sacudiéndose de vez en cuando.

Tomo una profunda respiración y doy unos pocos pasos cerca de él.

—Todo ser humano tiene un límite de dolor, Pablo, y prometo que descubriré cuál es el tuyo —le aseguro, dándole una mirada a Chase, quien tiene una tenaza en las manos. Le doy un asentimiento, y él se acerca a Pablo, sujetando una de sus manos y arrancando una de sus uñas; lento, muy lento—. Si tu lealtad a nadie vale tu sufrimiento, entonces te haré sufrir, gritar y suplicar hasta que seas la rata más traicionera.

Su respiración está agitada, y puedo ver el dolor en su rostro. Un estremecimiento lo hace sacudirse antes de soltar un grito en cuanto Chase comienza a arrancar la segunda uña, después la tercera, después la cuarta. Los gritos de Pablo van en aumento, pero es todo lo que sale de su boca, y después de cada grito siempre viene una sonrisa de satisfacción, sin importar cuánto dolor esté sintiendo.

Niego y ordeno—: Que el siguiente sea su dedo.

Y así lo hace Chase, aunque no tan convencido como antes. Oigo un crack, y me acerco a él otro poco, sonriéndole de la misma manera cínica, y sujetando su cabello en un puño, mientras que con la otra mano empujo su mandíbula hacia arriba, impidiendo que el sonido de su grito se escuche. Termina de desprenderse su dedo, e inmediatamente la sangre brota como fuente, salpicándome a mí y a Chase. Matt se asegura de llevar su encendedor a la herida para evitar más sangrado. Si llegase a tener una hemorragia por culpa del dedo, y muriera antes de siquiera comenzar a hablar, entonces sería una lástima… Sin embargo no me importa.

De un Mafioso | Clan Crawford #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora