CAPÍTULO 10

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Los Ángeles y su humedad natural no le están ayudando a mi cabello.

El frizz que tenemos es una situación importante.

Amo el otoño. Es precioso por sus colores que combinan con Beverly Hills, las calles se llenan de hojas crujientes cuando las pisas y estamos en el mes de Halloween, donde está permitido asustar a niños sin recibir ningún insulto.

Pero vaya.

¿No podía ser un poquito menos húmedo?

Cuando doblo en la esquina de la calle donde debemos encontrarnos con Tyler, lo veo venir en su bicicleta con una sonrisa y saludandome con la mano.

—¡HOLAA!

—¡Hola, Ty!—le sonrío levemente cuando llega a mi lado.

Ambos comenzamos a andar en dirección a la escuela. Despues de un largo momento de silencio, noto como Tyler trata de decirme algo.

Suelto un suspiro abrumado.

—Ya dímelo.

—Tu cabello está más inflado que el de Mafalda.

Arrugo la nariz con desagrado y volteo a verlo. Él está mirando al frente, en un intento de no soltar su risa.

—Hoy nos levantamos chistositos.

—Y tú, despeinada.

Al fin libera su carcajada que debe escucharse a dos calles de distancia.

Miro al frente con mala cara y soltando un resoplido. Tyler vuelve a verme sin dejar de sonreír y niega lentamente.

—Ya. Lo siento—extiende la mano en forma de puño hacia mí.

—Muy gracioso, señorito—manteniendo mi cara de amargura, hago el choque de puños.

Balalalalaaleja su mano, moviendo los dedos como si fueran una explosión y usa el mismo tono de Baymax.

Logra sacarme una pequeña sonrisa en el rostro y tomo el manubrio con ambas manos, para no perder el equilibrio. Ambos seguimos con nuestro camino a la escuela, hablando como si no hubiera pasado nada.

Puedo soportar las bromas de Tyler, porque se quedan en sólo bromas.
No puedo soportar las de Cameron, porque sus bromas son verdades dolorosas, camufladas con un tono burlón y pretendiendo tener cierto grado de altanería.

Ahí la diferencia entre los tipos de bromas que existen.

♡♡♡

—¿Las raíces te quedaron así?—me mira confundido.

Tyler me muestra su hoja con una gráfica de una función cuadrática.

Agarro la hoja con atención al observar que marcó los puntos en el -1 y en el 5, asiento con una sonrisa y lo veo a los ojos.

—Ya lo entendiste. Y al hacer la cuenta, la ordenada al origen debería darte -5 como resultado.

Él suelta un suspiro de alivio y vuelve a tomar su hoja cuadriculada cuando se la regreso.

—Gracias por explicarme, Twy. No estaba entendiendo nada—se le escapa una risita nerviosa—. Me distraje toda la clase haciendo un dibujo.

Niego con la cabeza y muevo la mano, quitandole importancia.

—No es problema—le sonrío de lado y cruzo mis brazos—. Pero necesito que me muestres ese dibujo como pago de mi excelente clase de cinco minutos.

El Plan Que Nos Unió Kde žijí příběhy. Začni objevovat