De un Mafioso | Clan Crawford #1

Jaron & Axe

Jaron

—Te estoy dando lo que te mereces, como el maricón que eres. —Su voz es baja y hostil, logra calar hasta lo profundo de mi ser mientras aplasta mi rostro contra la alfombra, dificultándome la respiración, y golpeándose dentro de mí.

Tan doloroso…

Y no puedo soltar ni siquiera un lágrima, porque eso solo vuelve todo peor. Sin embargo, se vuelve difícil con la imagen frente a mí, y no puedo dejar de ver. El cuerpo muerto y ensangrentado de la persona que amé está tendido junto a mí en la alfombra de la habitación mientras estoy siendo violado por uno de los miembros de una mafia… Mafia que no sabía que él manejaba, hasta este momento.

Sus ojos vacíos y muertos miran directamente a los míos. Su sangre aún está en mi cara, y el pánico no me abandona en ningún momento mientras la fría y castigadora mirada de Yair se encuentra sobre mí. Es como si estuviera disfrutando de mi castigo, y no dudo que lo esté haciendo. En pocos minutos de conocerlo puedo decir que es un hombre sádico.

Dolor y ardor en mi espalda me hacen sisear y cerrar los ojos con fuerza, a la vez que arqueo la espalda. Una risa conjunta llena mis oídos, y más de esa sensación me llena; están apagando sus cigarrillos en mi espalda.

—Jaron…

Dejo caer mi cabeza contra la alfombra y trato de alcanzar su mano, pero un pie pisando mis dedos con fuerza me detiene.

—¡Jaron!

Me despierto sobresaltado y con un fuerte dolor de cabeza que me recuerda el porqué nunca bebo. No importa qué tan poca sea la cantidad, o si no llego a embriagarme… Siempre recuerdo ese día, incluso después de casi dieciséis años.

Centro mi vista, encontrándome en una sala que no es mía, y sin la mayoría de mis prendas. Paso una mano por mi rostro y termino de despabilarme mientras me estiro contra el sofá.

—Te estabas agitando mucho… Golpeaste mi rostro con fuerza, de hecho. ¿Estás bien? —me pregunta Hugh, el tipo con el que más seguido me veo, con un poco de preocupación en su expresión.

—Sí —es lo único que respondo mientras me acomodo sentado; no me gusta hablar mucho por la mañana, especialmente no con él. Miro los restos de coca en la mesa y frunzo el ceño—. ¿Me metí de esa porquería?

Hugh ríe, como si fuera la cosa más divertida y asiente—. Sí, me sorprendió bastante que aceptaras.

Mi celular vibra en la mesita frente a nosotros, y me apresuro a tomarlo antes de que él lo haga. Tiene la mala costumbre de tomar mi celular cada vez que me quedo a dormir; como si jodidamente fuéramos amigos pareja o amigos siquiera.

Veo varios mensajes, pero los que aparecen primeros, y los que acaban de llegar, son los de Axe, lo que me hace despertar aún más. Es muy raro que envíe mensajes, así haya entendido mi historia, así me haya perdonado al igual que River lo hizo… Desde que sabe quién realmente soy, mantiene un poco su distancia.

Y con sabes quién realmente soy me refiero a que sabe que soy gay. No es algo bueno si eres parte de la mafia, por lo que las pocas personas que lo saben, mantienen el secreto por mí, para evitar que un hijo de puta intente hacerme algo mientras estoy en lo mío. Aunque, bueno, para ser justos me pueden suceder cosas incluso si no fuera gay; estoy metido hasta el cuello en la bratva.

Jaron: ¿Puedes pasar por mí? Estoy en el mismo lugar de siempre.

Axe: Ok.

Su respuesta es corta y tajante. Estoy bastante acostumbrado a eso. El mocoso es incluso más maduro que yo, y eso me da un poco de envidia. Tal vez por eso aun lo encuentro atractivo; tal vez deseo lo que él tiene y yo no… No es como si fuera la primera vez que alguien me atrae por eso, de cualquier forma.