Mí Príncipe • 𝐘𝐨𝐨𝐧𝐌𝐢𝐧 [✍︎]

N U E V E - NamJin

Era un hermoso día para una pareja de esposos que con su hijo festejaban con un gran pastel de cumpleaños que hizo su esposo, Kim SeokJin. Si, el rey Kim NamJoon cumplió años ese día y lo mejor de todo es que ese día solamente pasaría con su familia, luego harían una fiesta con los más cercanos a su propia familia.

Hoy no haría nada ya que con anterioridad hizo todos sus deberes reales para tener un día libre con tan solo estar con su pareja e hijo en el gran patio Real en donde solo unos guardias profesionales les estaban cuidando por si sucedía algo a la pareja o al heredero al trono.

Su historia es un tanto complicada, su matrimonio anteriormente fue arreglado por sus padres y SeokJin se negaba a casarse hasta tal punto de huir de su hogar para evitar conocer a su marido, SeokJin era liberal, no creía y odiaba a los matrimonios arreglados para un bien común para la sociedad o para si mismo.

En cambio, NamJoon, era todo lo contrario, el había aceptado aunque no todo era color de rosas, aunque el no quisiera casarse con alguien que no conoce, no tenía otra opción mas que aceptar el matrimonio arreglado por sus padres. Ese día en el que se pudieron conocer fue accidental, NamJoon había salido a recorrer el pueblo para matar el tiempo y un omega se cruzo en su camino.

Casi lo iba a arrollar con su caballo al omega, para evitar un grave accidente, tuvo que frenar el caballo y de consecuencia él se cayo de este así ganándose un fuerte dolor de espalda por el gran impacto de este contra el suelo cubierto de piedras.

El omega pidió disculpas al alfa y le ayudo, unos guardias vinieron a socorrerle y aun no lo reconocían. Cuando llegaron al palacio, ahí se encontró a sus padres con sus futuros suegros quienes corrieron a ver a su único hijo, ahí se dieron cuenta que ellos eran los que se iban a casar, SeokJin se había avergonzado y hizo una promesa de no volver hacer lo que hizo.

Con el tiempo se dieron cuenta que eran una pareja destinada y pudieron casarse sin ningún problema ya que llegaron a enamorarse tal cual eran ellos dos con el tiempo que llevaron conociéndose.

Ahora, en el gran patio estaban jugando el rey junto a su heredero a las atrapadas, aunque la edad no le ayudaba mucho pero aun así aguantaría todo para que el menor se pueda divertir con el hasta que sea un adolescente, una etapa muy difícil y donde mayormente los menores se alejan de sus padres.

El omega estaba mirándolos jugar hasta que llego la hora de darle el regalo a su esposo, ya le dio unos con anterioridad pero este era muy especial para él y para su esposo, prontamente también para el pueblo.

-Joonie... -Hablo su omega quien lo miraba desde lejos con unas mejillas levemente sonrojadas en su rostro, tenia miedo y eso su alfa lo notaba pero a la vez se veía nervioso, el omega era un revuelto de emociones en lo que debía contarle a su esposo.

Más aun cuando su alfa y esposo lo cuidaba demasiado desde ese día, cuando estaba con el embarazo de su pequeño cachorro, su primer hijo que casi lo había perdido.

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-Cariño, mi omega hermoso, si te duele demasiado, no dudes en llamarme para que llame un doctor, por favor. -Hablo el alfa mientras miraba a su pareja con una preocupación que se reflejaba en sus ojos.

-Voy a estar bien, ya los dolores no son como los de antes, lo juro por nuestra Diosa Luna, cariño. -Jin contaba con un embarazo de cerca de seis meses, tenía un vientre grande pero justo para la cantidad de semanas que llevaba, sufría demasiado con el bebé en algunos momentos de su embarazo.

Durante el trayecto del embarazo no podía comer por que ya luego lo estaba vomitando en el baño, todas las comidas que llegaba a comer no eran del agrado de su cachorro y los dolores que le causaba en su cintura eran causas del pequeño cachorro que llegaba ser muy inquieto desde que empezo con sus pataditas, como si quisiera salir en ese momento para conocer el mundo.