Deimos, El rey que se lo lleva todo ©

CAPITULO X

EL PRIMER ACTO BUENO.

  En el tiempo que esta la princesa en el mundo del rey malo hay cosas en las poco a poco levantan su interés como el volar con Deimos explorando las tierras, visitar la montaña y hasta entretenerse con los muertos pero el hechicero Zagreus no le gustaba ya que ella le interrumpía su trabajo con los juegos que hacía con los muertos.

Deimos por otro lado desinteresado en ella no le presta tanta atención pero si la supervisa, llega un día en el que Zagreus para librarse de ella, la envía a un barranco a buscar unas flores para su hechizo pero en realidad es para lanzarla al precipicio y deshacerse de la princesa.

Ella va inocentemente sin pensar que había algún peligro, Zagreus la persigue sin que Penélope se dé cuenta hasta llegar al valle de las flores, pero las que necesitaba el hechicero estaban en la horilla del barranco, cuando se inclina para recoger las flores sale Zagreus de su escondite y corre hacia la princesa para empujarla pero ella se da cuenta pero eso no le impide a Zagreus echarla al precipicio. Penélope desesperada grita:

—¡AYUDAAAA!, ¡AYUDAAAA!

Deimos al escuchar los gritos de desespero va lo más rápido que puede al lugar y a la distancia ve que su amigo, Zagreus, está a punto de asesinar a la princesa pero no llega a tiempo y ella es empujada al vacío, Deimos piensa en un segundo si dejarla morir o salvarla (pero si la deja morir viviría con ese tormento para siempre porque el sigue enamorado de ella a pesar del desinterés y si la salva podría tener una oportunidad con la preciada princesa, cosa que ya a estas alturas Deimos le importa poco) Finalmente decide salvarla.

Cayendo al precipicio, Penélope suplica por que la salven y aparece Deimos y la salva a punto de llegar al suelo, la tiene en sus brazos y la lleva arriba; Zagreus se da cuenta que el rey lo había visto y trata de huir pero los esfuerzos no valieron de nada y es interceptado por Deimos:

—¿Ibas a matar a mi princesa?, que fiasco— Decepcionado y furioso le dice Deimos a Zagreus.

Sin más nada que decir lo aniquila apuñalándolo y tirándolo al vacío.

Deimos regresa con la princesa y la lleva a un lugar seguro, la princesa en ese momento de que el rey cruel, repugnante y despiadado no es tan malo como los demás creen. Al llegar al lugar seguro ella le dice:

—Me salvaste, ¿Por qué?

—Porque este rey necesita a su princesa a pesar del rechazo— Responde Deimos.

La princesa baja la mirada, hace silencio y con profundo abrazo le dice:

—Gracias Deimos— Le susurra en el oído del rey.