Deimos, El rey que se lo lleva todo ©

CAPITULO II

CRECIMIENTO  Y LOGRO

  Deimos al saber que en donde está no puede obtener lo que quiere, que es un poder maléfico, de dominio absoluto y sobre todo muy fuerte. Se escapa de su madre y escondiéndose de los guardianes de la cueva el ingenuo muchacho se va de las tierras sin peligro hacia las tierras de los dioses rumbo al Monte Olimpo en busca del poder que él quiere pero sabe que si vuelve será expulsado de la colonia huria y hasta no ser perdonado por su madre por dicho acto.

Sin marcha atrás, aceptando esas mínimas consecuencias y dispuesto a atravesar un camino muy largo y peligroso, Deimos camina dos días y dos noches sustentándose con sus habilidades de caza y supervivencia con el fin de lograr llegar al Monte Olimpo y conseguir su poder.

Al tercer día llega a las puertas del reino de Poseo el rey de todo el Monte Olimpo y los dioses, al ver que era el palacio principal se las ingenió y se arrodilla diciendo;

—¡Ayudadme guardias!, vengo desde muy lejos buscando donde vivir, ya que he sido traicionado y abandonado por mi tribu y no tengo hacia donde ir— Suplicó de la manera más sarcástica posible.

Los guardias al ver la situación del joven acuden a su rey, Poseo, quien lo hace pasar hasta su reino escoltado por guerreros griegos para hablar con él.

Al llegar frente al rey, Deimos habla desesperadamente;

—Mi señor, ayúdeme, haré lo que usted quiera. Acépteme en su reino y le seré leal hasta mi último día.

Todo esto solo para obtener el poder al precio que sea, con engaños, mentiras y sobornos.

Poseo sabiamente le responde;

—Veo tu desespero, tranquilízate. Me informaron que fuiste traicionado así que te ayudaré, pero noto algo diferente en ti— Enarcó una ceja sutilmente.— ¿Me repites tu nombre?

—No tengo nombre señor, soy un semidiós.

Poseo sorprendido dice;

—¿Un semidiós?. Pienso que serias perfecto para nuestras tropas de combate, pero no creo que sea para eso que hayas venido. Dime, ¿Qué te trae al Monte Olimpo?

Deimos sonríe.

—Vengo en busca de vivir cerca de dioses y reyes para ver sus campos de batalla y poder formar parte de ellos y desarrollar un poder único— Respondió.

—Eso llevará tiempo semidiós pero puedes formarte y crecer con Kratos, el dios de la guerra— Le propone Poseo.

—A sus órdenes su majestad— Dice Deimos emocionado.

Con el paso del tiempo Deimos se convierte en un guerrero formidable, fuerte, rápido e inteligente pero lo tenía todo menos lo que quería “el poder”.

El rey Poseo como rey griego tiene su esposa Aurea y una hermosa hija llamada Penélope, tan hermosa como la diosa del amor, de quien Deimos se enamora perdidamente, trata de conquistarla pero sus intentos son en vano ya que la princesa no le interesa el guerrero Deimos.