¿Y Esta Conexión? pt.2

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Al día siguiente, Miguel y yo nos volvimos a encontrar en el gimnasio.

Yo salía de dar clases a los niños, mientras que él salía básicamente de su cama porque no había hecho nada en toda la mañana.

Cuando llegué, Miguel no había llegado todavía, por lo que empecé con la rutina sin él, cuando me dijo que le quedaba aún un buen rato.

Cuando Miguel llegó, fue directamente a hablarme para decirme que le prestase mis cascos de reserva, ya que los suyos se habían roto en el entrenamiento anterior.

Después de eso, nos pusimos a hacer juntos un ejercicio, con la llegada de Antonio también.

Miguel no paraba de comentar acerca de chicas, lo que me estaba poniendo bastante nervioso. Por lo que, para tocar los cojones, le dije que había una en ese momento que me parecía que estaba muy buena.

Este se quedó entre jodido y sorprendido, y me animó a hablarla, a pesar de que pensábamos que tenía novio. 

No le hice caso al principio, pero cuando siguió soltando comentarios que no me hacían ni puta gracia, y él lo sabía, fui a la chica y le pregunté de turnar para hacer un ejercicio.

Pasé automáticamente de la cara de Miguel, ni siquiera me giré para ver su reacción, aunque me la podía imaginar, llena de ira y de celos.

Pero no os mentiré, la verdad era, que ponernos celosos entre nosotros era algo que me ponía aún más. Era como si nos prendiese a tenernos aún más ganas de las que había.

Cuando ya se fue Antonio, Miguel y yo coincidimos en un par de ejercicios.

Llegó Paula al gimnasio con una amiga, y entonces es cuando Miguel se puso a soltar de sus comentarios de nuevo, aunque esta vez parecían más celos. "¿Vais a volveros a liar?", "Mira, ahí la tienes",...

En fin, que estaba bastante celoso, sobretodo cuando me dirigí hacia ella para saludarle.

Continué entrenando, y Miguel que a duras penas llevaba una hora en el gimnasio me dijo que se tenía que ir porque sus padres le estaban regañando por no recoger su habitación. Su idea era hacer un último ejercicio e irse. 

Mientras me contaba todo esto, yo estaba esperando a que cerrase el pico de una vez porque no me dejaba terminar el ejercicio, por lo que tras insistir en añadirme al jueguito del Brawl Stars, le solté un: "Anda tira, que me distraes". 

La verdad es, que me salió solo, pero pude ver una media sonrisa en su boca, que me hizo saber que el comentario le había gustado. 

Una vez que él terminó su ejercicio, vino a darme los cascos y a despedirse de mí con una sonrisa. 

El resto del día fue un poco aburrido. Terminé el entrenamiento y me fui a casa, para luego salir a correr y ponerme a estudiar para las oposiciones. 

En cuanto al domingo, fui al gimnasio, aún sabiendo que él no iría, pero bueno, lo pude disfrutar mucho porque estuve centrado en mí mismo, a pesar de que tenía a MiloJ mirándome.

Esa tarde sí que hablé con Miguel. Tenía el examen de conducir el lunes por lo que estaba algo nervioso, y él aprovechó para picarme un poco. 

A la mañana siguiente, me dirigí a Móstoles para hacer el examen de conducir. Lo que no esperaba, era encontrarme nada más despertarme, un mensaje de Miguel diciendo: "mucha suerte, ya verás como apruebas".

Simplemente con eso me dieron ganas de comerme la carretera. Estaba muy seguro de que iba a aprobar.

Además, a lo largo de la mañana, estuve hablando con él, ya que era el único al que le había dicho mi fecha de examen. Se había reservado el primer viaje en mi coche, por lo que estaba impaciente en sacármelo ya.

Llegó la hora de hacer el examen. Me monté en el coche y miré hacia atrás. Pude ver a un examinador que tenía cara un poco de mala hostia, pero me concentré en lo que tenía que estar.

Se me caló el coche dos veces, y me puse un poco nervioso al hacer una curva, sin ceder bien el paso, pero por el resto, creo que lo conseguí remontar. 

Cuando terminé el examen, el examinador no me dijo nada, simplemente que esperase a que las notas saliesen en la página de la DGT.

Avisé a Miguel de que había salido del examen y tras discutirlo con él, me aseguró que estaba aprobado, pero no las tenía todas conmigo, ya que lo de no ceder el paso, no sabía como me lo contaría el señor. 

Por otro lado, ya que estaba, se lo dije a alguno de mis amigos, el examen ya estaba hecho. 

Mi madre me recogió en la DGT y volví a casa sofocado. Dejé mis cosas en mi habitación y me tumbé para dormir un rato hasta la hora de comer.

Comí y después me fui a darle clase a una de mis alumnas, que tuvo que aguantar que estuviese todo el rato mirando el móvil por si subían la nota. 

Después de darle clase, al fin, fui al gimnasio, donde me encontré con Miguel, ya que íbamos a entrenar juntos de nuevo. Lamentablemente, también estaban todos sus amigos. Así que, después de saludar a medio barrio, incluyendo a MiloJ, nos pusimos a entrenar.

No parábamos de mirar la página por si subían algo. De hecho, Miguel me dijo que estaba él hasta más nervioso que yo. 

Él se lo había sacado a la tercera, lo cuál por cierto, tampoco me daba mucha confianza, pero al menos sabía lo que era pasar por mi situación.

El entrenamiento se pasó rápido, entre piques, hablar de chicas otra vez, y hablar con sus amigos.

De un momento a otro, Miguel me dijo que se tenía que ir a casa de su abuela a por la comida que su hermana no había cogido. Se despidió de mí y se fue, con mis cascos, por cierto. 

La cosa es, que me dejó en la peor situación que me podría haber dejado. Me dejó turnando con MiloJ, ese amigo que no paraba de mirarme con cara de querer estrangularme todo el rato. Un chaval que tenía una pinta de borde que flipas.

Pues cuando Miguel se fue, me puse justo a ayudarle con su serie, por lo que el chaval, agradecido yo, me dijo gracias (más le valía). Y a partir de ahí, nació nuestra bonita amistad.

Estuvimos hablando un poco de todo, de como conocí a Miguel, que estudiábamos, cuanto tiempo llevábamos en el gym...

Así estuvimos media hora, hasta que finalmente me fui a mi casa, pero bastante contento, porque parecía que había conseguido superar mis diferencias con MiloJ, y, por otro lado, tenía buenas expectativas con la nota del práctico.

De todas formas, volví a casa con un mensaje de Miguel diciendo que se le había olvidado darme mis cascos ("olvidado"), y que me los daba el próximo día, a lo que le dije que como quisiese él, que no tenía prisa, se los podía quedar hasta que tuviese unos nuevos.

Me dio la gracias, y me aseguró que cuando yo tuviese el carnet, que iríamos juntos a que el chaval se comprase unos nuevos cascos. Le tomé la palabra y me fui a la ducha para meterme en la cama directo.

¿Qué me está pasando?Where stories live. Discover now