Narra Stella
-Nadie me dice nada maldita sea-dije desesperada.
-Stella cálmate por favor-dijo Mattia y lo miré.
-Entiéndeme, estoy desesperada. Lucas no tiene a nadie-dije y Mattia me miró.
-Compré unos vuelos para Italia, salimos en la noche-dijo Mattia y asentí.
*****
-Stella-dijo Arianna y rápidamente me abrazó y comenzó a sollozar sobre mi hombro.
-¿Cómo está Alessandro?-pregunté y Arianna tomó mi mano.
-Tienes que ser fuerte para lo que vas a ver. Alessandro no puede hablar, pero él te escucha-dijo Arianna y sentí mi mundo colapsar.
Rápidamente me dirigí a la habitación y entré. Mi mundo colapsó al verlo en aquella cama, luchando por su vida.
-Alessandro, aquí estoy-susurré y él abrió sus ojos y pude notar como sus ojos se llenaron de lágrimas. Rápidamente tome su mano.
-Todo va a estar bien, aquí voy a estar a tu lado. Te lo juro Alessandro, tú te vas a poner bien-dije acariciando su mejilla.
-Voy a buscar una solución-dije y él apretó mi mano y cerró sus ojos y volvió a abrirlos.
-Te amo-susurré y las lágrimas de Alessandro no tardaron en salir y apretó mi mano.
Entendí su mensaje y una sonrisa se posó sobre mis labios.
-Vamos a salir de esto. Cataleya se quedó en Los Ángeles porque aún es muy bebé para poder viajar-dije y en ese momento la puerta se abre y veo a Alessia.
-¿Qué haces aquí?-preguntó Alessia.
-Vine a estar con Alessandro, a apoyarlo-dije y Alessia me tomó del brazo y me alejo de él.
-Regresaste a tu país pobretona. Alessandro no te quiere, más sin embargo a mí sí. Yo soy una mujer a su altura mírate, eres una gata salvaje-dijo Alessia.
-Por lo menos de donde vengo si saben lo que es el respeto. Que pena que tengas todo el dinero del mundo y no tengas educación. Eso habla de ti, no de mi-dije y ella me miró.
-Alessandro no te nececita, míra hasta nos vamos a casar-dijo mostrando el mismo anillo que Alessandro me había dado. Mis ojos se llenaron de lágrimas.
-Voy a estar aquí, te guste o no-dije y salí de la habitación.
*****
-Mira llegó la comida-dije y me senté en el borde de la cama. Tome el plato de el caldo y tome una cuchara.
-Abre tu boca-dije y Alessandro abrió la boca y tomó el caldo y una sonrisa se posó sobre mis labios.
-Muy bien-dije con una sonrisa. Y seguí dándole de comer.
-Se que los caldos del hospital saben horribles-dije y tome su mano y el apretó mi mano.
-¿Quieres más?-pregunté y él negó. Dejé el caldo sobre la mesa y tome una servilleta y lo limpié.
-Voy a ir por más servilletas, regreso rápido-dije y salí.
-¿Me podría regalar unas pocas servilletas?-dije y la muchacha me regaló las servilletas y cuando entro a la habitación veo a Alessia ella tiene una pistola y está apuntando a Alessandro.
-Tu me perteneces a mí, tú eres solo mío. Nos vamos a casar y te vas a olvidar de Stella. Si tú no eres mío no lo vas a ser de nadie más, prefiero matarte-dijo Alessia y rápidamente la empujé y comenzamos a folsejear con la pistola. Hasta que se escucharon dos disparos. Y ambas nos quedamos mirando fijamente y ella rápidamente me empujó y llevé ambas manos a mi vientre.
-Mierda-dijo Alessia tomando la pistola y saliendo corriendo de la habitación. Separé las manos de mi vientre y de allí salía sangre. Cuando me doy cuenta Alessandro se lanzó al suelo y se arrastró hasta donde
mi y me tomó sobre sus brazos. Sus lágrimas no tardaron en salirse. Sus manos presionaban mi herida del vientre.-Al...Alessandro, te amo-susurré. El intentó decir algo, intentaba.
