trece.

3.2K 213 21
                                    

—Crudita? —me preguntó cuando vio que abrí los ojos.

Reí levemente y asentí.

—Ya traje de desayunar, chula —dio un beso en mi mejilla— ¿Quieres ir al cine hoy?

Abrí mis ojos de más en señal de emoción.

—¡Sí, por favor, por favor! —dije sentándome en la cama— ¿No irás a trabajar?

—Hoy quedé que no, me quedaré en casa con mi bonita —sonreí.

Desayunamos rápido y, tan pronto terminamos, nos alistamos para ir al cine.

—Y entonces?

—Pues ya firmé y todo, chula —contestó—. Le está yendo mejor a la rola de lo que imaginábamos y recién salió.

—Qué emoción, amor —puso su mano en mi pierna—. Todo va a salir muy, muy bien.

—También quieren que comience a acompañar en los conciertos a los demás.

—¿A Nata y a ellos? —asentí— ¿Pero cuándo vienen?

—No, pues yo tendría que ir a los lugares donde se presenten ellos.

Asentí tratando de entender.

—O sea que comenzarás a viajar mucho?

—Sí, amor, pero no te preocupes, estaré aquí la mitad de la semana.

Asentí sonriendo. Yo jamás podría detener lo que lo haga feliz.

—No pasa nada —tomé su mano libre—. Mientras estemos en comunicación y te portes bien, yo estaré muy contenta.

—¿Que me porte bien? —preguntó divertido—. Es que tú no quieres ni que respire cerca de nadie pues.

Carcajeé.

—Tú sabes que no es así, chismoso.

—No, vas a ver que sí me portaré bien, chula.

—Estoy muy emocionada por ti.

Me sonrió y procedió a estacionarse.

—Vamos pues.

Me abrió la puerta y de la mano, subimos al cine.

—Vas a querer palomitas y eso? —asentí.

Nos dirigimos a la dulcería y en la fila, una llamada para Gabriel nos interrumpió. Nos tocó pasar a pedir y él seguía hablando.

—¿Tú vas a querer algo? —pregunté por lo bajo y negó.

Nos dieron nuestra orden y seguía hablando por teléfono.

—No vas a entrar?

—Solo déjame terminar —dijo lejos del teléfono.

Suspiré y asentí. La película comenzó y veinte minutos después, Gabriel apareció.

—Me perdí de mucho? —negué.

—Quieres? —le ofrecí de mi comida y él aceptó.

—Gracias, chula.

Quitó la recargadera que estaba en medio para que me pudiera abrazar. Me acurruqué en su pecho.

—Dame un besito —me pidió en voz baja.

Sonreí y me acerqué a sus labios para besarlo. En medio del beso, su celular volvió a vibrar.

—¿Es urgente? —le pregunté.

—No sé, deja salgo a contestar.

Asentí. Salió de la sala y llegó cuando a la película le faltaban minutos para terminar.

fendi;gabito ballesterosजहाँ कहानियाँ रहती हैं। अभी खोजें