Capítulo 42

84K 5.3K 429
                                    

Hay un sonido constante y molesto, pero lejano; apenas puedo oírlo, pero todo comienza a volverse más claro con cada segundo que pasa, volviéndome más consciente de los ruidos, y del insoportable dolor en mi cuerpo. En mi mente solo puedo preguntarme: ¿qué es lo que me harán ahora?

Beep.

Beep.

Beep.

Hago una mueca de disgusto, mientras comienzo a abrir mis ojos lentamente. Hay una penumbra envolviendo la habitación, y solo tengo que mirar a mi derecha para darme cuenta que estoy en un hospital. Trago grueso, tratando de recordar cómo es que terminé en este lugar, pero no hay nada en mi mente. Solo puedo recordar el pinchazo antes de perder la consciencia.

Mi corazón se acelera y comienzo a hiperventilar en cuanto miro a mi alrededor una vez más. No distingo nada, todo está demasiado oscuro, y, aunque sé que no estoy en el sótano de Zeke, es como si mi cerebro no terminara de procesar eso… Entonces, un ataque de pánico comienza. Llevo una mano a mi pecho mientras me siento, quejándome de dolor.

Todo mi cuerpo tiene moretones, y donde no los hay, cortes revisten mi piel.

Quiero llorar. Solo quiero llorar desesperadamente, porque estoy aterrada una vez más, no sé qué harán conmigo, ni porqué Zeke se ha ensañado tanto conmigo para al final dejarme viva. Siendo honesta, no sé qué hubiera sido mejor, seguir con vida después de todo, o que me asesinara en ese momento.

Flashbacks comienzan a llegar a mi mente, y eso solo empeora mi situación. Llevo mi mano a la sonda del suero, y termino quitándomela mientras un escalofrío me recorre la espalda al sentir la flexible aguja saliendo de mi vena. La respiración comienza a falarme, y llevo una mano a mi cuello, notando la venda alrededor de este, a la vez que el monitor cardíaco comienza a sonar desesperadamente.

Necesito salir, tengo que salir antes de que Zeke o uno de sus hombres regrese por mí. Me digo a mí misma que tengo que tranquilizarme, pero no funciona, siento que voy a derrumbarme en cualquier momento.

Bullicio comienza a escucharse por el pasillo de la habitación, y trato de apurarme para bajar de la camilla, llevando una mano a mi vientre. Entonces me quedo paralizada, estática en mi lugar, mientras intento buscar algún indicio de que mi bebé no está allí; Zeke está enfermo, no dudo que haya hecho cualquier cosa con mi cuerpo mientras estaba inconsciente. ¿Por qué estaría en un hospital sino?

Pocos segundos después, la puerta de la habitación se abre, iluminando la habitación, y entrecierro mis ojos para intentar acostumbrarme, rezando para que no sea nadie del clan de Zeke. Afortunadamente para mí, los ojos se me llenan de lágrimas al poder reconocer la figura de John.

Esto no es un sueño, ¿verdad? Por favor, cabeza, no estés jugando conmigo en este momento.

Y, como si ver a John fuera poco, mi llanto comienza en el momento en que reconozco a la figura detrás de él. Un sollozo, más parecido a un quejido, escapa de mis labios mientras dejo caer mi cabeza hacia delante, y comienzo a llorar como lo he hecho hasta ahora, solo que, esta vez, es de alivio.

No sabía que se podía tener rencor y felicidad al mismo tiempo, sino hasta que la figura que se desapareció como si la tierra se lo hubiera tragado, se materializa frente a mí; hasta que Eslay está observándome con ojos de preocupación y alivio. Sin embargo, no estoy segura de querer verlo ahora.

—River…

—No —lo interrumpo con un hilo de voz, que ni siquiera reconozco como la mía. Tengo un nudo en la garganta que me impide seguir hablando, así que niego repetidas veces, mientras continúo mi llanto—. No te acerques a mí —encuentro mi voz, solo momentáneamente.

De un Mafioso | Clan Crawford #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora