XX: You look perfect

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Fitzgerald no demoró en recibir solicitudes de entrevistas de distintas estaciones de radio, y aunque el rubio pudo tomar él solo la decisión de cuál aceptar, dejó que ellos escogieran la estación y el día. Se decidieron por aquella que, si bien no era la más escuchada, tenía mucha más trayectoria y se caracterizaba por entrevistar a las bandas más influyentes de Japón.

Cuando le contó sobre la entrevista a su novio, Dazai lo llevó a la habitación para "celebrar". Le susurró al oído que "se haría cargo de él esa noche", y bien, Chuuya era fuerte en muchas cosas, pero no cuando Dazai le hablaba de esa forma y le miraba con tanta intensidad.

Tan solo no esperaba que eso se extendiera durante tanto tiempo. No se quejaba, claro que no, Dazai siempre tuvo buenas cualidades y sabía cómo ocuparlas hasta hacerle temblar las piernas. Lástima que decidió utilizar sus cualidades esa noche y la previa a la entrevista.

De todas formas, Chuuya se vengó a la noche siguiente. Dazai no era el único con buenas cualidades perfeccionadas a lo largo de los años.

―¿Vas a pasar por el departamento de mi hermano después de tu reunión de "señoras entrometidas"? ―se burló Chuuya.

Dazai, a medio vestir y buscando una toalla en la cómoda en la esquina de la habitación, respondió ofendido.

―Es una reunión laboral.

―Vas a desayunar con Natsume-sensei, siempre tiene un chisme que contarte.

Dazai no podía negarlo, y realmente no ayudaba que el otro escritor conociera a tanta gente y supiera tantas cosas. Bien, de todas formas era divertido, pero Fukuzawa-sensei se uniría a ellos esa mañana, y el moreno podía imaginar que su mentor se dedicaría a acosar a su antiguo alumno.

El Dr. Mori seguía en Kyoto, recordó. Paul le había pedido quedarse por todo el tiempo que Arthur lo necesitara, incluso si era un esfuerzo inútil y el resultado no fuese a cambiar.

―Iré ―dijo Dazai, frente a la puerta del baño de su habitación y mirando al pelirrojo aún debajo de sus sábanas―. Sé que Paul sigue odiándome, pero Arthur me agrada.

A pesar de todo el desprecio en su mirada, Paul aceptó a Dazai a su alrededor y eso era todo lo que podía pedir.

No sabía si su relación seguiría tan bien como en los últimos casi 3 meses, no sabía si en el futuro volverían a dañarse mutuamente o alejarse otra vez. Chuuya quería confiar en que nada de su pasado iba a repetirse. Quería confiar en que seguirían en la misma ciudad, bajo el mismo cielo y recorriendo las mismas calles. Compartiendo el mismo vaso después de una larga noche de música, probando ese simple jugo sin alcohol al cuál de alguna forma el moreno lo acostumbró.

Quería confiar que cuando Arthur ya no estuviera a su lado, Dazai sí lo hiciera.

Mientras Dazai estaba en la ducha, Chuuya se levantó y ordenó la habitación tanto como pudo. Revisó su teléfono, abriendo los últimos mensajes de su banda, de su familia, o el chat grupal con sus compañeros de habitación que aún no se cansaban de molestarlo por las pocas noches que ahora dormía en su propio departamento.

Bueno, ¿qué problema había? Dazai era su novio, el moreno vivía solo, así que no molestaban a nadie con las cosas que hacían o dónde las hacían, y su departamento estaba más cerca de la estación. Era bastante conveniente para Chuuya quedarse a dormir algunas noches a la semana.

Además, se parecía un poco a ese lugar con el cuál ambos soñaron en la adolescencia.

Que curioso, pensó Chuuya entrando al baño y a la ducha junto a Dazai. Había dado por perdido ese sueño, pensando que ese lugar seguro que siempre deseó sería aquel donde Arthur y Paul estuvieran, y cuatro años atrás jamás imaginó que, de todas formas, estaría con Dazai lejos de Yokohama, en un hogar donde no tuvieran que ocultarse de sus padres y viviendo libremente.

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⏰ Última actualización: May 11 ⏰

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