Cap 25 Alimañas

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Un día nublado y fresco el clima perfecto para algo caliente y Max recordaba el vicio que tenía cierta chica Erizo, quien sabe tal vez una ofrenda de paz le daría una tregua leve, era divertido evadir las responsabilidades pero un poco desagradable tener que pagar por sus malas decisiones.

El camino a la cafetería estaba solitario, la mayoría de los campistas prefirieron pasar el dia en sus cabañas, no es que evitaran mojar o divertirse con el lodo, si no que Susie era Susie y con tan pocas semanas de campamento había influenciado ese miedo en todo mundo.

— Sería muy divertido ver su expresión si le contara — Max se rió un poco — No sin spoilers —

Al entrar al comedor se encontró con Mildred quien estaba demasiado agotada, ser la encargada de los alimentos no fue cosa fácil Max solo la saludo casualmente sabía que no debería de involucrarse demasiado con la trama de la historia.

Los encargados de la cocina estaban ocupados así que la invasión de su espacio solo los desconcertó un momento pero terminaron ignorándolo, pero cuando este fue por una cafetera y puso el agua a hervir uno de los cocineros trato de pedirle amablemente que no podía hacer Max simplemente lo ignoro y termino preparando el café, lo sirvio en un termo y tomo un par de vasos de unicel, un poco de azúcar y un par de cucharas.

El cocinero estaba molesto e incluso amenazó con reportarlo con las brujas, Max simplemente se limitó a ignorarlo, este se habría puesto a seguir renegando cuando una bolita de pelo corrió por la orilla de la cocina y se fue directo a la bodega, espantando nuevamente a los pobres cocineros.

— No de nuevo, de dónde salió esa cosa — El ayudante se quejo aun así era ignorado, no había tiempo tenían platillos que terminar.

Cuando se volvieron a centrar uno de los cocineros quería seguir reclamando a ese irrespetuoso campista pero no estaba.

Max siguió discretamente a esta pequeña alimaña, parecía una pelusa negra muy rápida.

En la bodega se podía ver una imagen algo peculiar, muchas bolitas de papa estaban caminando erráticamente como si estuvieran somnolientas, cosa rara pero reconoció ese estado.

Con una simple orden — Todos a mi — cada pieza de comida se acercó al chico vampiro.

Max analizo la situación y solo para experimentar susurro — Descansen —

Capa bolita de papa presente se desplomó hasta su vista inerte, el espectáculo era un poco curioso, pero lo más importante es que esto hizo que esa bolita de pelos saliera de entre las sombras, al parecer tenía ojos que lo miraban fijamente, este chirriaba algo que no se podría entender.

Max dejó de ser expresivo se levantó lentamente y se inclinó ante la pequeña bolita de pelos.

— Lo que ordenes — Max comento sin energías.

La bolita de pelos se retiró del lugar como si no hubiera pasado nada, pero cuando paso junto a Max le sorprendió estar atrapado entre los dedos del chico vampiro.

— Te tengo — Max se jactó con una sonrisa maliciosa.

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En la cabaña de Erizo esta se divertía junto con Oscar, con quien jugaba una variante del juego de mesa que ellos mismos habían inventado ya hace muchos años, necesitaba distraerse y fue lo primero que se le ocurrió.

— esto es ridículo — Erizo señaló mientras se divertía — no entiendo por que agregamos estas reglas tan tontas.

— No se solo se que es divertido o al menos para ti nunca podría ganarte — Oscar comentó entre pucheros.

Solo soltó una risa ante las expresiones infantiles de su amigo, le encantaban estos momentos y le ayudaban a relajarse ante tanta cosa problemática.

La puerta sonaba y Oscar fue el primero en abrirla mostrando un rostro conocido.

— Max un gusto verte — Oscar señaló invitando a pasar.

— Veo que se divierten — Max comento tan tranquilo como siempre.

— Si es un juego que inventamos hace años y es complicado — Erizo señaló, no sin antes percatarse del aroma — ¿Es un expreso? —

— Con un toque de avellana como te gusta — Max señaló tranquilo, arrimando una mesita y sirviendo la bebida en un par de vasos.

Erizo no quería admitirlo pero dio justo en el clavo con este fresco el café sería perfecto, esta tomó su vaso sin preguntar más y disfruto esa pequeña quemadura del primer sorbo un muy mal hábito que que se había prometido dejar.

— es mi favorito — Como supiste.

— Vamos, lo sabe todo el pueblo, eres muy expresiva cuando vas a la cafetería — Max insistió como algo cotidiano confundiendo un poco a Erizo.

— Bien, seré directo, vengo a pedir una tregua — Max comentó muy tranquilamente — Ya me disculpe, te conté la verdad y me han golpeado más de lo que me gustaría—.

Oscar y Erizo estaban más que confundidos y su expresión se veía genuina ante los ojos del vampiro — Vamos Erizo cumpli mi palabra o me arrepiento de haber manipulado así a amm bueno... — Max no encontraba cómo decirlo — Manipular a ya sabes .... —

— qué cosa exactamente — Erizo señaló.

Rendido y en plan de arrepentimiento Max confiesa arrepentido — a cada mujer en el pueblo, mira fue sin querer los poderes de un vampiro son muy fuertes mas de lo normal, ni siquiera los viejos vampiros podían hacer lo que yo —

— eso es gracioso y algo espeluznante — Erizo señaló

— Vamos solo quiero que me perdones y prometo nunca usar mis poderes así, seré muy cuidadoso — Max señalo.

— No entiendo bien tu juego pero si está arrepentido sería bueno que lo perdonaras — Oscar recalcó.

— ¿Perdonarlo de que? — Erizo estaba perdiendo la paciencia de nuevo.

— de salir con otras mujeres usando mis poderes de vampiro — Max señaló inquieto.

— y eso que tiene que ver conmigo — Erizo se estaba molestando.

— Eres demasiado cursi lo sabias, pero ok — Max se acerco y toco levemente la barbilla tomando por sorpresa a Erizo — Eres una chica maravillosa y por ti estoy dispuesto a cambiar, yo te amo Erizo, solo dame una oportunidad —

La pobre chica no pudo evitar ponerse nerviosa y algo intimidada por tan repentina confesión y más enfrente de Oscar, cuando reaccionó solo se retiró un poco y reclamo — Oye, oye espera!! —

— haaaa!! es tan — Oscar miró Erizo con una enorme sonrisa y levantando las cejas de forma seguida esperando la respuesta de su amiga.

La chica se levantó y salió directo al baño mientras murmuraba — no, no, no, no así — Al final se miro al espejo y esta estaba un poco, solo un poco apenada.

— Erizo todo bien? — Oscar preguntó curioso, aunque más por querer molestar a su amiga.

La chica se lavó un poco la cara y a pesar de su vergüenza quería despejar esa duda.

— tienes forma de probarlo? eres realmente un vampiro — Erizo comento desde el baño.

— si, es simple — Max extendió sus alas dejando a Oscar realmente sorprendido.

— Wow!! ¿son de verdad? — Oscar estaba realmente emocionado — ¿realmente puedes volar con ellas? —

— Oye basta da cosquillas — Max se reía inocentemente.

Erizo miraba desde una pequeña brecha de la puerta, estaba sudando pero ahora por el pánico, tantas cosas que ella misma empezaba a sospechar podrían volverse mas que una realidad, podría ser más una pesadilla.

Juntando las PistasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora