Menudo Viajecito

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Me desperté una mañana más de la cama para irme directo a la ducha y desayunar. En cambio, ese día era distinto, me iba de viaje.

Terminé de preparar mis cosas para encontrarme con Lara en la estación central de nuestra ciudad, y así coger el tren para ir al aeropuerto.

Durante el trayecto nos empezamos a contar un poco sobre nuestra vida; los estudios, los amores, amistades, y también las expectativas que teníamos con este viaje.

Mientras, estuve pendiente del móvil por si Miguel me enviaba algún mensaje, pero no se dio el caso.

Llegamos al aeropuerto con hora y media de antelación, y tras pasar el control, nos sentamos delante de nuestra puerta de embarque y nos tomamos un café mientras jugamos al UNO. Fue un momento de verdadera paz. Ya estaba empezando a notar como todas mis preocupaciones empezaban a desaparecer, todas menos él.

Cuando al fin llegó la hora, nos pusimos a la cola del avión, que salió con unos minutos de retraso. 

Lara y yo nos sentamos separados, al ser unas ratas para pagar menos. Ella se quedó leyendo todo el viaje, mientras yo aprovechaba para escuchar música y conversar con una señora que me había tocado al lado.

Después de tres horas de vuelo, llegamos a Chipre y la señora de mi izquierda aprovechó para sacar alguna foto con mi móvil mientras aterrizábamos. 

Cuando tocamos tierra firme, no duré ni un minuto en ponerme los datos y subir una historia con una de esas fotos y la ubicación. La verdad es, que solo quería que Miguel me respondiese.

Me junté de nuevo con Lara y salimos del aeropuerto donde nos esperaba un señor que llevaba un cartel con mi nombre. El señor nos acompañó hasta el taxi y nos llevó al hotel mientras nos hacía una pequeña guía de las zonas que íbamos recorriendo.

Una vez ya en el hotel, aprovechamos para descansar un poco, cargar teléfonos y comprar algo para comer. Chipre era bastante más caro de lo que nos habían prometido, aunque eran unas vacaciones, por lo que tocaba gastar algo.

Cuando salimos del hotel, aprovechamos para ver la ciudad principal de la isla moviéndonos con un pequeño ferry. También aprovechamos para tomarnos unos cócteles y cenar en un restaurante.

No dudamos tampoco en sacarnos algunas fotos para recordar, y que probablemente acabaría subiendo a Instagram para recordar siempre este viaje.

Toda esa tarde la pase sin estar muy pendiente al móvil. Había conseguido desconectar del todo, y aunque el lugar tenía mucho que ver, la compañía lo hacía aún más fácil.

Cogimos un bus para volver a nuestra habitación, donde nos esperaban nuestras dos maravillosas camas, tras un día agotador. Me duché rápido y me metí en la cama. 

Aprovechamos también para llamar a nuestra amiga Sandra y así contarle un poco como había sido el día. 

Me fijé también en que tenía un mensaje de Miguel. Me había respondido a la historia diciéndome que Chipre estaba muy lejos. *Muy bien Miguel, te sabes el mapa de Europa*.

Le respondí diciendo que sí, y que había estado bien el primer día y dejé el móvil para dormirme. El día siguiente sería aún más intenso. Íbamos a coger un barco para visitar el alrededor de la isla.

Nos despertamos tras una noche un tanto extraña. En los pasillos se escuchaban todo el rato golpes y gritos que dificultaron el poder dormir.

Desayunamos unos cafés y unos bollos que habíamos comprado en el chino, y ya de paso hicimos unos bocadillos para llevar en la mochila para el viaje de hoy. Nos preparamos y salimos del hotel para coger nuestro barco que ya nos estaba esperando.

¿Qué me está pasando?Where stories live. Discover now