Solo ella.

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—¿Por qué no contestas? —preguntó Zafiro algo frustrada mientras sostenía el teléfono.

Estaba sentada en la acera, afuera de mi casa con evidente tristeza solo por pensar que pude haber pasado mucho más tiempo con ella y no lo hice. Nada en ese momento podía hacerme sentir mejor, nada.

Pero Zafiro tenía la certeza de que quizás Génesis podría consolarme de mejor forma, y yo de verdad quería tenerla cerca.

Pero ella no contestaba las llamadas, estaba decepcionada de sí misma y reviviendo el pasado junto a su abuela…

—El miedo al pasado puede afectar no solo tu presente, sino también el de quienes te quieren. Los recuerdos del pasado son como fragmentos, y es tarea del presente unirlos o resignarse a vivir con ellos sin vislumbrar un futuro distinto. Si no superas el pasado, estarás condenada a repetir los mismos errores una y otra vez. Aunque se diga que el pasado está atrás, si no se supera, seguirás repitiendo sus errores —dijo la abuela de Génesis consolándola.

Mercedes más que nadie conocía el pasado de su nieta y ese miedo que tenía a enamorarse una vez más.

—Es que no puedo olvidarlo. Cuando la veo me digo a mí misma: “vas a arruinarlo otra vez”. ¿Por qué ella tendría que pagar por mis errores?

La abuela de Génesis era una mujer muy comprensiva y sabía, que a pesar de estar alejada de todos sus nietos por su estilo de vida, jamás se negaba a ayudarles en lo que sea.

—Te cuesta mucho aceptar y superar cuando pierdes algo.

—No es cierto.

—¿Ah no? —preguntó estando a punto de revelar uno de los momentod mas tuernos y vergonzosos de la infancia de Génesis, uno de sus momentos favoritos—. Cuando eras niña en la escuela te pidieron cuidar una planta, te regalé un helecho, le pusiste por nombre helechina y lloraste cuando se te marchitó.

—Es que no es justo, la cuidaba.

—Génesis, el punto es, cosas y personas llegan a nuestras vidas para perdurar, para ser eternas y acompañarnos siempre. Otras son solo experiencias pasajeras, destinadas a enseñarnos. Debemos comprender que cuando algo se pierde, es porque así debía ser; su propósito no era acompañarnos en el camino de nuestras vidas, sino enseñarnos lo suficiente para poder seguir adelante. Quizás esa experiencia del pasado solo quiso enseñarte y es ahora cuando debes decidir si aprender de ello o cometer el mismo error.

Parece sencillo, pero el pasado de Génesis fue tan cruel que parece imposible de olvidar y aquello que perdió son cosas que esperas que te acompañen toda la vida.

—Anda, parece importante —dijo Mercedes cuando el celular de Génesis sonó una vez más—. Contesta.

—No —respondió mientras estaba recostada sobre el regazo de su abuela—, no me apartes de ti, deja solo por un momento que mi corazón descanse.

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—Maldita sea, ¿por qué no contestas? —aunque se cruzó de brazos y parecía enojada comprendió que— Esto es mi culpa, tengo que buscarla.

Aparentemente, Zafiro quería buscar a Génesis, convencida de que su presencia sería un bálsamo para mí. Cuando me percaté de su partida, sentí un nudo en la garganta y un impulso desesperado por no quedarme atrás.

—¿Vas con Génesis? —le pregunté.

Con los ojos anegados en lágrimas, clamé a Zafiro que me llevara consigo, pronunciando el nombre crucial que desataba un torbellino terrible. Todo porque sentía la necesidad de su abrazo.

Gray Eyes (chicaxchica)Where stories live. Discover now