🫒 Capítulo 51 🫒

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El dolor que sentía su parte animal le desgarraba desde adentro, dolía como una herida abierta desde su pecho.

Era una sensación tan insoportable que lo hace removerse de su sitio, abriendo sus ojos de golpe al escuchar ruidos a la lejanía.

Ruidos que al estar agudizar sus sentidos identifica que son gritos que le erizan la piel, sus ojos observan la habitación en la que se encuentra, notando como la luz de la luna se cuela por entre las cortinas del ventanal.

Trata de ir incorporándose en la cama aunque su muñeca duele pues puede ver una intravenosa en su muñeca que ante el movimiento brusco se ha movido un poco.

La soledad de la habitación es quien lo rodea, pero percibe perfectamente en el aire ese aroma que inunda cada rincón.

De nuevo los gritos que escuchó en un comienzo se hacen presentes, esta vez conoce perfectamente al dueño de estos.

Los recuerdos antes de desmayarse llegan a su mente en un parpadeó, el miedo recorre su cuerpo en un escalofrío y su omega se remueve iquieto, suplicando ir con su alfa, tanto al punto de dolerle el pecho por la incertidumbre que sus quejidos provocan.

Con poca sutileza se quita aquella intravenosa de la piel y la arroja por algún sitio, saliendo de la habitación lo más rápido que sus aún dormidos músculos le permiten,  dirigiéndose hasta el lugar donde está Erik.

Al tener la puerta de madera frente a él la abre sin titubeos topándose con una imagen que estruja su corazón.

Selene se encuentra con instrumental médico entre sus manos tratando la herida del cobrizo que esta por debajo de su clavícula, una intromisión que es lo que causa los constantes quejidos de dolor del alfa, quien como se lo mencionó la médico trata de alejarla.

Puede notar el brillo de sus ojos en un ámbar intenso, Scott trata de controlarlo tanto como la fuerza impulsiva del alfa se lo permite, por otro lado nota a la señora Eddie tratando de calmar a su hijo.

—Charles ven aquí, cariño.

Le dice la mayor sacándolo de su trance, acatando sus órden al instante,  llegando hasta el otro costado del cobrizo quien respira muy agitado lo cual lo asusta.

—Tú aroma, Charles.

Le habla la pelinegra, quien trata ahora de detener nuevamente el sangrado excesivo que sale del cobrizo, pero un solo toque de ella basta para que el alfa se remueva nuevamente, haciendo actuar al castaño.

Quien contrasta en un segundo las feromonas amargas del café con sus esencia dulce, lo que detiene poco a poco los movimientos del cobrizo. Logra sentarse a su lado tomando su mano con delicadeza siendo correspondido el toque con firmeza.

Con un paño pasado por Eddie logra limpiar las gotas de sudor que bajan por su frente, acomodando de paso sus húmedas hebras cobrizas, mientras nota como la médico saca poco a poco una pieza de metal desde su herida con una pinzas.

La deja caer en un recipiente de igual material limpiando su rostro lleno de sudor con su dorso, mientras Scott limpia la herida.

Su mirada zafiro choca con la de ella y puede notar el gran cansancio en esta, observado junto con ello las machas de sangre en su bata blanca. El peso que siente el castaño se hace mayor en un segundo mirando de inmediato al alfa a su lado quien a dejado caer de lado su rostro con sus ojos cerrándose de a poco.

—¿Qué-

—Solo se desmayó, no te asustes.

Comenta al ver su cara temerosa, deja las pinzas con desgano en la mesa de a lado junto al resto de instrumental, suspirando en el proceso.

𝐻𝐸𝐿𝑃 𝓥𝓲𝓭𝓪𝓼 𝓲𝓰𝓾𝓪𝓵𝓮𝓼, 𝓔𝔁𝓹𝓮𝓻𝓲𝓮𝓷𝓬𝓲𝓪𝓼 𝓓𝓲𝓼𝓽𝓲𝓷𝓽𝓪𝓼Donde viven las historias. Descúbrelo ahora