Capitulo 12: El guardia.

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Cuando Alfred se levanto se hallaba en una celda oscura. Todavía estaba algo cansado, pero al menos había recuperado el conocimiento. A su alrededor veía la extensa mazmorra del palacio, sumida en la penumbra. La única luz de la estancia eran las antorchas que colgaban en las húmedas y antiguas paredes de piedra. Olía a humedad. La celda en la que se hallaba estaba provista de una cama y nada más, mediría unos 20 metros cuadrados. La verja que impedía su liberta era de diseño sencillo y estaba pintada de negro.

-Vaya, nuestro joven rebelde ha despertado.-Le sobresaltó una voz. Era el guardia encargado de vigilar la mazmorra.-Mira te voy a ser sincero, mi trabajo lleva siendo este desde hace 20 años, no intentes escaparte porque ya he visto todas las maneras posibles. ¿Eres Alfred Sylvan?.

-Yo no he hecho nada, déjame marchar. Soy inocente.

-Has hecho lo mismo que todos los demás presos, eres un revolucionario.

-¿Quien os ha dicho eso?.-Preguntó Alfred asombrado.

-El joven que os apresó, un tal Albert Lorence, es el nuevo general.

A Alfred se le cayo el mundo al suelo. De pronto recordó los últimos segundos antes de su desvanecimiento total, Albert lo abrazo y de pronto sintió un fuerte pinchazo en la espalda, le había sedado él. Rompió a llorar desconsolado.

-Tranquilo chico, no llores no servirá de nada. A veces yo también quiero llorar porque no me gusta mi trabajo, pero llorando no cambiare la situación, así que me centro en hacer que mejore. Antes de tener que trabajar me apasionaba la lectura, y conservo mi amor por las historias, así que sabes lo que hago, cuento historias a mis presos. Así dejo de trabajar de carcelero y trabajo de cuentacuentos. ¿Qué te parece?, ¿Te cuento una?.

-No, quiero irme a casa.-Insistió Alfred.

-Serás majadero, he dicho que no es posible chico.-El detalle de que, según la gravedad de sus ideas, algunos revolucionarios eran ejecutados prefirió ahorrárselo para no hacer sufrir más al joven.-¿Quieres una historia o no?.

-¿Como empezó la revolución?

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-¿Como empezó la revolución?.-Se atrevió a preguntar llevado por la curiosidad.

-Es una buena pregunta. Muy buena pregunta de hecho. Te lo contare: todo empezó con la chica del servicio de limpieza de la reina.  La señora Euphoria le encargo limpiar el ala oeste del palacio, eso ya lo había hecho otras veces, así que fue a limpiarla como de costumbre, pero a la reina se le había olvidado un pequeño detalle, había dejado abierta la cerradura de la habitación secreta. Como todos los obsidianos saben la reina tiene una habitación a la cual prohíbe el acceso a todo ser humano. Pues bien, la dejó abierta. La limpiadora se percató y llevada por la curiosidad entró a ella. Según narró más tarde, la habitación rebosaba de joyas, reliquias familiares, cajones cerrados a llave, libros y manuscritos. Cuando la muchacha llamada Lira se acercó a una de las mesas vio un pergamino enrollado en un lazo de color rojo y lo desenvolvió. Al ver su contenido quedo tan asombrada que se decidió a huir del castillo a hurtadillas con el pergamino en mano, para leerlo delante de la multitud en la plaza. Algunos ciudadanos en la plaza copiaron a puño y letra lo que Lira dijo y luego hicieron volar los papeles por las calles. Imagínate, como era de esperar la reina enfureció despiadadamente y así empezó la revolución.

Emily, Alfred y el LuminisWhere stories live. Discover now