Capítulo 30: Llegada a la ciudad.

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Llevaban cerca de una hora caminando, y a lo lejos, en el horizonte, se podía divisar la ciudad. Marcus seguía la caminata a un ritmo regular, y para sorpresa de los jóvenes, seguía el mismo ritmo que cuando habían partido de las minas. La pareja también estaban de muy buena forma, sin embargo el frenesí de los últimos días hacia ya algunos estragos en Alfred, que no paraba de suspirar.

-Solo nos queda alrededor de media hora, venga hombre que no hemos caminado casi nada.-Le animó Marcus.

-¡Que no hemos caminado casi nada!. -Se quejó Alfred.-¡Tu no has caminado casi nada!. Puede que para ti, el soldadito de plomo alimentado con gachas de avena a diario y acostumbrado a las miserias del ejército esto no haya sido casi nada, pero para mí, acostumbrado a mis sabanas de seda y cucharitas de oro, para mi esto es agotador.

-¡Ya basta!. No es momento de pelearse. Parémonos a descansar un rato.

-¡No!. ¿Tu no has visto cómo estaba tu pueblo?, el tiempo apremia.

-Mi pueblo tiene ya servicio de comida y objetos de primera necesidad, y que nos paremos media hora a descansar no va ha cambiado nada. Es más, creo que lo mejor es que lleguemos a palacio con energías no agotados por el cansancio.

-Pues que así sea.-Dijo Marcus a regañadientes.

El grupo de tres se sentó en un pedrusco a un lao del sendero y aprovecharon para descansar.

-Es clave que no nos vean, sobre todo a ti Emily.

-Lo se, no es que me apetezca que me cuelguen de la soga.

-Por suerte, como alto cargo militar he visto los mapas completos de la ciudad un millón de veces, por ello conozco todos los callejones y pasadizos, si seguís mis indicaciones llegaremos a la ciudad sin problemas.

Tras esto, Marcus se metió la mano en el bolsillo de su uniforme y sacó un papel arrugado como una pasa.

-Lo cogí en el arsenal, es un mapa de la ciudad.-Les explicó a los chicos, y tras esto lo extendió.

-¿Y bien?.

-El castillo de Euphoria está aquí, en el centro. Las entradas a la ciudad están todas custodiadas por guardias, menos este trozo de aquí, un kilómetro de vallas eléctricas sin voltaje, se rompieron hace años y no se han vuelto a arreglar, como era un supuesto secreto de estado nadie se preocupó en hacerlo.

-De secreto nada, yo misma me cuelo por ahí cuando entro a la ciudad.

-Vale, pues nos meteremos por aquí y caminaremos lo más discretamente posible por estas calles, hasta llegar al instituto. En la trasera del instituto hay una tapa de alcantarilla rota, por ahí nos colaremos en el alcantarillado y llegaremos hasta aquí, la calle del parque, aquí hay otra tapa de alcantarilla rota por la que saldremos. Una vez aquí estaremos a escasos kilómetros del castillo, dos si no me equivoco. Pues bien caminaremos con suma discreción hasta la tienda de la modista, en la acera de su fachada hay otra alcantarilla que nos llevará directamente a la plaza, no tiene pérdida.

 Pues bien caminaremos con suma discreción hasta la tienda de la modista, en la acera de su fachada hay otra alcantarilla que nos llevará directamente a la plaza, no tiene pérdida

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Emily, Alfred y el LuminisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora