CAPITULO I

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DEIMOS, EL REY QUE SE LO LLEVA TODO


Deimos, el rey villano del olimpo, amo y señor de los muertos,  Dios del inframundo, una figura muy poco conocida, temible, de unos dos metros de altura, despiadado y cruel.

Él es rey del inframundo pero no habita en él, no se le conocían palacios, su hábitat son lugares oscuros y dentro de ella, sus lugares favoritos son las regiones subterráneas de niebla y oscuridad. Es el primer hijo del rey supremo del universo Soulón y Caria, una mujer de un pueblo en las lejanías del Monte Olimpo llamado Tracia, cuyo padre después del nacimiento de Deimos recibió la profecía de que sería derrotado por su hijo mayor, lo que lo llevó a tomar la decisión de expulsar a Deimos del palacio del universo y enviarlo a la tierra donde aprendería a vivir solo.

Luego del abandono de sus padres, Deimos es recogido en la tierra por una criatura misteriosa llamada Atenea quien era una Huria, un ser femenino que tiene la capacidad de volar mediante plumas en sus brazos.

Atenea recoge al adorable bebé y se da cuenta que no es un bebé ordinario como los de sus tierras o los de su pueblo, sino que detalla que  el misterioso bebé es un semidiós debido a su aspecto de un humano y destellos como un dios. Ésta lo lleva a su pueblo que no era más que una cueva subterránea tan grande como las tierras del Monte Olimpo donde las hurias tenían su colonia lejos del peligro que los dioses manifestaban ya que estas criaturas no eran deseadas cerca de los reyes del olimpo.

Atenea al encontrarse al bebé piensa y decide;

—Te llamaré Deimos— Sonrió.

Aquí, junto a Atenea como su madre, Deimos obtiene una crianza furtiva y creciente donde la tribu lo enseña a cazar, sobrevivir y adaptarse al mundo, demostrando grandes destrezas como el liderazgo y gran desenvolvimiento en el campo de batalla, las hurias utilizaban centauros y minotauros para entrenarlo ya que sus habilidades estaban fuera de lo común y por arriba de la fuerza de los habitantes de la tribu, pero con el paso del tiempo ya esto no era suficiente porque el pequeño niño los derrotaba tan fácil como si fueran cerdos y caballos indefensos.

Después de un tiempo Deimos fue creciendo y desarrollando un poder interno de maldad pura pero el amor a su madre le impedía acabar con la colonia huria.

—¡Este mundo no es para mí! —Exclamó Deimos —Necesito desarrollar más mi poder para tener una oportunidad de combatir contra los dioses.

Deimos, El rey que se lo lleva todo ©Where stories live. Discover now