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Bitácora de Sammy. 

Hoy me decidí a seguir a Mario en vez de Delia. Lo que vi la primera fue extremo, no estoy seguro de que Delia sea benevolente conmigo si me atrapa en ese mundo raro, por otro lado Mario no intentaría matarme si me descubre.

Escuché que mi hermano se revolvía en la habitación de al lado y lo seguí abajo en completo silencio. Casi me atrapa cuando volteó para asegurarse de que nadie lo veía pero me escondí justo a tiempo.

Mario había agarrado el peluche de la cama. Eso era raro ¿por que Delia se llevaba una espada pero Mario un peluche? Luego l9 descubrí y fue… extraño.

Mario se metió en el cobertizo y justo cuando cerró la puerta me le pegué atrás.

¡Ahí estaba! El portal. Apreté el puño, tenía el anillo que me dio el mago la última vez. Cuando regresé a este mundo había dejado de ser de plata para convertirse en una alianza de plata que me quedaba justo a la perfección.

Salté dentro del portal. Nuevamente caí, caí y caí unos 9 metros esta vez. Me asusté, no había agua al fondo ¡Había suelo!

Pensé que me moriría o que quedaria con todos los huesos rotos…

Grité.

Y reboté. El suelo era como una cama elástica.

Salí volando en el aire incluso más alto.

Y volví a car ileso y rebotê. ¡Era genial!

Empecé a reír mientras me enderezaba en el aire, caí y salté y hice piruetas. Y salté menos y menos hasta que por fin me estabilicé en el suelo. En ese momento dejó de ser una cama elastica… Era como… como caminar sobre una sofá.

—Qué raro —recuerdo que dije.

Mire al rededor. 

Todo el suelo era como… tela, de sofa o colchón. El cielo era algo violeta y los árboles… eran cojines de forma de cilindro y las hojas eran sábanas.

—Imposible.

Las Piedras eran almohadas y… A lo lejos, muy a lo lejos vi a mi hermano.

Fui corriendo en su dirección. Pero faltando varios metro me escondi en una cosa que parecía un arbusto… era plano y de carton. Algunas cosas ahí perecen muy falsas. Todo era como una especie de parque infantil de centro comercial o al menos me daba ese aire. No era el mundo medieval de Delia. 

¿Qué hacía mi hermano ahí?

—Tú ganas señor, Barnabi —dijo mi hermano.

Le hice un par de agujeros al cartón-arbusto con los dedos para ver mejor. ¡Estaba hablando con su oso de peluche! Y el oso se paraba solo  en sus pies patitas ¡y se movía!

—¿Te los pusiste?

Mi hermano suspiró y se levantó un poco la camisa, dejando ver… Me cuesta describirlo. Era muy extraño. Mario llevaba puesto un pañal de adulto. 

Mi corazón se partió al ver eso. Mi hermano mayor… usando pañales. ¿Por qué?

—¡Estupendo! —gritó el osito.

¡Podía hablar! Esa cosa hablaba. Esto parecía un sueño, sé que cuando leas esto dentro de muchos años pensaras que estabas alucinando o soñando pero te aseguro que era real, yo lo vi ¡estaba vivo! El oso Barbani podía hablar y moverse como un humano.

—Ya puedes dejar de insistirme que los use, ¿Quieres? Eres estresante.

—Un  héroe debe estar protegido para una aventura como esta —el osito se sacó una botella con un gotero del peto—. Toma 3 gotas. Cada gota son casi 4 años menos de tu mundo. 

BITACORA DE SAMMY: RELATO DE MAGIA Y PAÑALESWhere stories live. Discover now