19

78 11 7
                                    

Bitácora Samber, 12 de julio.

Llevo casi casi 48 horas sin hablar con mis hermanos. Aunque no es novedad porque no es como que habláramos muchos antes de que les gritara.

He notado que Mario quiere decirme cosas pero siempre se calla en el último momento. O más bien yo me alejo antes de que me las diga.

Ayer estaba intentando merendar en la cocina. Éll se apareció por detrás y me puso una mano en el hombro como suele hacer justo antes de decir algo sabio o de darme un consejo. Yo le aparté la mano con asco y me sacudí el hombro como si me quitara la mugre. De hecho me olí la parte de mi camisa que tocó, olía a talco. 

Me llevé mi merienda a la habitación para disfrutarla mejor.

Honestamente, no es que crea que él es la peor persona del mundo, aún lo quiero, pero no es quien yo pensaba que era. Es otra cosa. Es un desconocido. Ya no sé que pensar. Es todo lo opuesto a como un hermano mayor debería ser.

—-

Bitácora, mismo día por la tarde.

Delia tocó a mi puerta. Llevaba puesta una armadura de caballero muy brillante y una espada que parecía hecha de oro.

—¿Qué quieres? 

—Voy al cobertizo… Me necesitan… Mi anillo me alertó de peligro.

—Diviertete. Sé que lo harás —le dije, sin sentirlo, solo por hipocresía.

—Estaba pensando que podrías ayudarme. A veces me hace falta un escudero. Tardé varios meses en entrenarme en el arte de la espada ahí adentro para ser muy buena. Pero si muero, tiene que haber alguien que siga mi legado… ¿Quieres venir?

—No, gracias.

—Pero… Sammy. Dragones. ¡Dragones, Sammy! ¿No quieres montar dragones?

—Paso. No quiero tus sobras.

—Esto es serio. Yo…

Lo azoté la puerta en la cara. ¿Quién se cree? ¿Piensa que puede reclutarme para ser su secuas? Uy, qué generosa… ¡Estúpida perra!

—--

Bitácora de Sam. 14 de Julio 

Ya no salgo mucho de mi habitación. Solo lo hago para comer, ir al baño y asistir a mis clases de piano.

Cada que salgo Delia y Mario intentan interceptarme en el pasillo para decirme algo, invitarme a hacer algo o comer algo. Yo les digo que se los coma el tigre.

—--

Bitacora de Samber. 16 de Julio.

Mamá me compró un piano de juguete. Ha visto lo dedicado que estoy últimamente y las horas extra que le echo cuando voy a clases. Estoy mejorando mucho, ya puedo leer mejor las partituras. Cuando logre tener agilidad en las manos con los ejercicios seré muy bueno tocando lo que me pongan en frente. Lo más difícil es seguir el ritmo. Definitivamente fue buena idea pasarme al piano y abandonar la flauta.

Ya dejé de mandarle mensajes a papá. Si no me ha contestado hasta ahora no lo hará nunca. Que se divierta allá en Estados Unidos. No lo necesito, no necesito a nadie, solo al pieno. Le daré todo al pieno hasta que me duelan las manos.

—-

Bitocira de Samber, 17 de Julio.

Mamá quiere que me corte el pelo. Yo prefiero dejarlo algo largo porque así me veo más como un artista.

BITACORA DE SAMMY: RELATO DE MAGIA Y PAÑALESOnde histórias criam vida. Descubra agora