•CAPÍTULO 9•

30 6 9
                                    

– Y eso fue lo que pasó.

Tyler me mira impactado, con ambas cejas alzadas y con el mentón que casi le toca el piso.

Tarda un momento en recomponerse y lo veo pasar por cinco emociones diferentes, hasta que decide quedarse con la de burlarse de mí.

– ¿Estás diciéndome que todo esto pasó porque la rueda decidió desinflarse?

Asiento con una mueca y Tyler hace un puchero.

– ¿Y en serio te calmó? Awww, que ternura.

– Si, pero ya basta.

Veo como su sonrisa se vuelve más grande y suelta un chillido fangirl que me aturde los oídos, aplaudiendo y pataleando como un loco.

Eso me recuerda a nuestra emoción cuando los personajes de un libro por fin se besan.

Si...¡ESPERA! ¡¿QUÉ?!

– Alto ahí –me levanto rápido del sillón y me acerco a él, atravesando la sala de mi casa–. ¿Por qué lo festejas tanto?.

– No, no. Por nada en especial –toma uno de los cup cakes que hizo Elliot y lo come con una sonrisa.

– Tyler...

Se encoje de hombros y señala su boca con el índice, demostrando que no puede hablar.

– Ambos sabemos que tu cabeza retorcida pensó en algo.

– ¿Y me equivoco? –dice él, luego de tragar el bocado que comió.

– ¡Obvio!.

– Yo no estoy tan seguro.

– Tyler, él está en la lista de los peores chicos que conocí en mi vida y ahí va a quedarse. Sólo es un egocéntrico, arrogante, idiota, ignorante, cara de sapo, petulante, pedazo de mier...

– ¡¡Ya entendí!! Ya entendí. Tranquila, fiera –Tyler me interrumpe y suelto un suspiro. Pero él continúa hablando–. Por cierto...tengo algo que contarte.

Por su tono repentino de timidez, lo miro levantando una ceja con expectativa.

– Ese tono lo usas para una cosa. Mejor dicho, para una persona.

Comienza a sonreír, jugando con su cabello nerviosamente con una mano.

– Hoy fui a Fatamorgana porque quería un helado –me mira cuando entrecierro los ojos–. Bueno, si. También para ver a la chica, no es ninguna sorpresa. El punto es que descubrí que se llama Kate porque otro empleado la nombró, ella me sirvió el helado porque es viernes y no le toca cobrar en la caja. No preguntes cómo sé eso –niega con la cabeza–. Le dije que el clima estaba lindo, Kate me dió la razón, yo le dí las gracias por el helado, me dijo "de nada" con una voz muy linda y para completar el combo, ¡ME SONRIÓ!.

Al oírlo tan contento, me termina contagiando toda su felicidad, haciendo que se forme una sonrisa enorme en mi rostro.

– ¡¿TE SONRIÓ?!

– ¡ME SONRIÓ!

– ¡TE SONRIÓ!

¡¡AHHHH!!

Ahora, es mi turno de sumarme al gritito fangirl y comenzamos a saltar en círculos, pero tomandonos de las manos.

Pareciera que estamos saltando en un campo lleno de flores, con mariposas volando a nuestro al rededor y un cielo despejado de nubes con un sol radiante.

Hasta que llega la tragedia y el cup cake de Tyler cae al piso.

Dejamos de saltar y nuestras sonrisas se borran de un segundo a otro. Pero Nala no pierde el tiempo y corre con una felicidad igualita a la que teníamos hace un momento, para comerse el cup cake del piso.

El Plan Que Nos Unió Kde žijí příběhy. Začni objevovat