Fuegos artificiales del Bajo Mundo

Capitulo 26

Luo Ji nunca ha ocultado su amor por Lin Feng frente a los demás. La oficina en el último piso del edificio de oficinas generalmente nadie puede ingresar sin previo aviso, pero cada vez que Lin Feng quiere entrar, los guardias se vuelven ciegos. Habia desacuerdos en la familia Luo , y el director era indiferente a su esposa debido a un chico guapo de origen común. Muchos altos directivos sabían de este hecho, y la mayoría de ellos parecían afectuosos y aduladores cuando se encontraron a Lin Feng.

Habia algo llamado susurro de almohada en la burocracia. Era impredecible y poderoso. Es la única y suprema arma oculta.

Lin Feng es un niño que creció en un entorno especial. No tenia conocimiento de los conocimientos tradicionales, como la burocracia, las relaciones interpersonales y los estudios de relaciones. Tampoco tiene idea de por qué las elites de oficina de cuello blanco que conoce están tan entusiasmados con él.

Para proteger su piel, el asistente de primer nivel que generalmente se cubría la boca  en realidad dejó a su jefe y respetuosamente envió a Lin Feng al ascensor con sus propias manos con una sonrisa.

Lin Feng observó con inquietud cómo el rostro sonriente del apuesto asistente desaparecía fuera de la puerta del ascensor y se dio la vuelta asustado: —Luo Ji, ¿Le gusto? 

Luo Ji pensó por un momento: —No, es más probable que le guste.

—¿Entonces planeas dejarme, Luo Ji?

—¡No! ¡Cómo podría no quererte!

—Pero ya no planeo tenerte más, Luo Ji.

—Q-qué, ¿vas a abandonarme?

La puerta del ascensor se abrió y una ligera nieve comenzó a caer fuera de la puerta del edificio de oficinas.

El restaurante al que iban estaba a una calle al otro lado de un callejón. Luo Ji miró el cielo brumoso, se subió el cuello del abrigo y bajó las escaleras. Detrás de él, Lin Feng dudó por un momento, luego fue a la recepción y rápidamente tomó un paraguas para sostenerlo. Rápidamente lo alcanzó y lo sostuvo sobre la cabeza de Luo Ji.

Luo Ji de repente tomó la mano de Lin Feng, la metió en el bolsillo de su abrigo y dijo:—No te dejaré ir.

—¿Eh?

—Cuando Yu Lishan y yo nos casamos hace más de diez años, mi padre dijo que no pasara el resto de mi vida con ella. Como individuo, el ser humano sólo tendrá la idea de "Querer vivir con esta persona por el resto de su vida" cuando conozca a una persona concreta.—Luo Ji volteó la cabeza y miró a Lin Feng. Había algo indescriptible en sus ojos, que era muy gentil:—Aunque soy mucho mayor que tú y no soy un hombre seguro y estable, realmente quiero pasar el resto de mi vida contigo. No importa quién fuiste en el pasado o qué elegirás en el futuro, mientras estés dispuesto a quedarte conmigo, siempre estaré contigo. ¿Qué piensas?

Lin Feng abrió un poco la boca, pero no pudo decir nada durante mucho tiempo. Después de un rato, logró sonreír:—No digas de repente palabras tan bonitas o un tema de vida tan serio. Siempre debes darle a la gente algo de tiempo para pensar en ello.

Luo Ji asintió: —Entonces te doy media hora.

Sonaba como una broma, pero Lin Feng no estaba  seguro de si se trata de una confesión seria o una amenaza.

Se paró al costado de la calle sosteniendo un paraguas, observando a Luo Ji subir y abrir la puerta del pequeño restaurante y darse la vuelta para sonreírle:—¿Por qué no entras rápido, no quieres comerte los langostinos que prepara en secreto el chef de aquí?