|| VIII ||

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Sabía qué tal vez esto ocurriría, sabía que la gente hablaría pero lo que no me imaginaba era que el propio Rector de la universidad los llegase a creer y darme un sermón sobre eso.

–Los rumores no me interesan. No me importa si son ciertos o no, es tu vida y tú decidirás qué sucederá con eso, lo que me preocupa y me interesa es lo que traen esos rumores, es una falta muy grande ausentarse por una semana sin motivo o anticipación concedida, Vega.

No dije ni una palabra, me limité a bajar la cabeza porque no tenía que decir y era mejor dejar que las cosas pasaran a que yo abriera la boca y arruinara aún más esto.

–¿Hay algún motivo por lo cual lo hayas hecho?

Alce mi cabeza viendo directamente al Rector.
Usaría lo mismo que le había dicho a Alicia una noche antes.

Asentí.– Si, sonara muy estúpido pero si hay una razón.

–Soy todo oídos. –Contestó el rector acomodándose en su silla.

Apreté mis labios.– No soy una persona que se presione mucho –Comencé hablar–, la señorita Muller ha dejado a todo el grupo que perfeccionemos nuestras carpetas de fotografía y llevo semanas, literalmente, sin poder lograr lo que nos pide, no es para engrandecerme pero soy muy buena es la carrera que elegí pero pareciese que la cámara no quiere cooperar conmigo y mi trabajo no queda, son tres veces las que he entregado mi carpeta y al parecer no es del completo agrado de la señorita Muller y no la culpo por eso, mi trabajo a sido una completa basura y puesto a eso decidí tomarme unos días e irme algunos lugares, despejarme y encontrar inspiración para mi trabajo.
Fue un impulso irme, no pensé en las consecuencias.

El Rector escuchó atento mi historia y muy dentro de mi rezaba a que creyese cada palabra que había dicho.

Asintió.– Bien, Vega –Sacó una carpeta del cajón de su escritorio, la abrió y comenzó a hojearla–. He revisado tu constancia y todo tu archivo. Como sabrás Zurich es una de las universidades más estrictas y prestigiosas qué hay en el país y como te dije antes esto es una falta muy grande.

Todo mis cuerpo temblaba, no me quedaba nada más que esperar lo peor.

–Al hablar con tus profesores se expresaron de ti como una alumna correcta y eso también se nota en tu archivo, por eso mismo lo dejaré pasar esta vez al ver que no eres una alumna problemática.

Esas simples palabras regresaron mi alma al cuerpo.

–Muchas gracias.

El rector me sonrió y asintió.– Simplemente te pido que tengas más confianza, Vega, somos una institución que entiende las situaciones y cualquier problema o presión que tengan nuestros alumnos, nosotros damos apoyo, a la próxima que quieras volver hacer algo así simplemente háblalo para que te ahorres este tipo de inconvenientes.

–Lo haré, muchas gracias.

–No hay problema. Tendrás que ponerte al día en tus clases y con los trabajos o deberes pendientes ¿está claro?

–Si.

–Perfecto. Es todo Vega, puedes retirarte y que no se repita por favor, porque a la próxima si habrá una severa sanción.

Asentí sin decir una palabra, me levante de la silla y salí de la oficina, suspire y sentí como toda la presión y terror acumulado en mi cuerpo se esfumaba, ahora me tocaba regresar a mi clase.

[...]

Jamás había deseado tanto que la hora del almuerzo comenzará y que tuviera una hora libre después de este lo hacía todo aún más fantástico.
Un punto a mi favor era que no tenía tanto trabajo que hacer para ponerme al corriente después de todo, eran muy pocas las cosas que habían pasado estos días que no estuve pero de cualquier forma tenía que ponerme al día y esto era un pretexto perfecto para evitar a Alicia un rato más y que no me cuestionara.

Abstracto | +18 | (Versión 2018)Where stories live. Discover now