- Harper - 7

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No pude dormir esa noche, mis lágrimas no me dejaban ni respirar. Me duele mucho su actitud distante y tan fría, todo iba bien, no entiendo ¿Por qué de un momento a otro cambió? 

Pasaron las horas y yo seguía sin poder dormir, decidí ir a la ventana y ver la ciudad a lo lejos. 

Chicago es una ciudad hermosa, ruidosa pero grandiosa. Nada parecido a Kalispell, ese es el nombre del pueblo en el que estuve viviendo en los años siguientes después del accidente.

Espera...

Me levanto rápido de la cama y voy a la sala por mi computadora. Empiezo a teclear y busco accidentes en la zona, me aparecen muchos resultados con personas mayores o traileros.

Kalispell es una ciudad que está cerca de la frontera con Canadá, y si nuestro caso es de paternidad puede que haya querido huir, nos enfocamos tanto en este sujeto que no prestamos atención a la otra persona involucrada, de la que tenemos el número de contacto.

Hace unos días conseguí el nombre de esta persona y es Karl Weber, voy a investigarlo, puede que estemos buscando en el lugar equivocado.

-¿Qué haces despierta tan temprano? – se oye una voz desde el pasillo pero prefiero evitarla porque sé de quién es – Contesta – cierra mi laptop de golpe – Te estoy haciendo una pregunta – me desafía con la mirada.

-Si no respondí es porque no quiero – le respondo seca y la miro a los ojos.

-¿Por qué te comportas así? Sólo te hice una pregunta – dice acercándose.

-Que formas de hacer una pregunta – suelto molesta – Desde el día uno – me levanto de golpe y empieza a retroceder – No has hecho más que tratarme mal y no te he hecho nada – avanzo lentamente - ¿Tú crees que no tengo sentimientos o que no me duelen tus malos tratos? – intenta hablar pero la acorralo en la pared – Que no podamos hablar no significa que ignore todo esto.

-Y-yo, l-lo siento – murmura.

-No lo sientes, si no lo digo no te das cuentas de tus acciones – le empujo el hombro ya molesta.

Ella abre los ojos como platos y alcanzo a ver una lágrima salir, voltea su rostro hacia la ventana para que no la pueda ver así, vulnerable.

Creo que el estrés de estos días me hizo explotar con ella, es cierto todo lo que le dije, pero no era la forma, mi intención nunca es lastimar a alguien.

Tomo su mentón y volteo su rostro. Ella en verdad es muy hermosa, puedo notar sus finas facciones y sus ojos azules te atrapan, reflejan mucho sus sentimientos.

Con delicadeza tomo su rostro entre mis manos, le limpio la lagrima con mi pulgar, ella cierra los ojos ante el toque y le doy unas caricias a su mejilla, sus ojos siguen un poco rojos acompañados por sombras oscuras bajo estos. Se ve que no ha podido dormir bien.

-Lo siento... - susurro cerca de su rostro.

-Está bien, tienes razón, no te he tratado bien...Chr- susurra y por alguna razón me empiezo a desconectar, dejo de escucharla, me siento débil.

Lo último que recuerdo son sus manos en mi cintura y que parece decirme algo. Su toque es tan cálido y familiar que me dejo llevar.

-Aquí estoy, nada malo te va a pasar – me abraza por la espalda.

Me remuevo entre las sábanas y siento una mano en mi cintura, me doy la vuelta y es la abogada Alisson dormida.

-¿Qué fue lo que pasó? – susurro.

Siento punzadas en la cabeza y en eso un toque en mi mejilla me hace reaccionar.

-Respira, toma esto – me da una pastilla – Tómala y sigue descansando.

Mi estrella perdidaWhere stories live. Discover now