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—Ya me voy, te veré en la tarde, ¿Está bien?

—Sí, nos vemos.

Taehyung y Jungkook se frotaron las caras como lo harían dos lobos queriendo impregnar de su aroma al otro. El rubio desde el nido, el bicolor desde arriba. Como hoy empezaba la rutina de Jungkook saldría temprano, solo papeleo y luego a casa. Ahí el omega lo esperaría para poder tener sus ciclos de calor juntos.

Jungkook tomó sus cosas, y luego salió de la habitación. Los pasos sonaban gracias al eco y solo fue hasta que el sonido de la puerta de entrada siendo abierta y cerrada de forma rápida, que Taehyung se levantó casi saltando para buscar su ropa y las cosas que necesitaría para ir al médico.

Se cubrió lo mejor que pudo, tapó su cabello rubio puntiagudo, se puso lentes de sol para que nadie viera los ojos rojos, mascarilla negra, una gabardina morada bastante ancha que le hacía parecer a su ex maestro Jiyong cuando usaba su saco de dormir en su antigua escuela, pantalones negros y sus botas favoritas.

Finalmente, tomó un bolso para meter sus cosas personales, como cartera, teléfono, papeles importantes, llaves, botella de agua, entre otras cosas mientras buscaba los parches que neutralizaban el aroma –compró algunos hace unos meses– y ponerlos en su nuca para hacerlo pasar por un simple beta.

Hey, de nada servía tanto disfraz si a final de cuentas su dulce olor omega le delataba.

Ya listo, salió de la casa, cerró con llave y emprendió camino hacia el médico asegurándose que nadie le siguiera –algún fan o paparazzi– y tomó el metro hasta que finalmente estuvo en la estación donde saldría para caminar hacia el hospital.

Llegó rápido, pidió información, solicitó la cita para ser de forma inmediata y casi se delata cuando se puso a pelear con las enfermeras. No fue hasta que exigió con gritos hablar directamente con el doctor que este mismo salió por el alboroto –junto a otros médicos de los consultorios cercanos– y se dio cuenta de quién era.

—Está bien, no quiero alborotos. Por favor pase conmigo, señor.

—Señor tu viejo. Estoy en la cúspide de la juventud.

—Sí, sí, entonces adelante, joven. —Y el hombre se hizo a un lado para dejar al rubio ingresar a su consultorio.— ¿Y bien? ¿Cuál es el problema? —preguntó cuándo se sentó al igual que el omega, que se quitó su disfraz.

—Tengo un retraso.

—¿Días?

—Con este 3, quizá 4.

—Algo raro considerando que su ciclo de calor es rigurosamente regular.

—Exacto. Necesito información. Ahora.

—¿Qué síntomas has tenido? ¿Vómitos, nauseas? —Taehyung hizo un puchero mientras rebuscaba en su memoria.

—Últimamente el pescado me ha causado nauseas. Vómitos no realmente. Pero si he tenido varios antojos.

—¿Cómo cuáles?

—Papas con helado, malvaviscos con salchichas, cebollas encurtidas. De ese tipo.

—¿Su cuerpo ha sufrido algún tipo de cambio? ¿Cómo aumento de grasa o pigmentación extra?

—¿Qué mierda quiere decirme?

—Qué si le crecieron los pechos y sus aureolas cambiaron de color. —Taehyung quedó rojo ante las palabras directas del doctor. Pero fue su culpa por preguntar.

—Sí, lo han hecho.

—¿Se siente cansado, con pereza, que tiende a ser más emocional de lo que suele ser y tiene cambios de humor repentinos y drásticos?

Month •ᴷᵒᵒᵏᵛ•Where stories live. Discover now