CAPITULO IX

1 0 0
                                    


EL MANGO DE ORO.

  La severa criatura dice:

—Bienvenidos viles humanos me llamo Medusa que los trae a mi bosque.

—Criatura del bosque de frutos, hemos venido en busca del mango de oro—  Le habla Corzeus.

Medusa sonriente le responde:

—Humano, para conseguirlo tendrás que pasar sobre mí y todo el que lo ha intentado no vive para contarlo.

Poseo retrocede de tanto temor que le causa la criatura.

—Te asesinaré y tomare el fruto encima de tu cadáver— Corzeus desafiante.

—Ya lo veremos— Sonríe Medusa.

Y sin darse cuenta Medusa se escurre hacia el hechicero envolviéndolo con su cuerpo sin darle tiempo para defenderse, le sujeta la cara haciendo que el hechicero la vea directamente a los ojos convirtiéndolo en piedra solida acabando con él de un solo golpe sin ninguna dificultad.

Al ver como acaba con un hombre sin ningún problema Poseo es invadido de un miedo tan profundo que se desmaya.

Ya con dos hombres menos todo depende de Corzeus.

Se desata una pelea entre Medusa y su espada contra Corzeus con su garrote, el ambiente le favorecía a la criatura para moverse de un lugar a otro sin ningún problema mientras que Corzeus solo se puede quedar allí parado pero con su fuerza bruta y sus devastadores golpes con el garrote hace que Medusa quede inmóvil e indefensa, el guerrero le corta la cabeza y la aplasta para que la criatura muera definitivamente.

Con Medusa fuera del camino Corzeus le da un leve golpe al árbol para que el fruto caiga en sus manos y diga:

—Así que este es el mango de oro del que hablaba aquel hechicero.

Corzeus arrastra a Poseo y se salen del bosque de frutos. Más tarde Poseo despierta desubicado de la situación pero observa a Corzeus con el fruto y se alivia.

—Al fin despertaste, vamos al inframundo a buscar a tu hija— Dice Corzeus emocionado.

Deimos, El rey que se lo lleva todo ©Where stories live. Discover now