Resurgimiento del mal

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Miguel estaba preocupado por Lucifer, últimamente ha estado frecuentando a Rafael y no es que sea malo, pero está preocupado por eso. 

Además extrañamente Rafael apoyó la idea de crear a otra mujer para Adán pero sin matar a Lilith. Por supuesto los demás miembros de la corte celestial estuvieron en desacuerdo por lo que después de largas reuniones y mayoría de votos decidieron crear una nueva humana, más sumisa y obediente. 

— No espere que estuvieras de acuerdo con dejar a Lilith vivir, pero sabes que si hace algo mal no podremos defenderla. — Miguel miró a Rafael quien se detuvo a mirarlo, sus ojos brillaron lo que incómodo un poco a Miguel.

— Si eso pasara todos saben que Lucifer sufrirá, fue tu descuido dejar que este fuera a Edén sabiendo que aún estábamos observando a los humanos. Si Lilith hace algo malo serás responsable de ellos junto con su castigo. — Miguel hizo una mueca pero verdaderamente era justo. 

— Si ella hiciera algo malo me haré responsable, no te preocupes. — Rafael lo miró y se dio la vuelta sin más. Pero no llegó lejos cuando Miguel lo tomó del brazo. — También había algo que quería preguntarte. 

Rafael entrecerró los ojos con duda pero le dejó preguntar.

— Lucifer te ha estado visitando seguido, yo me preguntaba si has notado algo raro en él. — Rafael frunció un poco el ceño. 

— Lucifer sigue siendo Lucifer. ¿Sucede algo? — Miguel miró al contrario nervioso y suspiró. 

— Simplemente lo he sentido distante y estoy preocupado por él. Ha actuado así desde que le negué ir al jardín del Edén. Se que dijiste que era por su bien y eso pero- — Miguel se detuvo de golpe cuando sintió una mano sobre su cabeza. 

Rafael acarició su cabeza con cuidado y Miguel se sonrojó. Rafael siempre hacía el papel de cuidar de todos y era vergonzoso porque Miguel era mayor que él, aun así Rafael era más alto por lo que todos lo veían como el mayor. 

— Lo estas pensando demasiado. Lucifer puede estar triste pero no va a desobedecer una orden. Sabe que es por que lo proteges y no quieres que nada le pase. — Rafael acarició su cabeza y mejilla. 

— Solo quiero que sea feliz. — Murmuró sosteniendo la mano de Rafael, este último sonrió y era algo que normalmente no hacía.

— Y lo estas haciendo bien. — Rafael le aseguró antes de soltarlo y volver al trabajo, Miguel se quedó parado ahí pensando. 

Muy ajena a ellos Lucifer estaba en conflicto volando y buscando a Lilith o Adán. A la primera que encontró fue a Lilith. 

— ¿Lilith? — preguntó con cuidado y está se alegró de verlo.

— ¡Lucifer! — Lilith se acercó a él feliz, aunque aún poco culpable por dejarlo atrás cuando discutió con Adán. 

— ¿Estás bien? 

— ¡Mejor que nunca! Alejarme de Adán era lo que realmente necesitaba, me siento tan aliviada y soy libre de tomar mis decisiones, ¿No es genial? — Lilith hablaba alegre y con entusiasmo, por supuesto que Lucifer estaba feliz por ella pero también preocupada por su seguridad. 

— ¡Me alegro! En serio… solo… ¿Está bien que se separen? Se que lo quieres pero-

— ¡No! No pienso volver con el. Prefiero estar sola. Además me dijeron que habría otra humana, podré ser libre y-

El Hijo del Infierno Donde viven las historias. Descúbrelo ahora