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Taehyung está un poco inquieto, se suponía que ayer por la tarde debieron comenzarle las molestias típicas que indicaban el comienzo de su celo. Pero honestamente, no sintió nada. O se había vuelto muy bueno para ignorar sus instintos omegas o algo estaba mal.

No dijo nada. Se levantó normal, le hizo el desayuno, la malteada y el bento a Jungkook y luego se despidió de él. El alfa no sospechaba nada y él fingió sentirse cansado por su supuesto celo.

¿Se pudo haber retrasado?

Podría ser, es decir, no sería la primera vez. Siempre ha sido regular, su celo llega cada mes mientras que el de Jungkook lo hace cada dos meses. Pero luego de pasar tanto tiempo juntos, su celo y la rutina del bicolor tuvieron que ajustarse correctamente a caer en los mismos días.

O se le atrasaba o se le adelantaba. Pero eso no sucedía desde hace años. Cuando finalmente se sincronizaron fue casi a términos de la preparatoria, ya tenía casi dos años que vivían juntos y su celo había sido regular en ese entonces. ¿Por qué se retrasaría esta vez?

—Estás exagerando estúpido. Solo está atrasado por menos de 24 horas. Espera para saber, probablemente te pase hoy. —Se regañó a sí mismo.

Continuó con el resto de tareas domésticas en un intento de despejar su puta mente. No iba a ir corriendo con el médico solo porque se le retrasó el celo un poquito, no quería ilusionarse porque que tal luego se le caía la cara de vergüenza y quedaba como payaso.

Cuando finalmente terminó, ya eran las cinco de la tarde. Soltó un suspiró cansado y molesto, mientras entraba al baño para darse una ducha. Al salir, decidió ponerse una bata de dormir omega que Nayeon le había dicho –casi suplicado– que la llevara.

—Bata de dormir, mis pelotas. Esto es un puto baby-doll. —Había mascullado en voz baja cuando le entregaron el regalo. Pero, de nuevo y como sucedía muchas veces, la beta era la que mejor le caía en esa familia, así que no le pudo decir que no.

Le dio las gracias, una sonrisa forzada y se retiró. Si tenía el regalo aun con él y lo usaba era porque pese a su apariencia y modelo, la tela era muy cómoda y suave para dormir con ella, además que era delgada y dejaba pasar el aire. Perfecta para climas calurosos.

—Idiota, idiota, idiota —murmuró para sí mientras se sentaba en el sofá y encendía el televisor. Tanto por el recuerdo de la anécdota como por su supuesta paranoia sin explicación.

Pasó todos los canales, aburrido y pensando que sería mejor ver la segunda de Barbie Fairytopia –aunque Jungkook iba a molestarse con él, por verla solo– hasta que se detuvo abruptamente en el canal de noticias. El título era claro en el encabezado color azul en la parte inferior de la pantalla.

Ataque en progreso. Seguido por imágenes de que se movían constantemente por no tener la cámara fija. Humo y fuego salían de las paredes rotas de algunos edificios a sus alrededores, pero principalmente del más grande. El banco.

Taehyung sintió que se le iba a bajar la presión cuando pudo ver por la cámara la figura del héroe Jungkook, cubierto de raspones, suciedad y una que otra mancha de sangre. Momo con Rose intentando mantener todo bajo control con los civiles, Chuu ayudando al alfa contra los villanos. Incluso le pareció distinguir el cabello de S.Coups muy, muy al fondo.

Pero se percató de un pequeño detalle. En la esquina superior derecha, no estaba el en vivo color blanco encerrado en un cuadrito rojo. Puso más atención en las palabras de la reportera.

Las tomas fueron exclusivas del ataque ocasionado esta mañana entre las 10 y 12 de la tarde; un grupo de villanos intentó robar el segundo banco nacional de Corea. Cuando su intento de robo fue interrumpido por los héroes profesionales, se reveló que tenían bombas en puntos estratégicos del edificio. Se pudo evacuar a la mayoría de los civiles antes de que la primera bomba hiciera impacto, el resto se dejó en manos de los héroes liderados por el alfa Jungkook. Pese a la gran cantidad de daños en la infraestructura y los múltiples heridos, agradecemos que los villanos fueran capturados y pronto serán llevados a la cárcel de máxima seguridad. Afortunadamente no hubo ningún muerto y los heridos reciben la atención médica necesaria.

