Capitulo 13

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Capitulo 13: Ese demonio, mi salvador.

El silencio se hizo aún más pesado en la habitación, una atmósfera tensa que parecía aplastar a Ciel, quien mantenía la cabeza baja frente al hombre misterioso. Se preguntaba qué era lo que quería decirle, qué esperaba de él. Por su parte, Sebastian también se mantenía en silencio, pensando la forma correcta de abordar el tema delicado que lo llevó a hacerle esa pregunta al joven.

Finalmente, Sebastian rompió la quietud con su pregunta directa.

Sebastian: ¿Por qué estás aquí? -Dijo, logrando captar la atención del joven quien lo miró confuso y lleno de ignorancia- Me refiero a la prostitución. Eres joven y no pareces ingenuo. ¿Qué te llevó a trabajar para ese hombre? ¿Realmente te gusta hacer esto?

Ciel sintió un escalofrío recorrer su cuerpo al escuchar las palabras del hombre, dándose cuenta de lo complicada que era la situación en la que se encontraba.

La respuesta de Ciel no llegaba, se sentía paralizado ante la pregunta de Sebastian. Nunca había tenido la necesidad de revelar parte de su vida a sus clientes, pero sabía que en este caso era diferente. La presión de la mirada del hombre sobre él lo hacía sentirse vulnerable, amenazado. Tragó saliva, conteniendo las lágrimas que amenazaban con brotar, sintiendo el miedo crecer dentro de él.

Finalmente, decidió hacerlo. Se calmó, tomó aire ligeramente y finalmente, se dispuso a responder.

Ciel: Yo... yo no estoy en esto porque quiero. -Respondió con claridad, deteniéndose a pensar por un momento en lo que diría- Estoy en esto por obligación.

Sebastian: ¿Obligación? -Le cuestionó dudoso, a lo que este, asintió tímido- No lo entiendo, ¿quién puede obligarte a hacerlo? No eres un perro que deba escuchar y obedecer, asi que dime, ¿por qué lo haces?

Ciel: Por una deuda. -Respondió a regañadientes, ante la insistencia del hombre al querer indagar sin sentido alguno en su pasado.

Sebastian: Con que una deuda. -Dijo para sí mismo, analizando la situación y de inmediato volver a cuestionarlo- ¿Qué tipo de deuda?

Ciel: ...

Sebastian: ¿Uh?

Ciel: Dinero.

Sebastian: Dinero, eh... -Tomó un momento para pensar nuevamente, antes de continuar- ¿Cuán significativa es la deuda que te llevó a involucrarte en esta situación?

¿Qué más podría preguntar? ¿Cuánto más debe revelar de su persona para que ese hombre se sienta satisfecho? La conversación perdió sentido alguno desde la primera palabra y Ciel pronto podría romper el llanto ante tanta presión en su persona y en su ser.

Ciel: La deuda asciende a 1'000.000 de yenes.

Sebastian: ¡Un millón! Vaya... ¿Y por qué necesitabas tanto dinero?

Ciel: Necesitaba pagarlo a unos individuos que me estaban amenazando con hacerme daño.

Sebastian: Entiendo...

El silencio regresó, ofreciendo un breve momento de reflexión para Sebastian, quien, a diferencia de Ciel, mantenía la calma y analizaba detenidamente la situación.

Unos minutos después, la conversa o mejor dicho; interrogatorio, regresó.

Sebastian: ¿Cuánto tiempo has estado trabajando para él?

Ciel: Dos años y medio.

Sebastian: Dos años y medio, ¿eh? -Repitió, mientras se tomaba la molestia de hacer rápidos cálculos sobre la gran deuda- Haciendo cuentas, tu deuda debió haber sido saldada hace año y medio, lo que significa que has estado trabajando para él sin sentido durante un año. -Dedujo rápido y hábil, observando cómo el joven inclinaba la cabeza avergonzado- Eso implica que hay otro motivo por el cual te quedas ahí, ¿verdad?

Black LoveWhere stories live. Discover now