Un ajetreado día en la tripulación

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Emma

Me desperté con la luz del sol filtrándose a través de la pequeña ventana. Me estiré en la cama, sintiendo una alegría inexplicable. Sonreí a la nada mientras recordaba los sucesos de la noche anterior. No se el que pero Jacob me causaba unos sentimientos indescriptibles. Me levanté de la cómoda y calentita manta y subí arriba del barco con los demás. 

Aún era temprano pero el barco estaba muy animado. Nos sentamos en una mesa enorme, junto al resto de la tripulación. Vi a un pirata salir de la bodega con una gran cantidad de comida y bebida, con una sonrisa de oreja a oreja. 

- Felicidades, jefe -exclamó poniendo los deliciosos manjares en la mesa-

Jacob sonrió levemente y le contestó un seco "gracias". El pirata tenía que estar acostumbrado a la seca personalidad de Jacob porque ni se inmutó y siguió repartiendo platos. 

En el centro de la mesa estaba un gran pollo asado que desprendía un olor delicioso. A su izquierda, un plato lleno de pechugas empanadas que parecían muy crujientes y sabrosas, y a su derecha, un plato repleto de filetes. Habían muchas barras de cerveza y pan crujiente recién hecho. En otros rincones habían platitos con queso, olivas, pasas y frutos secos. También había grandes platos de arroz y calamares a la romana, además de platos llenos de maíz. La boca se me hacía agua solo de verlo.

Me pusieron al lado una barra de cerveza pero negué amablemente, como los demás. Entonces nos trajeron zumo de uva. Cuando todos estuvieron sentados cantaron al unísono su propia versión de "cumpleaños feliz".

¡Yo-ho-ho y una botella de ron, Es el cumpleaños del capitán, ¡hoy es la ocasión! ¡Qué el viento sople fuerte y el mar esté en calma, vamos a celebrar con una gran fiesta en la sala!

¡Feliz cumpleaños, capitán, en alta mar estás, tu tripulación te adora, no hay nadie como tú, jamás! Desde las olas más profundas hasta el cielo azul, Todos brindamos por ti, ¡nuestro líder sin igual!

Todos aplaudieron emocionados y empezamos a comer como locos. La comida estaba deliciosa, no me cansaría de comerla nunca. Aunque no me pude quedar con la duda y mientras todos estaban en silencio, pregunté:

- Jacob, ¿Por qué nos has ofrecido alojamiento sin conocernos? No digo que esté mal, solo tengo curiosidad.

Todos se quedaron atónitos y murmuraron entre sí cosas como "¿Cómo se atreve a decir el verdadero nombre del capitán" o "Esa cría no le teme a la muerte"

Jacob, con una expresión severa, respondió con voz firme y seca: 

-Lo hice porque así lo decidí. No necesitan saber más.

 Su tono dejaba en claro que el asunto no era tema de discusión y que cualquier pregunta adicional sería ignorada.

- Y no vuelvas a preguntar cosas que no son asunto tuyo o te tiraré por la borda, y a tus amigos también -añadió masticando ferozmente un muslito de pollo-

Me pareció muy mono.

Al terminar de comer los tripulantes recogieron la mesa y sacaron de la bodega una gran tarta de glaseado de vainilla decorada con adornos de grandes olas. Tenía capas esponjosas de bizcocho de vainilla entre las cuales se veían grandes porciones de kiwi delicádamente cortados. También trajeron galletas con pepitas de chocolate recién hechas, donuts con covertura de chocolate y chuches con formas de calaveras.

Jacob se levantó, sosteniendo su quinta barra de cerveza. 

- Quisiera brindar por esta tripulación que lleva 5 años unida. Brindar por todos los momentos que hemos pasado juntos y obviamente por Barny -le lanzó una mirada orgullosa al cocinero de la tripulación- por hacer este delicioso manjar por mi cumpleaños, bueno, y todos los días.

Hicieron un brindis gritando "hurra", sin embargo, yo le seguía con la mirada, embobada. Era tan guapo. Noté que Alicia me hacía "side eyes" todo el rato, riéndose a lo bajo. La miré y me reí también mientras ella me lanzaba una mirada levantando y bajando las cejas rápidamente.

Al terminar la comida los piratas se pusieron a limpiar el barco mientras cantaban canciones piratas. Jacob se acercó a mí, silbando las canciones que cantaba su tripulación. 

- Os dejaremos en un puerto cercano, llegaremos al anochecer -dijo alejándose antes de que pudiéramos decir ninguna palabra- 

Involuntariamente le silbé de vuelta y me reí histéricamente con Alicia. A medida que pasaba la tarde, el tiempo empezó a empeorar. Se divisaban nubes de tormenta acercándose rápidamente hacia nosotros. 

Las olas comenzaban a hacerse más y más grandes , tanto que llegaban a medir un poco más de tres metros. Comenzó a llover fuertemente. En poco tiempo, estábamos empapados hasta los huesos. El barco se balanceaba peligrosamente en las gigantes olas. De repente, un rugido atronador resonó a través de la tormenta, seguido por el estremecedor temblor del barco bajo nuestros pies. Al mirar hacia el horizonte, vimos surgir de las profundidades un monstruo marino de proporciones titánicas, con tentáculos retorcidos y ojos llenos de malicia.

- Hoy es nuestro día de suerte, capitán -gritó un pirata desde arriba-

Jacob sonrió maliciosamente mirando al horizonte. 

- Hace tiempo que no nos vemos ¿eh, Alicia? -exclamó Jacob fuertemente para que el monstruo lo oyera-

- ¿El monstruo se llama igual que yo? Qué ofensa -me susurró Alicia intentando ocultar que se estaba cagando de miedo-

- Tus exs si son peligrosas ¿eh, capitán? -dijo uno, haciendo que toda la tripulación estallara en risas- 

- Cada vez son peores -añadió otro riéndose a carcajadas-

Nadie parecía tener miedo. En cambio nosotros temblabamos de miedo viendo a la enorme criatura y las gigantes olas. Era verde, con serpientes moradas en vez de pelo y una mirada con ojos dorados llenos de furia.

- ¿Has venido para felicitarme? -gritó con una sonrisa burlona-

Alicia monstruo le miró con furia y le apuntó con su tridente dorado. Jacob se matenía firme, provocando a la criatura mientras que los demás se apresuraron a asegurar el barco, luchando contra las violentas sacudidas de las olas y trabajando sin descanso para evitar que el barco se hundiera. 

Todo pasaba muy rápido. Aunque tenía mucho miedo no le quitaba ojo a Jacob. Estaba tan guapo provocando al monstruo. 

- No, he venido para derrotarte -gritó el monstruo en respuesta-

- Ya, ¿Cuántas veces me has repetido eso en estos últimos meses?

Jacob y Alicia (monstruo) se batieron en una lucha épica. El monstruo marino se abalanzó con furia hacia él, sus  grandes tentáculos intentaban golpearlo aunque esquivaba todos sus golpes y le hacía algún que otro corte. Luchaba tan ágilmente que la criatura se cansó y volvió a las profundidades amenazando de volver.

Créditos a Emmaxxdss por corregir las faltas🫶🏻😇

El bosque de los secretosWhere stories live. Discover now