III: Lonely street

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Al igual que el día en que se conocieron, Chuuya lo notó.

Incluso si estaba lejos, envuelto en un mar de gente que no dejaba de gritar y de moverse de un lado a otro, Dazai sabía que el pelirrojo lo notó dentro de la multitud. No esperaba encontrarlo en aquel lugar tan alejado y escondido de su pasado en Yokohama. La sorpresa que el moreno sentía, pero ocultaba, se reflejaba en el rostro de Chuuya.

Y a pesar de la distancia, las luces, el ruido, los gritos y la gente frente a él que no dejaban de bloquear su visión, Dazai notó como el desagrado empapaba la expresión de Chuuya. Sus iris azules se oscurecieron, reflejando el resentimiento que creyó haber superado y olvidado, siendo perseguido, otra vez, por las preguntas que dejó sin responder. Y como si su sola presencia fuese una pesadilla para él, bajó del escenario antes que cualquier otro.

¿Se acercaría o simplemente lo ignoraría? Cualquiera que fuese la opción que tomara Chuuya, Dazai no estaba de acuerdo con ninguna.

Se recordó que no tenía derecho a decidir, pero ello no evitaba que aún quisiera saber la razón por la cual el pelirrojo convirtió ese poema que escribió para él en una canción. ¿Por qué su poema? Aquel que no leyó completo, aquel que no aceptó, pero que aun así sentía suyo. ¿Por qué no cualquier otro que escribió antes o después de su ruptura?, ¿por qué dejó que tantas personas le escucharan cantarlo?

Y sabía que era una estupidez, sabía que actuaba como el niño egoísta y caprichoso que alguna vez fue, pero Chuuya provocaba eso en él. Siempre sacó a flote la parte más imperfecta de su ser, aquella que no quería que nadie más viera y que se esforzó tanto por reprimir.

No quería volver a ser ese tipo de persona incluso si era lo más natural en él, no quería decepcionar a Odasaku.

―Deja de mirar, ya se fue ―murmuró Yosano a su lado. Su voz logró hacerle apartar la mirada del escenario y de su inútil intento por encontrar a Chuuya entre la multitud. Centró su atención en su amiga, la mujer le observó con una sonrisa burlona―. Es tu tipo, ¿no es así? Te gustan los pelirrojos.

Si tan solo Yosano supiera que la razón detrás de su gusto por los pelirrojos era el mismo hombre que acababa de bajar del escenario, no le sonreiría con tanta sorna. Sin embargo, no necesitaba saber nada de ello. Devolviendo la sonrisa, le dio la espalda al escenario.

―No sé de qué estás hablando, no tengo ningún "tipo ideal" ―respondió con un tono de voz pícaro y, con la misma forma, llamó al chico albino ―. ¡Atsushi, vamos a beber un poco más!

El albino, alejando la mirada del escenario una vez la banda desapareció, cuestionó si era realmente necesario seguir bebiendo. Yosano respondió que sí y lo arrastró de vuelta a la barra.

Dazai los siguió a uno o dos pasos de distancia, disimuladamente mirando a su alrededor, esperando encontrar entre la multitud al mismo chico que recordaba, pero no estaba tomando en cuenta los cuatro años de distancia entre el Chuuya que dejó y aquel que estuvo sobre el escenario.

Al estar frente a la barra otra vez no pudo seguir buscándolo. Fingió escuchar atentamente lo que Atsushi comentaba sobre las bandas de la noche y esperó su bebida, mirando de vez en cuando a su alrededor. Estaban sentados lejos de la salida del local, pero tenían una vista perfecta de la puerta. Observó, fingiendo desinterés, a cada una de las personas que entraban y salían, apreciando cada uno de sus rasgos e ignorando el alivio y la frustración que sentía cuando ninguno de ellos poseía los ojos azules y el cabello cobrizo que recordaba.

Y comenzó a dudar. Tal vez no era Chuuya el vocalista de la banda de Akutagawa, pensó. ¿Cómo podía asegurar que era el mismo chibi con el cual salió cuando era un mocoso? Durante toda la noche se mantuvo lejos del escenario, tanto porque era casi imposible avanzar como porque no le interesaba ninguna de las bandas. Las luces casi no le permitieron apreciar totalmente los rasgos del cantante y la gente frente a él, aunque la mayoría mucho más baja, se movió tanto de un lado a otro y alzó los brazos durante la canción, bloqueando su visión en más de una ocasión. Además, el Chuuya que recordaba tenía el cabello corto, jamás se lo dejó crecer...

Leave the kiss for later [SKK]Where stories live. Discover now