Mí Príncipe • 𝐘𝐨𝐨𝐧𝐌𝐢𝐧 [✍︎]

T R E C E

Shin SuRan, la ex pareja y ex omega del alfa Min YoonGi, lo miraba con demasiado amor en sus ojos que hacían destellar como si fueran unas hermosas estrellas, una de las cualidades que le había gustado el alfa de la omega, y a la vez un gran cariño que hacia que su propio aroma se disperse en toda la habitación mostrando el interés que aun tenía por su alfa, YoonGi la tenía atrapada contra la pared mostrando superioridad ante ella para que tuviera temor de su presencia. El rostro de YoonGi solamente mostraba el odio que tenia en ese momento, el enfado por verla ahí en esos momentos que no estaba del todo bien en el ambiente con su prometido, desde lo mas profundo surgía breves gruñidos cada que la omega intentaba tocarlo.

-Contesta, SuRan ¿Qué mierda haces acá? -YoonGi utilizo su voz de mando sobre ella, quería una respuesta rápida hacia su pregunta para luego buscar una manera para que la intrusa se fuera del reino de su omega antes que suceda lo peor.

SuRan bajo la cabeza apenas la voz de mando del alfa fue dirigida hacia ella con la clara molestia del alfa. Se mostraba lo apenada que estaba y como su cuerpo temblaba del miedo que iba teniendo, él nunca le había hablado así, con su voz de mando, sabia ella que esa es la manera mas tenebrosa de un alfa en mostrar la molestia que tenia con solo su presencia, ella pensaba que su alfa jamás le hablaría de ese modo.

-Venganza. -Es la única palabra que sale de los labios de la omega en medio de la oscuridad de la habitación, la única luz que entraba era de la suave luz de la luna que brillaba con toda su fuerza en el bosque.

-¿Venganza? -YoonGi murmuro bajamente, susurrando para si mismo la pregunta que hacia brillar su mente, debía haber sospechado que la omega buscaría la forma que su vida se hiciera miserable al tenerla como su sombra, algo que no quería para su pequeño omega.

La omega levantó la mirada apenas escucho el suave susurro del alfa y enrolló con sus brazos el cuello de este para atraerlo lo mas cerca a su cuerpo para marcarlo con su aroma, un plan de ultimo momento de la omega, debía aprovechar cada oportunidad que se cruzara en su camino, mientras el contrario trataba que se alejara de ella para evitar tener su aroma en sus prendas.

-Te amo, Min YoonGi, te amo demasiado que hace que mi corazón duela de tanto amor que siento por ti y no entiendo por qué me dejaste por ese omega, no entiendo por que preferiste a él y no a mi como tu esposa, soy mejor que él en todos los sentidos posibles. -La omega hablo cerca de sus labios mientras que en sus ojos reflejaban la impaciencia y la poca cordura que tenia en ese momento para no besar a su amado.

-Las cosas se dieron cuando se dieron, SuRan. Las cosas debían suceder por algo. -El alfa gruño apenas termino de decir las duras palabras que fueron para SuRan. YoonGi no quería decir mas cosas que podían dañar masa la omega quien se mostraba capaz de hacer cualquier cosa solo por tener al alfa a su lado.

-¿Es por qué no soy hija de un duque? ¿De alguien que esté en la alta sociedad? -SuRan miro con algo de rabia, como si fuera un pequeño tic que tenia en sus ojos que ya no brillaban como las estrellas, ahora se podía ver como una creciente llama que iniciaría un gran incendio en medio del bosque.

-Nada de eso, SuRan, no es como tu lo imaginas. -YoonGi soltó un suave suspiro y apoyo sus manos sobre los hombros de la omega y así empujándola levemente para que se aleje de su cuerpo que ya estaba cubierto de un amargo aroma de la omega que no pudo disimular ni un poco su molestia.

Ella miró a los ojos del alfa para luego alejarse a su voluntad mientras las palabras de YoonGi retumbaban en el vacío de su mente, el vacío que creo por la ruptura con el alfa, donde la dura realidad le golpeaba a su pobre corazón.

-No me iré hasta cumplir lo que empecé, empieza a pensar como librarte de mi, Min YoonGi. -L verdadera cara se había mostrado frente del alfa en ese momento, SuRan ya no era la dulce omega que él había conocido alguna vez en su vida, ahora era como un alma en pena que busca satisfacer su dolor con el dolor de la persona que le quito su vida.