-Yo.. yo tam...también-susurró. Los enfermeros rápidamente corrieron hacia mí y uno de los enfermeros me tomó entre sus brazos.
-Por favor, denle mis riñones a Alessandro-dije y el enfermero asienten. Me ponen sobre la camilla.
Tiempo después...
-No los abras, no seas tramposo-dije con una sonrisa y tomé la caja y se la entregué en las manos. Alessandro abrió sus ojos.
-Jum-dijo con una sonrisa.
-Ábrela-dije y él abrió la caja.
-¡¿Qué?!-gritó y llevó ambas manos a su cabeza y sus ojos se llenaron de lágrimas. El rápidamente me abrazó y comenzó a sollozar sobre mi hombro y luego me levantó y me dio vueltas en el aire.
-Vamos a ser papás-susurró con una sonrisa y yo seque sus lágrimas.
-Si-susurré con una sonrisa.
-Pensé que, jamás iba a poder a volver a ser mamá por la situación de Alessia pero el tiempo de Dios es perfecto, vamos a ser papás-dije con una sonrisa.
-Siempre te dije que fuéramos pacientes, que iba a llegar. Y mira,'llego en el mejor momento de nuestras vidas-dijo Alessandro y asentí.
-Vamos a darle la noticias a los demás-dije con una sonrisa.
*****
-Bueno por el motivo que los hemos reunidos es que le tenemos una noticia a todos-dije y Camila me mira.
-Yo también tengo que darle una noticia-dijo Camila.
-¿Lo decimos a la vez?-dije y ella asiente.
-¡Estamos embarazadas!-dijimos a la par y Mattia llevó ambas manos a su boca y corrió y abrazó a Camila.
-No puedo creerlo-susurró entre lágrimas.
-¡Voy a tener otro sobrino!-chilló Noemí abrazándome y Arianna abraza a Alessandro.
-La familia sigue creciendo-dije y mire a Alessandro.
-La fábrica de bebés se cierra ya-dije y todos reímos.
-Bueno, entonces yo voy a ser tío-dijo Alessandro y abrazo a Mattia
-Felicidades, ahora vas a saber lo que se siente ser papá-dijo Alessandro y Mattia sonríe.
-Ahora voy a entenderte-dijo Mattia y todos reímos a carcajadas.
*****
-Alessandro, los niños pueden escucharnos-dije mientras él me besaba.
-Ellos ya deben estar dormidos-dijo Alessandro y metió su mano por mi vestido y comenzó a tocarme. Cerré mis ojos y comencé a disfrutar de sus caricias.
-Mierda-gemí y sentí la boca de Alessandro hacer magia en mi feminidad. Me retorcía del placer.
-Stella-Alessandro se detuvo y lo miré.
-¿Qué sucede?-pregunté y él sonríe.
-¿Quieres casarte conmigo?-preguntó Alessandro y solté una carcajada.
-Primero demuéstrame cuánto me amas y luego te digo mi respuesta-dije y Alessandro soltó una carcajada y sólo eso bastó para que Alessandro comenzara a devorarme en aquella habitación.
Descansaba sobre su pecho y él acariciaba mi cabello.
-Si-dije y el sonríe.
-Pero que sea algo sencillo, sin muchos invitados-dije con una sonrisa y el beso mis labios.
-Te amo Stella-dijo Alessandro y sonreí.
-Te amo-dije con una sonrisa.
Fin
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Alessandro
ActionTú te enamoraste de mi, pero yo no tenía derecho a enamorarme de ti y aun así lo hice. Y no me arrepiento, ¿o sí? tampoco lo sé, ¿estoy dudando?. Nos amamos si, tierna, cariñosa y apasionadamente; pero era algo que tal vez no debimos hacer. Fue un ú...