Prólogo

217 15 1
                                    

Corría por los pasillos del hospital con desesperación, podía sentir como las balas daban contra las paredes muy cerca mío pero hasta ahora contaba con suerte.

Mi respiración era gadesnte y mis colmillos me pinchaban dentro de mí boca, mis garras se salían por la transformación.

- ¡Date prisa hay que atraparlo!

Escucho las voces detrás mío pero entonces encuentro algo que me salva.

El ascensor.

Corro con más velocidad para llegar, por suerte es algo con lo que siempre he contado. Soy rápido.

Logro meterme y comienzo a presionar el botón con desesperación para que cierre, logro hacerlo pero no lo consigo antes de que una bala me impacte en el hombro.

- ¡Carajo! - me quejo llevándome la mano al hombro sintiendo como la sangre comienza a chorrear

Aprieto los dientes y espero hasta que poco a poco la herida se va cerrando.

Veo como empiezo a bajar los pisos hasta llegar a abajo de todo. Cuando la puerta se vuelve abrir no hay nadie, sin embargo sé que están bajando y no tardan en llegar.

Por un momento pienso en salir y correr pero no puedo hacerlo, necesito distraerlos el mayor tiempo posible para darle tiempo a Scott, tengo que distraerlos pero no podré hacerlo solo por mucho tiempo.

Necesito ayuda.

Lo necesito a el.

Siento los pasos por las escaleras, lo que hace que se me pongan los pelos de punta.

Aún así me giro y comienzo a correr buscando un lugar en el cual poder esconderme, por muchas ganas que tenga de pelear, de enfrentarme a ellos no puedo. Tengo que hacer que me busquen y no que me maten.

Mis ojos viajan por todo el lugar tratando de encontrar uno bueno para esconderme, pero al sentir los pasos cada vez más cerca me meto en la primer puerta que encuentro.

El frío me abraza apenas estoy en la habitación. Todo está oscuro pues las luces están cortadas y la noche ya ha invadido el pueblo.

Y me he metido a la peor habitación.

Dónde están los cuerpos.

- maldita sea.

Le pongo seguro a la puerta y me doy vuelta para quedarme mirándola, esperando totalmente precavido por si lograran encontrarme.

Los pasos se hacen presentes por todo el pasillo, buscan por todos lados, tratando de dar conmigo a toda costa.

Pero entonces la manija de la puerta empieza a girarse violentamente, están tratando de entrar y van a atraparme en cualquier momento.

Me doy vuelta para mirar y analizar todos los lugares posibles en los que podría esconderme. Mi transformación que se había ido por un momento vuelve con el miedo de ser encontrado.

No puedo meterme ahí.

Pero sí, tengo que meterme ahí.

Corro hasta las cajas y abro una de ellas, pongo cara de asco al momento pero ya sin tiempo me meto dentro, dónde por cierto está congelado.

Me acurruco junto al muerto - que vaya a saber quién es - y me quedo lo más quieto posible.

La puerta se abre en ese momento.

- busca por todos lados, tenemos que encontrarlo.

Oigo la voz de uno de ellos y enseguida cosas caerse y abrirse.

Mi lobo (thiam) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora