Arca

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Evan y Maya se apresuraban en recoger sus equipos y muestras, sus movimientos apresurados reflejando la urgencia que sentían. La tarde en la cueva submarina había sido productiva, pero también reveladora, y una creciente preocupación se apoderaba de ellos ante las posibles consecuencias de sus descubrimientos no autorizados.

Maya, ajustándose la mochila con manos temblorosas, miró a Evan con una expresión tensa.

—¿Crees que lo que hemos encontrado aquí podría causarnos problemas con tu organización? —preguntó Evan, manteniendo la voz baja por precaución.

Maya asintió con gravedad, sus ojos reflejando una mezcla de determinación y temor.

—Es una posibilidad real. Pero si estamos en lo correcto sobre lo que sospechamos, hay mucho más en juego que nuestras carreras, Evan.

Su conversación fue interrumpida abruptamente por el sonido de pasos apresurados y el crujir de las hojas secas en el exterior de la cueva. En cuestión de segundos, un escuadrón de agentes armados, con expresiones severas y uniformes negros que intimidaban, rodeó la entrada de la cueva.

—Dra. Patel, Dr. Chen, ambos están bajo arresto por violar los protocolos de seguridad y realizar investigaciones no autorizadas —anunció uno de los agentes, su voz firme y sin rastro de duda.

—Oye amigo, calmémonos un poco ¿si? —dijo Evan tratando de amortiguar la situación— Estamos en el mismo bando.

—Como dije, obedezcan y no intenten nada raro. —siguió el agente.

Evan y Maya se miraron, intercambiando una mirada de resignación y comprensión. Sabían que habían cruzado una línea al realizar su investigación sin la autorización de la organización, pero la urgencia de comprender la verdad sobre Apexir y la posibilidad de una amenaza aún mayor había superado su sentido de precaución.

Sin resistencia, Evan y Maya fueron escoltados hasta un vehículo blindado que los esperaba. Durante el viaje de regreso a la base secreta de la organización, sus mentes se inundaron de recuerdos, de cómo sus caminos se habían separado y luego convergido nuevamente por el destino.

Al llegar a la base, un complejo imponente escondido entre montañas escarpadas, fueron conducidos directamente a una sala de interrogatorios. El director de la organización, un hombre de mirada aguda y gesto imperturbable, los esperaba con los brazos cruzados y una expresión severa.

—Bienvenidos al Arca, nuestra base de operaciones. Aunque la Dra. Patel la conoce de antemano. Ahora, explíquenme exactamente qué esperaban encontrar en esa cueva —demandó el hombre con un tono que esperaba sinceridad completa.

Maya, tomando una bocanada de aire profunda, se enfrentó al director con una determinación que contrastaba con el nerviosismo que sentía.

—Estábamos siguiendo patrones de comportamiento de Apexir que sugerían un significado especial de esa cueva para la criatura. Sin embargo, también descubrimos indicios... indicios de algo más— dijo con voz firme, intercambiando una mirada con Evan que expresaba la incertidumbre que compartían.

El director entrecerró los ojos, su mirada penetrante evaluando cada palabra de Maya.

—Por favor, explíquese, Dra. Patel.

Por primera vez en su vida, Evan vio como Maya comenzaba a temblar ligeramente. Esto lo exasperó, no por la falta de valentía de Maya, sino por la gravedad de la situación en la que se encontraban y el no ser útil cuando mas lo necesitaban.

—He-hemos encontrado evidencia que podría sugerir la existencia de otra criatura, posiblemente un enemigo natural de Apexir —explicó Evan, dando un paso adelante, su voz firme a pesar del temor que comenzaba a invadirlo—. Pero es solo una teoría...

El director se levantó y caminó hacia ellos, su expresión aún indescifrable.

—Apexir es nuestra prioridad. No podemos distraernos con teorías sin fundamento. Sin embargo, consideraremos sus hallazgos como parte de nuestra evaluación continua. —decía con desdén, desestimando sus preocupaciones— Ahora, uno de nuestros agentes los acompañaran a un lugar donde puedan reflexionar. Mientras, no me hagan perder el tiempo. Ah, y bienvenidos a nuestra organización: ARCA.

Aliviados de no ser reprendidos más severamente, Evan y Maya se dieron cuenta de que la organización no estaba preparada para aceptar la posibilidad de una amenaza más grande que Apexir. Ambos sabían que si querían investigar más sobre esta potencial nueva criatura, tendrían que hacerlo con discreción y sin el respaldo oficial de la organización.

Mientras los dejaban ir con la advertencia de mantenerse dentro de los límites autorizados para futuras investigaciones, Evan y Maya intercambiaron una mirada de determinación. Sabían que tenían que actuar con cautela, pero el peso de su descubrimiento les urgía a seguir adelante, convencidos de que la verdad sobre estas criaturas colosales era mucho más compleja y potencialmente más peligrosa de lo que la organización estaba dispuesta a admitir.

Apexir SupremaciaOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz