- Alisson - 10

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Estaba muy enojada porque me fui cinco minutos por algo para hidratarnos y al regresar vi que Chris estaba bailando muy cómoda con un hombre.

La sangre me hervía y para evitar decir cosas que más adelante me arrepentiría preferí irme de ahí. Como si no conociera lo testaruda que es ella me siguió, intenté ignorarla, pero mi enojo habló por mí.

-Si te veías muy contenta de estar bailando con ese hombre –

-¡Porque creí que eras tú! – me grita y me quedé en blanco – La hemos estado pasando muy bien y me dejé llevar por la música pensando que eras tú – espera ¿Qué? - yo quería que fueras tú la que me tocara, que me hiciera sonreír, que me hiciera olvidar por un momento mis problemas – me suelta y camina furiosa a la dirección contraria - ¿Por qué te molestas tanto por un pequeño error? – sigue caminando y yo trato de asimilar lo que me acaba de decir.

¿Ella sigue sintiendo algo por mí?

Sé que la he tratado mal y lo he intentado remediar, la verdad que en este viaje no me imaginé que los sentimientos que tengo por ella se hicieran más intensos tanto que me cuesta no lanzarme a sus brazos y besarla como si mi vida dependiera de ello.

-¡Porque me importas mucho Harper! – grito de vuelta.

Ya no puedo ocultarlo más.

Ya no quiero seguir negando esto que siento por ella.

La tomo de la mano y después de diez años puedo volver a sentir esos labios, tan suaves, tan delicados. Ella se queda en shock y me empiezo a poner nerviosa al pensar que me equivoqué y tal vez confundí las cosas, así que me alejo.

Ella pone sus manos en mi cintura y pega sus labios de nuevo, moviéndolos de una manera suave y lenta. No puedo creer que pasé tanto tiempo sin probarlos. Pongo mi mano en su nuca para atraerla y profundizar el beso, siento su lengua pidiendo permiso para entrar y la abro dejándola entrar para disfrutarla aún más mientras nuestras lenguas bailan entre ellas.

Me alejo lentamente para evitar que piense que tengo otras intenciones, pero no mucho. Un leve rubor se asoma en sus mejillas y sus labios están hinchados. Sus ojos siguen en mis labios, pero su mirada parece perdida.

Bueno, ya somos dos.

Tomo su rostro entre mis manos y le doy un beso en la frente.

-Lo siento – susurro – Pero no pude evitar sentir celos al ver a ese hombre con sus manos sobre ti...

Ella rompe la distancia y me da un beso corto pero cargado de mucho cariño.

-No puedo mirar a otras personas cuando mi atención es para ti – susurra y mi corazón empieza a latir como loco, tanto que puedo escucharlo, ¿o es el de ella? – Creo que al final si caí bajo tus encantos - sonrío y le dejo un beso corto antes de abrazarla.

Te extrañé demasiado...

-Vamos a casa – rompo el silencio – Ya es tarde y no quiero que te enfermes estando aquí en el frío – la tomo de la mano y entrelazo nuestros dedos.

El camino a casa es en silencio, ella maneja y yo me quedo viendo el paisaje... o eso intento porque me distraigo con ella, cada que pasa un auto su rostro se ilumina resaltando aún más su belleza, esos orbes verdes tan penetrantes, su piel pálida tan suave al tacto y su sonrisa que saca cada que me atrapa viéndola.

-¿Te gusta lo que ves? – rompe el silencio y siento mis mejillas arder.

-La verdad es que sí – y no miento, ella es como un buen vino, entre más tiempo paso con ella más me gusta.

Mi estrella perdidaOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz