Chapter 4

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Sus pies ligeros cayeron en perfecta sincronía sobre la madera de árbol de roble que demostraba su gran tamaño perdiéndose en el cielo que lloraba. Su cabello negro azulado estaba mojado y sus gotas caían al suelo donde ya algunos descansaban luego de los entrenamientos seguidos durante esa dura semana.

Durante una hora corrieron bajo la lluvia que Shadis decidió usar como un obstáculo más para esa dinámica, y solo él tenía el derecho de andar a caballo. Los reclutas llevaban en sus espaldas una mochila básica para uso médico y estratégicos. Sin embargo, no era elemento adecuado contra los titanes. Los equipos de maniobras tridimensionales son lo ideal.

Hekima activó su equipo y se balancea llevando consigo filas enteras de titanes de madera que luego eran seguidos por más de Mina y Jean que buscaban dar una imagen de poder y destreza al instructor, logrando lo contrario por culpa de Sasha y Connie.

—¡Mejor nos retiramos, Mina! —aconsejó la asiática hacia la otra joven que asintió con una sonrisa nerviosa viendo detrás de ellas como el grupo de tres chicos venían haciendo un festín de palabras incoherentes y mal intencionadas junto a golpes y roces bruscos que captaron rápidamente la atención de los instructores y Shadis. El hombre de edad ya marcada en sus gestos cruzó la brazos detrás de sí con su mejor mirada de asesino en serie a los inconscientes.

Y empezamos de nuevo.

—¡Mocosos excrementos de titán! —rugió el instructor causando que Sasha y Connie pararán con dificultad sobre los árboles resbaladizos. Pero Jean, que se distrajo un segundo al ver a Mikasa parada sobre una rama cercana a Eren, fue a chocar contra el tronco de cara. Y para empeorar, había una rama sobresaliente justo donde sus zonas sensibles llegaban. Estaba de más decir que todo hombre en el área llevó una mano también a sus partes por reflejo— ¡Los quiero a todos en mi oficina, ahora!

—¡Sí señor! —respondieron los demás junto a los castigados. Jean solo pudo levantar su brazo.

—Vámonos, antes de que Jean pierda definitivamente la posibilidad de engendrar hijos —opinó Eren con brazos cruzados y desinterés. Los demás sólo observaron el lamentable estado del cara de caballo.

Mina dirigió su puño hacia el rostro de Hekima que salía de los baños con su uniforme limpio. La adolescente lo detuvo sin problemas con su mano derecha y notó de inmediato a Annie que las miraba recostada en la pared de los baños.

—¿Podría saber por que de este recibimiento? —quiso saber soltando la mano de la fémina que rápido se volteó hacia la rubia de ojos claros.

—¿Lo ves?

—Si, lo ví —admitió Annie sabiendo que ese golpe era tan inofensivo como el mismo Marco. Habían anteriormente discutido por que Mina se pasaba halagando a la pelinegra y Annie no tiene paciencia para escuchar el mismo jodido tema una y otra vez. Y empeoró cuando se lo explico con lujo de detalles: ella no le importaba en lo absoluto las habilidades o talentos de la segunda Ackerman.

—Entonces no hables sin saber.

—¿Podrían explicarlo sin que tenga que estar aquí escuchando todo el asunto? Debo irme a estudiar —decretó Hekima. Estaba decidida a escapar de las lecciones de defensa, no tenía ánimos para ello.

—Nada importante. Al menos no para mí.

La rubia caminó cerca de ellas para irse a otro lado. Pero Hekima apretando disimuladamente la mandíbula la tomó del brazo. Cuatro miradas ajenas cayeron sobre ellas como cuchillas en espera de intervenir.

—¿Por qué no simplemente me dices que quieres?

—¿Disculpa?

—Lo he visto Annie —pronunció su nombre dejando claro que era consciente de su existencia. Reiner y Bertholdt se miraron intrigados; alguien estaba invadiendo el espacio personal de su compañera y seguía de pie y sin rasguños. La fama de Annie de patear traseros se había confirmado no hace un par de minutos atrás con Eren y Reiner; el primero seguía parado en su sitio, sin prestar atención a otra cosa más que a sus compañeros militares— se que te hubieras resistido de seguir a Mina de no importarte nada de lo que te concierne a mi. ¿Qué pretendes?

Entre las cenizas (Libro 1)Where stories live. Discover now