Lo hago por ti.

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Si le preguntan a Alastor que es el amor, él dirá que lo es todo, tanto en el pasado como en el ahora. 

Para él, que fue creado para servir a alguien, lo único que conoció fue a su compañero. Pero no se sentía afligido, a sus ojos su compañero era tan brillante y le daba tanto de sí mismo que era abrumador. La calidez de sentimientos que no comprende.  

— Siempre juntos. — Decía y quería que fuera, mientras hablaban, mientras creaban el quería más. 

Anhelaba más y sabía que era malo, tenía miedo y quería rogarle a su compañero para huir, quería que se fueran juntos, lejos muy lejos. Quería seguir junto a él.

— Creo que estoy enfermo. — Su compañero se escandalizó de eso. 

— ¿Te duele algo? 

— Oh no, pero… me siento extraño a tu lado. — Afirmó. Su compañero inclinó su cabeza, ¿Por qué es tan lindo? 

— ¿Extraño? 

— Si, cuando estoy cerca de ti quiero quedarme a tu lado, y no me gusta cuando te vas de mi lado, tampoco me gusta que pases tanto tiempo con nuestras mascotas y… quiero que solo me mires. — Explicó, espero la respuesta de su compañero para que confirmara su enfermedad, en cambio su compañero jadeo. 

— ¡Me siento igual! Me siento mal si no estas conmigo, quiero verte en cada momento y soy feliz a tu lado. — Afirmó su compañero, ¿Quizás ambos estaban enfermos? 

No se dio cuenta de lo que era, pero se amaban mucho… Ambos no fueron creados para amar y aún así lo hicieron. 

Y era hermoso verlos, porque era un tipo de amor ingenuo y puro. Aún que no lo sabían ambos eran especiales el uno para el otro.

Amar se convirtió en algo que necesitaban, algo indispensable y natural. Tan natural que no se dieron cuenta de que estaba ahí, porque en su pequeño mundo feliz, no existe el dolor y desesperación. No había nada de eso, desconocían eso.

Pero fue Alastor quien sintió miedo primero, fue el primero en ser abrumado por el hecho de pensar en un mundo sin Ivan, ¿Pero por qué surgiría tal pensamiento? 

Bueno, eso fue gracias a Luz.

— Debes comportarte, tus pensamientos… no son buenos. No quiero tener que eliminarte, sería una molestia. — A diferencia de Ivan, Alastor fue creado para servir. 

A él no le endulzaron nada pero escuchar eso… ser eliminado significaba dejar de existir, Ivan se lo enseñó. 

Él quería seguir al lado de Ivan.

Así que tuvo miedo, miedo de ya no poder quedarse. Quería decirle a Ivan, quería contarle sobre esto.

Pero no pudo, ¿Cómo podría? Ivan era demasiado hermoso y puro, no quería que él también sintiera esta horrible emoción. 

Así que no le dijo nada, pero no pudo evitar seguir hablando, preguntando y buscando más, él no debía hacerlo pero Ivan lo trató como su igual a pesar de que no lo era.

— Hay que ponerle nombre. — Alastor dijo e Ivan lo miró confundido. 

— ¿A qué cosa? 

— Oh, lo que sentimos. — Alastor ofreció, en ese tiempo no nombraron el amor, sabían que sentían, que era algo especial y que no podía ser nombrado a la ligera.

El Hijo del Infierno Where stories live. Discover now