Apagó el televisor cortando cualquier cosa que la mujer estuviese a punto de decir con referente a otra noticia que a él le importaría un comino. El ataque, pasó esta puta mañana, siente cómo la respiración se le agita y comienza a sudar frío. Entre las 10 y 1, eso significa que tiene más de 6 horas el ataque y no había recibido ni una llamada.

Apretó los dientes y furioso fue por su celular. Entró a favoritos y de inmediato marcó el número de Jungkook. Estaba enojado, la ira de carcomía por dentro. Ese hijo de puta.

Finalmente, luego de 3 timbres, la llamada fue devuelta.

—¿Diga?

—¡Maldita sea, Jungkook! —gritó, pero la voz se le quebró un poco al final.

—Taehyung, ¿Qué sucede?

—¡¿Qué sucede?! ¡¿QUÉ SUCEDE?! ¡SUCEDE QUE CASI TE MATAN HACE 6 HORAS Y NO TE ATREVISTE A LLAMARME O MANDARME UN PUTO MENSAJE PARA AL MENOS DECIRME QUE SIGUES VIVO!

—Oh. Ya viste las noticias...

—Sí, imbécil. Ya las vi —dijo más calmado el rubio, intentando tranquilizarse por completo.

—Lo siento, estuve ocupado con el papeleo y el hospital. Apenas estoy desocupándome. Ya voy para la casa, el doctor dice que tengo torcido el tobillo, así que me dejaron salir temprano.

—E-Está bien. Ven con cuidado, ¿S-Sí? —suplicó y para que Jungkook no escuche su tono lastimero, se alejó de su celular y se cubrió la boca.

—Sí, no te preocupes. Te veo luego. —Y la llamada fue cortada.

Taehyung dejó caer la mano que sostenía su celular al sofá, sin fuerza; su otra mano aun sobre sus labios mientras callaba los pequeños y débiles sollozos casi imperceptibles. Maldición, ¿Por qué mierda estaba llorando? No era ni la primera y de seguro no sería la última vez que Jungkook resultara herido en las misiones.

—Debe ser mi celo, es señal de que va a empezar. —Se convenció a sí mismo mientras iba por pañuelos para limpiar sus lágrimas y sonar la nariz.

Cuando finalmente se calmó, decidió que empezaría la comida de la cena pues por la ventana notaba que el cielo comenzaba a oscurecerse. Andaba friendo una hamburguesa en la sartén, cuando escuchó la puerta abrirse y al individuo dejando los zapatos en la entrada.

—Ya estoy aquí.

—Cocina. —Fue lo que dijo el omega, continuando con su labor. Jungkook entendió el mensaje y se fue a buscarlo.

—Huele bien, ¿Qué estás haciendo? —Con la diferencia de alturas, fue fácil para el bicolor posicionarse detrás de Kim y ver lo que el otro hacía con claridad.

—El olor a carne apesta la casa, ¿Qué otra cosa sería? —Jungkook se encogió de hombros detrás de él, pero Taehyung no lo vio por continuar con la vista en la comida.

El rubio nunca lo admitiría, pero la imponente figura del alfa detrás de él siempre le ponía nervioso. Podía ver, gracias a la luz, la sombra enorme que le tapaba absolutamente todo el cuerpo. Sentir el formado cuerpo de Jungkook a su espalda, aun sin tocarse intencionalmente le ponía los pelos de punta y le sonrojaba la cara.

Cuando Jungkook se acomodaba más, pasando los brazos por su abdomen hasta la meseta donde cocinaba, para mantenerlo atrapado entre ella y su cuerpo, sentía que podía temblar por la cercanía. No ayudaba el hecho de que el tipo tuviera dos temperaturas corporales. Menos aún que estuviera en esa bata omega. Y ni hablar del aroma, y no se refería a la carne.

—Taehyunggie. —Le llamó con el estúpido diminutivo de su nombre.

—¡A-Alejáte, Icyhot! —gritó cuando sintió el aliento del alfa en su oreja.

Jungkook lo hizo, se alejó, pero Taehyung se dio cuenta de la mejilla abultada y que la boca del bicolor se estaba moviendo. Muy lentamente, pero lo hacía. Algo había hecho ese cabrón.

—¿Qué tienes en la puta boca?

—Nghmda.

Los ojos carmesí de nueva cuenta se fijaron en la meseta donde cocinaba –donde ya había apagado la estufa–, y se percató de que los mini-onigiris que hizo con atún –agradezcan que no vómito por el olor– y mayonesa eran menos que antes.

—¡Tú, hijo de puta!

Month •ᴷᵒᵒᵏᵛ•Where stories live. Discover now