Capitulo 14

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Capitulo 14: La petición del demonio.

Las horas pasaron y la mañana llegó rápidamente. Ciel se despertó confundido al encontrarse misteriosamente en su cama, sin recordar cómo llegó allí. Pero rapidamente los eventos de la noche anterior regresaron a su mente y entendió lo que había sucedido.

Ciel: Anoche fue realmente extraño. -Murmuró para sí mismo mientras se levantaba y comenzaba a ordenar su habitación. Después de unos minutos, salió de la habitación y sintió un delicioso aroma que lo guió hacia la cocina.

Al entrar, se sorprendió al ver a aquel hombre de gran estatura y aspecto rudo preparando el desayuno, luciendo un mandil rosa pastel que contrastaba con su apariencia. Ciel dudaba si entrar o retirarse, recordando que la noche anterior había demostrado ser débil y un estorbo.

Sin embargo, su estómago le recordó su hambre con fuertes gruñidos, lo que lo obligó a decidirse por acercarse al hombre que cocinaba. A pesar de sentirse inseguro, su necesidad de comer era más fuerte.

Fue entonces que se decidió a hacerlo.

Entró.

Ciel: Buenos días, señor... -Saludó amable y aún un poco tímido.

El hombre se giró de inmediato al escuchar su voz y lo observó de pies a cabeza, notando que el muchacho aún portaba su vestimenta de ayer, llena de polvo y manchada de sangre.

Sebastian: Buenos días. -Respondió y continuó con lo suyo.

El muchacho no le tomó importancia a su comportamiento extraño y se sentó en una de las sillas junto a la mesa, observando al sujeto.

Sebastian: Anoche, te quedaste dormido y te llevé a tu habitación. -Soltó de repente.

Ciel: Lo sé y le agradezco mucho.

Sebastian: ¿Cómo te sientes?

Ciel: ¿Eh?

Sebastian: Me refiero a tu herida, ¿cómo está? -Aclaró.

El muchacho se sorprendió ante aquello dicho por el hombre, ya que no sentía ningún dolor en sí mismo. De inmediato comenzó a revisar su cuerpo y encontró el lugar afectado.

Ciel: No lo había notado. ¿Cómo sucedió? -Dijo, observando la venda en su mano derecha.

Sebastian: ¿No te duele? -Dejó el cuchillo a un lado y comenzó a acercarse.

Ciel: No, para nada.

El hombre tomó suavemente la mano afectada del chico y notó una mancha de sangre en la palma.

Sebastian: Tengo que cambiar la venda. -Dijo mirándolo.

Ciel: No, no es necesario. Puedo hacerlo. Usted puede continuar con... -Se detuvo al notar la inconformidad y la seriedad en el rostro del hombre.

Ciel era consciente de que podía ser muy autosuficiente como para realizar esa pequeña acción, pero el hombre parecía determinado a ayudar y no aceptaría un "NO" como respuesta.

Ciel: Está bien. Adelante.

El hombre fue a buscar el botiquín de medicamentos y lo colocó sobre el mostrador de la cocina al regresar. Lo siguiente que hizo tomó por sorpresa a Ciel, ya que nunca esperó que el hombre lo levantara con tanta facilidad de su lugar y lo sentara en el mostrador de la cocina, como si fuera un niño pequeño. Rápidamente, se colocó entre las piernas de Ciel para estar más cerca.

Black LoveWhere stories live. Discover now