🌄Capitulo 42🌄

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Los pasos de ambos eran lentos a medida que avanzan entre esos frondosos árboles, eran bastantes altos, pero la gran presencia de arbustos les permitían escabullirse con más facilidad entre ellos.

El amanecer aún no se visualizaba al horizonte, tenían esa ventaja de su lado, Charles miró aquellas luces cálidas a través de los árboles y supo que habían llegado, notó a la persona que buscaba al través de los pasillos que se dejaban ver por aquellos ventanales de cristal.

Sus piernas avanzaron por impulso al ver al alfa desparecer detrás de la puerta de madera, quería caminar, sino es que correr y llegar hasta él, cumplir con su objetivo. Una mano en su brazo lo frenó devolviéndolo sobre su andar, su espalda chocó con la dureza del árbol y el rostro de Erik quedó frente suyo indicándole silencio unos segundos, miró en la dirección que señaló notando a los dos alfas que estaban a bastantes metros suyos pero que el cendero libre de árboles en esa zona los dejaría notar sin duda.

Ambos se movieron cerca de los arbustos, observado los pasos de esos alfas que registraban la zona con un arm, barriendo el área con calma mientras parecían charlar.

—Tú aroma —Le dijo Lehnsherr al castaño, notando como había liberado este sin control al ser sorprendido.

—Lo siento.

Trató de controlarlo hasta conseguir aminorarlo, los pasos de esos hombres se escuchaban más lejos, al igual que la aparente conversación que ambos tenían.

Sintió su cuerpo erizarse cuando el cuerpo frente suyo se alejó y el viento frío de la mañana caló.

—Cuento diez —Dijo serio el cobrizo, aún mirando los alrededores.

—Tres en el balcón, cuatro abajo, dos en la cocina y el que entró con él, sí.

Ambos cruzaron sus miradas, Erik notó que la confianza que antes irradiaba el castaño a través de esos zafiros, había disminuido, y eso le preocupó.

—Bien, trataré de no llamar la atención con esos dos —Señala Erik la dirección que antes señaló— A mi señal tú entras, ¿podrás con los dos de adentro?

Charles estuvo en trance por unos momentos, pero lo había escuchado perfectamente, asintió desviando la mirada de vuelta a la casa.

—Si, tranquilo.

—Ey —Por supuesto el alfa notó su duda, tomó su barbilla despacio haciendo que le mire— Se lo que esto significa para ti, pero si quieres que nos marchemos.

—No...ya estamos aquí, no voy a dejarlo vivir de nuevo.

Erik duda, al ver como el castaño de nuevo mira hacía aquel ventanal, está vez más decidido, sus ojos azules de nuevo lo miran, y está vez Erik es quien asiente tomando su mano antes de inclinarse a dejar un casto beso en los labios, apretando un poco su mano

—Cuídate.

—Tú también.

El omega lo ve alejarse de nuevo entre la arbolada, vigila que los alfas de la cocina sigan ahí mientras se acerca permaneciendo agachado, ve a Erik acercarse a uno de los alfas con un cuchillo ya en su mano, imita sus acciones sacando el propio y espera.

Lo ve cortar la garganta del primero, despacio baja el cuerpo casi inerte al suelo, se acerca rápido al segundo y es la señal que Charles esperaba. Subió rápidamente el pórtico cuidando no ser muy brusco de llamar la atención de los hombres del balcón, ni de los otros dos entre los árboles al otro lado.

Logró abrir rápidamente la puerta de cristal y marco de madera, escucha las voces de los alfas, se dirige directo a ellas, llega a la pared de madera cerca de la cocina, escucha una carcajada provenir de la misma puerta que vio antes desde afuera, sabe que es él, pero primero se encargará de que nadie evite que llegue a ese hombre.

𝐻𝐸𝐿𝑃 𝓥𝓲𝓭𝓪𝓼 𝓲𝓰𝓾𝓪𝓵𝓮𝓼, 𝓔𝔁𝓹𝓮𝓻𝓲𝓮𝓷𝓬𝓲𝓪𝓼 𝓓𝓲𝓼𝓽𝓲𝓷𝓽𝓪𝓼Donde viven las historias. Descúbrelo ahora